¿De qué se ríen?
Francisco
M. Navas [colaboraciones].-
El pasado
27 de diciembre pasará a la historia como paradigma de un nuevo tiempo político
en Andalucía. Tres partidos políticos de perdedores, tal y como dirían hace tan
sólo semanas los dirigentes del Partido Popular, van a protagonizar un cambio
de dimensiones inimaginables. Tres partidos de entre los cuales el menor, VOX,
se estrena en la cámara andaluza con doce diputados y, aunque nos repugne el
99% de su ideario, con la misma legitimidad que el resto: los votos de la
ciudadanía andaluza.
De nuevo
todos los sesudos ideólogos, los gurús del tres al cuarto de la tele, las
empresas de demoscopia e incluso las personas a pie de calle marraron con los
resultados de las pasadas elecciones del dos de diciembre. Cada partido
político, derrotado de una u otra forma, se apresura a afirmar, sin que le
tiemble la voz, que los andaluces que no han ejercido su derecho al voto son, o
mejor dicho, eran potenciales votantes suyos, sucia e infantil manera de
justificar su descalabro electoral.
Y a toro
pasado, cómo no, tanto esos dirigentes políticos como tertulianos, politólogos,
y especialistas en tal o cual materia se afanan en analizar las consecuencias
políticas de lo sucedido, y su más que posible traslación al resultado de las
elecciones venideras, que el próximo año no son precisamente pocas.
Muchos ya
estamos acostumbrados a este permanente “donde
dije digo, digo Diego”, por lo que tampoco hemos de soliviantarnos
demasiado. Para mí, lo verdaderamente insólito, vistas las imágenes
machaconamente repetidas por las diversas cadenas televisivas, es contemplar a
esa caterva de “perdedores” sonriendo
ante las cámaras como si aquí no hubiese pasado nada.
EL FRACASO
DE LA LIDERESA
En el caso
de Susana Díaz, su sonrisa más se parece
a la mueca sardónica que quedaba estampada en las mascarillas de cera que los
romanos sacaban de los cadáveres de personajes ilustres. En cualquier caso,
pasar de 47 diputados a 33, dilapidando de un plumazo el gobierno socialista en
Andalucía durante 36 años, más que para reír, es para llorar.
Llorar por
la soberbia y la torpeza de su adelanto de elecciones, creyéndose la
indiscutible lideresa del PSOE de España y de la Humanidad, haciéndole la
campaña gratuita a VOX y propinando, de camino, una patada en todo el corvejón
a sus hasta hace muy poco socios, Ciudadanos, con lo que, caso de suceder lo
que ha sucedido, no podía ir a buscarlos tras las elecciones para pactar con
ellos, porque con la traición a Ciudadanos los había dejado con la cara
partida.
La
situación de Juan Manuel Moreno Bonilla
es totalmente diferente, porque le ha tocado la lotería sin meter. Comprendo
que con los desastrosos resultados del Partido Popular, la cosa era para
llorar, pero mire usted por dónde, se desploma el PSOE, pierde votos Adelante
Andalucía, aumenta significativamente Ciudadanos y aparece VOX, al que todo el
mundo tacha de extrema derecha, pero en el que se apoya hasta Ciudadanos, por
más que Villegas, la alegría de la
huerta, se empeñe en hacerse el loco.
En cuanto
a Ciudadanos, comprendo perfectamente la euforia de Juan Marín, que en la misma noche electoral llegó a afirmar sin
pudor que él sería el próximo Presidente de la Junta de Andalucía, con unos
argumentos tan peregrinos que no se los creía ni él, ni Villegas, ni siquiera Albert Rivera. Pero claro, el bofetón en los
hocicos al PSOE, como dirían en Periana, era no para reírse, sino para tirarse
al suelo y revolcarse de felicidad.
IU Y
PODEMOS, COMO LA GARRAPATA AL PERRO
De
Adelante Andalucía poco puede decirse, a no ser que le pongamos un inmenso
cartel delante de sus narices para que entiendan que su unión con Izquierda
Unida, más que sumar, resta. Y que ese refrito de siglas con las que se
presentaron en Andalucía, traicionando su marca, PODEMOS, repugna sin duda a
muchos miles de andaluces que se sintieron plenamente identificados con el
espíritu del 15 M. En definitiva, creo que Izquierda Unida es a PODEMOS como la
garrapata al perro.
Y por
último, las estrellas del dos de diciembre: VOX. Ellos sí tienen derecho a
sonreír. De cero, a doce diputados. Casi nada. Arrasando por la extrema
derecha. Presumiendo de sus casi 400.000 votos, que aglutinan a muchos
cabreados, muchos desilusionados con este PSOE eterno e inoperante, con este
Partido Popular descafeinado e inútil, con este Ciudadanos que presume de ser
la llave de todo y que en Andalucía no ha aportado nada de nada, y con un
Adelante Andalucía en cuyo saco cabía todo, pero en el que se había perdido la
necesaria claridad en su proyecto político.
A pesar de
todo lo comentado, les vuelvo a proponer un ejercicio de observación de los
diferentes líderes políticos de Andalucía cuando creen que las cámaras no los
observan. A más de uno la cara le arrastra por el suelo.
Quien sin duda no va a
dejar de sonreír es Juan Manuel Moreno Bonilla, porque, poniéndose por delante
una foto de Javier Arenas, se repetirá en
voz baja: “Sí, sí, tú eras el rey del mambo, tú
ganaste unas elecciones en Andalucía y, mira por dónde, yo, con la mitad de
diputados, voy a ser Presidente de la Junta de Andalucía. Y ahora, ¿quién es
más listo de los dos?”.
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