¿Qué quiere decir que somos ciudadanos europeos?
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Estamos ante un concepto y una realidad muy importante, pero a la
vez muy compleja. No quiero aburriros con términos jurídicos ni pretendo dar
una lección de Derecho europeo. Solamente quiere reflexionar en voz alta con
vosotros. ¿Es equivalente la ciudadanía europea a la ciudadanía nacional?
¿Tenemos doble ciudadanía? ¿Tiene el mismo valor la ciudadanía europea que la
ciudadanía nacional? ¿Nos sentimos tan europeos como españoles?
¿Qué haríamos si hubiera un referéndum y la mayoría de los
españoles decidiera que quieren salir de la Unión Europea? ¿Somos conscientes
de lo que ha supuesto en nuestras vidas ser ciudadano europeo? Los jóvenes no
han vivido la época anterior a la entrada de España en la UE o los primeros
años de la entonces comunidad europea quizás den por supuesto que poder moverte
por Europa sin ningún tipo de controles.
Poder trabajar o buscar trabajo en cualquier país, poder llamar
por teléfono sin sobrecostes a cualquier país de la UE, poder estudiar en
cualquier universidad o escuela superior, poder utilizar la misma moneda en el
espacio del euro es la cosa más natural del mundo, pero esto solamente se da en
los países de la UE.
¡Hay mucho camino por recorrer! Lo sé. Pero también es mucho lo
que se ha logrado, y también son muchos los males que se han evitado gracias a
la UE. Ahora que la señora Merkel está de
actualidad por diferentes motivos, quiero recordar una frase dicha por ella
hace muy pocos días en la ciudad de Hamburgo: “La moneda común es para nosotros una garantía de paz. Los países
que tienen una moneda común no se hacen la guerra entre sí. La historia es
testigo de esto. En este sentido, el euro es mucho más que una moneda, es una
gran prueba de compromiso mutuo”.
REFORMAR LOS TRATADOS
Los ciudadanos que se han movido un poco fuera de su país, suelen
sentirse mucho más europeos que los que no han salido. En este caso la realidad
social va delante de la realidad jurídica. En este caso los ciudadanos somos
mucho más europeos de lo que nos brinda el Tratado de la UE. Y es ahí donde
quiero llegar. Lamentablemente el tratado de la UE no ofrece muchas
posibilidades de poder avanzar hacia una auténtica ciudadanía europea de
primera.
Somos los ciudadanos los que debemos forzar a que los políticos
reformen los tratados para poder llegar a una auténtica ciudadanía europea. La
ciudadanía europea es una ciudadanía de segunda, y no sólo porque depende de la
ciudadanía nacional -si pierdes la ciudadanía española, pierdes la ciudadanía
europea, y solamente puedes ser ciudadano europeo, si eres nacional de un
Estado miembro-, sino porque te pueden quitar la ciudadanía europea, incluso
contra tu voluntad, sin que pierdas la ciudadanía nacional, como ha ocurrido
con los ciudadanos británicos que votaron contra el Brexit.
No es que a nivel nacional los políticos nos traten a los
ciudadanos con mucha consideración, pero, al menos teóricamente, en España el
soberano es el ciudadano, y en cambio a nivel europeo los soberanos son los
Estados. Son los Estados los que atribuyen las competencias a la UE (art. del
Tratado UE). Aunque en realidad los ciudadanos somos meros peones tanto a nivel
nacional como a nivel europeo, a nivel nacional, al menos teóricamente, somos
soberanos.
Es, por tanto, a nivel de la calle por donde debe avanzar la
ciudadanía europea. Es el intercambio de los jóvenes estudiantes y
trabajadores, pero también de los niños, en incluso de los ancianos por donde
debe avanzar el sentimiento europeo de considerarnos iguales. Cuanto mayor sea
el intercambio de personas, que no es lo mismo que el turismo, más avanzará la
ciudadanía europea.
Muchos de los problemas que tenemos actualmente no es por causa de
la UE, sino porque no tenemos suficiente UE. Somos los ciudadanos los que
tenemos que marcar el paso.






Pon tu comentario