Sorpresa e incredulidad entre los vecinos, tras el asesinato de Abraham Bernal a manos, presuntamente, de su pareja, Inmaculada Rodríguez
Lo que más les ha impresionado es la forma, pegándole en la cabeza varias veces con un rodillo de amasar mientras dormía y rematándolo con un cuchillo.-
El pasado
26 de septiembre tuvo lugar en Chiclana un luctuoso suceso que ha conmocionado
a la ciudad y en especial a los residentes de la zona de la Huerta del Rosario,
principalmente por la forma en que se produjo. A media tarde Inmaculada Rodríguez León asesinaba,
presuntamente, a su pareja, Abraham Bernal,
golpeándole en la cabeza repetidas veces con un rodillo de amasar y rematándolo
con un cuchillo de cocina, asestándole varias puñaladas según ella misma
confesó a la Guardia Civil al ser detenida.
La zona de
Huerta del Rosario es tranquila, con gente de clase media que viven en chalés
adosados y donde no suele ocurrir nada reseñable. La calle Pedro I no se
diferencia de las demás, todas con nombres de reyes. El pasado 26 de septiembre
era como cualquier otro día. Los vecinos se levantaron a la hora de costumbre,
los niños fueron al colegio y los padres a realizar sus labores
correspondientes.
Nada hacía
presagiar lo que alrededor de las 18,00 horas pasaría en la citada calle, en el
número 61 concretamente. A esa hora se producía una discusión entre Alejandro
Bernal e Inmaculada Rodríguez según dijo ésta a la Guardia Civil horas después.
Ambos nacieron en San Fernando hace cuarenta y dos años y llevaban residiendo
en Chiclana, en esa casa, desde hacía unos once años. No estaban casados y
tenían dos hijos, de 10 y 7 años.
Alejandro
trabajaba de albañil (contratista) aunque sin empleo fijo. Tenía intención de
volver a realizar obras tras la crisis. Inmaculada era camarera de piso en un
hotel del Novo Sancti Petri. Hasta el día del fatal desenlace ninguno de los
vecinos les había visto u oído discutir. Aparentemente todo iba bien en la
pareja, por lo que lo sucedido les ha cogido por sorpresa.
Estos
chalés adosados permiten oír ruidos o voces en los de los vecinos, pero éstos
jamás oyeron nada del número 61. Las dos viviendas que están a ambos lados
suelen estar vacías la mayor parte del tiempo, por lo que los residentes más
cercanos nada podían escuchar.
GOLPES Y CUCHILLADAS
El día 26
amaneció radiante. Los hijos de la pareja fueron al colegio y a la salida
Inmaculada los recogió y llevó a Cádiz, dejándolos en casa de los abuelos.
Regresó a Chiclana y pasadas las 17,00 horas empezó la tragedia. Según
Inmaculada, discutió con su pareja. Después Abraham se acostó. Ése fue el
momento que escogió Inmaculada para llevar a cabo lo que luego sucedió.
Pero
volvamos al día antes. Por la tarde ella sacó a su perro a pasear como
cualquier otro día. Habló con las vecinas que se encontró en la calle, rieron y
cada una se fue a su casa. Nadie observó algo raro en su forma de actuar. Se
comportó como siempre. Estaba tranquila y se marchó con el can.

Según la Guardia Civil, ya estaba muerto cuando uso el arma blanca, aunque la autopsia será la que aclare esta circunstancia. Después cruzó la calle y llamó a la casa de un guardia civil, en activo y no retirado como se ha dicho, ya que era amiga de su esposa.
TRANQUILIDAD
Le contó
su versión y éste le recomendó llamar al 112, lo que hizo desde allí. Aunque
dijo que tenía golpes, no se apreció ninguno en su cuerpo. Tampoco había
denuncias de violencia doméstica por ninguna de las partes.
El aviso al servicio de emergencias fue a las 19,30 horas. Cuando llegó la Benemérita, Inmaculada estaba tranquila. Fue trasladada al cuartel y después pasó a disposición judicial. Testigos que la vieron en el juzgado al día siguiente cuando fue a declarar, señalaron que aparentaba mucha tranquilidad. No parecía que hubiera matado a nadie. Tenía la mirada serena y en ningún momento mostró nerviosismo. Tras testificar fue enviada a prisión.
Esto es lo
que más ha impactado a sus vecinos, que no dan crédito a lo sucedido. Nadie se
imaginaba que pudiera hacer algo así, con esa frialdad, de forma premeditada y
de manera tan alevosa.
Algunas
personas comentaron que Inmaculada había dicho que sufría maltrato y que
Abraham pensaba dejarla, pero no pudieron confirmarlo. Aun así, señalan que “si te maltratan lo que tienes que hacer es
denunciarlo o irte de casa, pero nunca matarlo”.
PREOCUPACIÓN POR LOS HIJOS
De todas formas, no tienen claro lo sucedido y no se atreven a hacer conjeturas. Todavía están impactados por lo sucedido. La casa fue precintada cuando se llevaron el cadáver de Abraham y al día siguiente ya recibió la visita de los cacos, aunque sólo pudieron llevarse algunas flores.
Por
cierto, el perro se quedó solo en la vivienda y tuvieron que sacarlo al día
siguiente y llevarlo a otro lugar. Los vecinos están alerta por si ven a
alguien merodear por allí.
En
próximas fechas se irán conociendo más detalles de lo que pasó y la autopsia
aclarará dudas. Los que tardarán tiempo en olvidar esto son los que viven al
lado, que continúan sorprendidos y preocupados por la vida que les espera a sus
dos hijos, que en un día han perdido al padre para siempre y a la madre por
muchos años. Y los compañeros de Inmaculada tampoco dan crédito.
Violencia feminista. Según la injusta LIVG esto no es violencia de género, basta ya de esta injusticia. Basta ya de feminismo marxista. ¿cuantos hombre más tienen que morir, ser maltratados o ser víctimas de denuncias falsas? NADIE MENOS.
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