El Restaurante Cachito Novo cumple veinticinco años, convertido en un referente del Novo Sancti Petri
Se
inauguró el 29 de abril de 1994, en
plena crisis, siendo el primero de la zona.-
El
29 de abril de 1994 abría sus puertas en el Centro Comercial del Novo Sancti
Petri, el restaurante Cachito Novo.
Sus propietarios, Francisco (Paco) Vela Cerrato y Dolores (Loli) Periñán González, dieron el paso de instalarse en este lugar,
entonces casi vacío, siendo el primer establecimiento hostelero en radicarse
allí. Han pasado ya veinticinco años y en este cuarto de siglo han sido muchos
los que le imitaron. Este mes celebrará con un torneo de golf la efeméride.
Lo que fue el restaurante Cachito en la calle Iro, mucho antes era una panadería, propiedad de Manuel Leal “Cachito”, cuñado de Paco. Cuando pasó a ser bar, éste trabajó allí y a los seis años le ofreció quedarse con él. Lo primero que quiere aclarar que en realidad el apodo no es de su familia, sino de Manuel Leal. El suyo era Paco el del 22.
Eran
doce hermanos, ocho varones y cuatro hembras. Su madre, Juana Cerrato, vendía vino y su padre, Lorenzo Vela, trabajaba en el campo y en el Bar El 22. Puso un mostrador de vino
(Taberna El 22) y se lo vendía a los
que pasaban por allí. Pusieron enfrente una terraza con unas mesas y todos los
hijos trabajaban allí. Su padre llegaba del campo y se ponía a arreglar la
terraza. Fue el comienzo de su familia en la hostelería.
ENCUENTRO DE PACO Y LOLI
Paco
y Loli se conocieron el 18 de marzo de 1959 en la esquina de Corredera Baja y
La Vega. Ella tenía 16 años y él 19. Loli entró a trabajar en el despacho de
pan de Cachito con 17 años. Se
casaron el 7 de octubre de 1965 en la Iglesia Mayor y como era costumbre en esa
época, no hubo convite, solo un desayuno en San Telmo servido por la Confitería
La Predilecta de Antonio Panés. La tarta fue un regalo de un amigo de Paco, Salvador Medina. Asistieron solo las
familias de ambos, unas sesenta o setenta personas.
El
viaje de bodas fue a Madrid, escogiendo la fecha porque coincidía con la
disputa en el Santiago Bernabéu de
dos partidos de liga del Real Madrid, contra el Atlético de Madrid y el
Español.
Por
eso, cuando celebraron sus cincuenta años de casados, se dieron el gusto de
celebrarlo por todo lo alto en el Club de Golf del Novo con 120 personas
-familiares y amigos-, así como un crucero fluvial por los Países Bajos. Dice
Paco que “hemos trabajado mucho, pero
también hemos disfrutado”.
MUJER MUY VALIOSA
Tuvieron
cuatro hijos, Susana, Eva, Víctor y Angélica. La
primera es la que lleva ahora el restaurante, la segunda colabora en verano, el
tercero tiene su empresa de publicidad, aunque estuvo inmerso algunos años en
el negocio hostelero, y la cuarta tiene una agencia de viajes. Cuando se
quedaron con el restaurante Cachito, Loli
volvió a trabajar.
Pero antes de llegar hasta aquí, tuvo una ajetreada vida a pesar de sus pocos años. Era una gran costurera y cosía para las señoritas de Chiclana. Empezó a los catorce años y con quince se fue a Sevilla a trabajar a una casa de costura.
Toda
su vida ha trabajado a destajo, en el restaurante y en casa, criando a sus
hijos y siendo la principal ayuda de Paco. “La
culpa de más del cincuenta por ciento de lo conseguido la tiene mi mujer”,
afirma con rotundidad. Agrega que “es muy
trabajadora y una maniática de la limpieza”.
La
riada de 1965 les cogió de lleno. Nunca olvidarán ese 19 de octubre. El agua se
lo llevó todo y llegó a los dos metros. Esto le obligó a colocarse en la Bodega
Vélez en invierno. Pasado éste,
volvió a El 22, trabajando durante la
Feria de San Antonio.
Su siguiente trabajo fue en la panadería de Cachito. Entraba a las 4 de la mañana, contaba el pan y engrasaba las máquinas. Su cuñado abrió después una pastelería. Más tarde pondría el bar. Fue el 2 de junio de 1967. La feria se hacía en la Alameda del Río, enfrente del bar. Allí iban a comer los feriantes. Las mujeres solo entraban en feria. Hubo problemas y se puso a trabajar de albañil durante un tiempo, hasta que Manuel Leal le llamó y le dijo que le arrendaba el local.
El
11 de mayo de 1977 comenzó su andadura en el bar-restaurante Cachito. Pagaban 40.000 pesetas al mes y
comenzó a trabajar como antes, subiendo cada día su clientela. Después se lo
compró y pagaba mensualmente una letra al Banco
de Jerez de 120.625 pesetas. Tenían que estar diez años, pero la trampa la
liquidaron en nueve. La primera letra que abonaron la tienen enmarcada.
CRISIS DEL 92 Y REMODELACIÓN DE LA
ALAMEDA
En
ese tiempo trabajaron Paco y Loli día y noche, sin descanso. Reformaron el
restaurante, “llenábamos todos los días
el salón con los viajantes”, que tenían Chiclana como centro neurálgico y
desde aquí se desplazaban por toda la zona. Les fue muy bien hasta que llegó la
crisis de 1992. Los viajantes ya no venían y las ventas bajaron
considerablemente.
Otro
grave problema que tuvieron con la remodelación de la Alameda del Río: “Fue el comienzo de un bajón que duró
bastante tiempo. No había donde aparcar, los clientes empezaron a escasear y
así estuvimos durante dos años”. Cuando esta vía tenía dos sentidos, la
alameda era un lugar con vida, con muchos chiclaneros paseando por ella y niños
jugando. Las obras acabaron con esa vida y hoy es un lugar triste y abandonado:
“Se cargaron la alameda y eso nos afectó
mucho”.
VALENTÍA Y AMOR A PRIMERA VISTA
Dicen
que cuando se cierra una puerta se abre otra y eso fue lo que pasó. El jefe de
ventas de las parcelas del Novo comía en Cachito
cada miércoles. Le dijo que se iba a hacer un centro comercial y que cuando se
llevara a cabo, se fuera allí: “Me
enamoré de la esquina en cuanto la vi”, afirma Paco.
Días
después fue con unos amigos y éstos le quitaron las ganas: “Me dijeron que estaba loco. Que cómo se me
ocurría esto con la crisis que había, pero seguí adelante”. Como ya hemos
contado, las cosas en el centro no iban como deseaban y encima sufrieron dos
riadas, en diciembre de 1996 y enero del 97, por lo que se le iluminó la cara
al ver el lugar donde ahora se encuentra su restaurante.
Eran
dos locales, propiedad de Higinio Cieza:
“Durante dos noches no pude dormir y al
tercer día fui a buscarlo. Lo llevé a ver dos garajes que tenía en la calle Iro
y le dije que se los daba a cambio de los dos locales del Novo y una cantidad
de dinero que pagué poco a poco”. En mayo de 1993 compró los locales,
hicieron obras y casi un año después inauguraba Novo Cachito Golf (después quitarían esto último).
Pero
no todo fue de color de rosas. Tuvo que vender un chalé que tenían en la
primera pista de La Barrosa para pagar los trabajos que allí se realizaron. El
29 de abril de 1994, con una levantera de órdago, Novo Cachito abría sus puertas. Asistieron cuatrocientos invitados,
Lorenzo Leal, hijo de su cuñado
Manuel, amenizó con su piano la velada y desde entonces se ha convertido en un
referente del Novo Sancti Petri.
Fue
el primero en esta urbanización y él único que hubo durante bastante tiempo.
Les fue bien desde el principio porque había muchas obras de casas y hoteles.
Después, otros siguieron su estela. Mientras tanto, el restaurante de Chiclana
seguía funcionando, pero dos años más tarde lo cerró: “Teníamos mucho trabajo en el Novo, sobre todo en verano, y no podíamos
atenderlos bien los dos, por lo que decidimos cerrar el primero”.
Decir
como dato curioso que encontró cocinero una semana antes de abrir, ya que el
que tenían apalabrado, hizo mutis por el foro. Llevan a gala que muchos de los
clientes que han pasado por el Novo, son amigos y que llevan viniendo varias
generaciones de una misma familia.
TORNEO DE GOLF
No
podemos olvidarnos de la crisis que asoló el país a partir de 2008: “Se ha notado y mucho, pero hemos sabido
aguantar y ahora lo vemos con otra perspectiva, más positiva, aunque no es como
hace quince años, pero con ganas de continuar, por lo menos, otros veinticinco
años más”.
Comenta
Paco que el buen turista, que venía antes, “ha
desaparecido”, abogando por llevar a cabo proyectos que hagan venir a
éstos: “Faltan atracciones para los
niños, principalmente, por eso se van a otras ciudades que sí las tienen”.
Finalmente,
reseñar que para conmemorar los veinticinco años organizó un torneo de golf que
se disputó en el Novo el 27 de abril, sábado. Los premios se entregaron en el
patio del centro comercial donde está el restaurante, con placas y cenas para
los dos primeros de cada categoría (hombres y mujeres) y una cena para los que
se clasificaron en tercer lugar.
PACO LÓPEZ
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