La calle Real de Chiclana, su entorno y moradores ilustres (I)
La
historia de nuestra ciudad es un puntal básico para el conocimiento y
verificaciĂłn de la historia en general.-
Un nuevo
libro sobre la historia de Chiclana ha sido recientemente anunciado, ligado a
la apariciĂłn de la casa que habitara Frasquita
Larrea, cosecha propia del investigador chiclanero Jesús D. Romero Montalbán, con el que he
colaborado asiduamente durante los últimos siete años.

ColaborĂ© en el libro que se publicĂł sobre Santa Ana, prologándolo, aportando bibliografĂa y desarrollando algĂşn que otro tema puntual. Y, si lo hice, fue porque me lo pidieron en mi familia, tan ligada a la referida ermita. No obstante, considero un trabajo rico en aportaciones archivĂsticas el realizado por JesĂşs Romero Montalbán, que abriĂł las puertas del riquĂsimo Archivo Parroquial de la Iglesia de San Juan Bautista de nuestra localidad.
De todos es sabido que, el historiador Domingo Bohórquez, manejó los otros dos archivos importantes sobre Chiclana: el de los Medina-Sidonia y el Histórico Municipal. Y lo confieso, jamás pensé que los arrumbados libros del archivo de la parroquia, guardasen tantos secretos y tantos pormenores de nuestra historia local.
ILUMINAR EL PRESENTE

Hace años
publiqué un libro titulado Chiclana en el
romancero, escribiéndolo en primera persona, en un intento de insertar
dos pliegos de cordel del siglo XVII en un contexto actual y general. Para mĂ,
la historia tiene sentido tan sĂłlo si ilumina el presente y evita prejuicios
dogmáticos y chovinistas.
El nuevo
libro que anuncié en la página digital de esta revista (30.10.2019) -el segundo
en colaboraciĂłn con el precitado investigador- trataba, en un principio, de la
historia de la torre del Arquillo del Reloj. La parte cientĂfica, sobre la
medida del tiempo y los relojes, me fuese asignada.
Por
supuesto, no Ăbamos a tratar de la torre sin hablar de la vĂa que transcurre
bajo el Arquillo, dejando bien claro que éste nunca fue puerta de ninguna
muralla. Cerca de él se hallaba una de las pocas estructuras escultóricas de la
Edad Moderna chiclanera, la Santa Cruz del Cabezo.
CIPO ROMANO
Un cipo
romano reutilizado como pedestal de una cruz, adosado en el muro de la casa de
uno de los jerarcas de la administraciĂłn ducal de la entonces villa. ¿DĂłnde iba
a estar su casa y molino, sino en la calle Real del pueblo? Justo en la vĂa que
separa a la Chiclana medieval de la moderna.

HabrĂa que
imaginarse esa vĂa, con el monumento romano y una iglesia en la plaza Mayor de
corte renacentista, similar a la actual de Santo Domingo de Bornos, y que,
llegado el siglo XVIII, verĂa levantarse una torre civil junto al Ayuntamiento,
el Arquillo del Reloj.
ENJUICIAR EL URBANISMO LOCAL DESDE SU GÉNESIS

Curiosamente,
a ese núcleo inicial le salieron dos añadidos: uno más antiguo, conocido como
Barrio Nuevo, y otro de finales del siglo XVIII, en el lado opuesto, ocupando
la parte baja de la calle Huerta Chica y rematado por un monumental conjunto de
cinco casas de una sola planta y de fachadas idénticas, de las que ya sólo
queda el recuerdo.
En esa
zona estaba la casa de Frasquita, con su
jardĂn en el trasero que daba al rĂo. En la prĂłxima entrega hablaremos de ella,
de su hija Cecilia Chiclana, asĂ como
de otros ilustres personajes que ocuparon ese lugar de paso tan estratégico por
unir ambas bahĂas gaditanas.
JUAN J. RODRĂŤGUEZ BALLESTEROS
(Continuará)
Muy interesante, como todo lo que escribe Juan.
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