Rosa Villar, una importante labor como controladora en Salvamento Marítimo de Cádiz
El
coronavirus no ha reducido mucho el trabajo, ya que el 90% de las mercancías llegan
por mar.-
El
salvamento marítimo es uno de los servicios públicos más importantes, ya que de
él depende la seguridad en nuestros mares. Miles de barcos, de todo tipo,
surcan nuestras aguas y quienes los controlan deben dar lo máximo de ellos. En
España hay veinte centros de coordinación y uno de ellos se encuentra en Cádiz.
Y allí trabaja Rosa Villar, una cordobesa
afincada en Chiclana desde el año 2002.
En estos
tiempos de coronavirus los controladores marítimos siguen junto a la gente de
la mar, velando por su seguridad. Cualquier señal de alerta en la mar pasa por
sus manos, coordinan la respuesta y movilizan las unidades necesarias con
profesionalidad y compromiso personal.
Gracias a
la labor de estos profesionales, que siguen trabajando cada día, los marineros
pueden estar seguros porque saben que alguien responderá a su llamada si se
encuentran ante una situación de emergencia en la mar.

Esta labor
se acabó cuando quedó embarazada de su primer hijo (tiene tres, un chico y dos
chicas), ya que estaba tres meses navegando y otros tres en casa, seis meses
fuera al año.
MUCHO
TRABAJO A PESAR DEL CORONAVIRUS
En 2007
empezó a trabajar en Salvamento Marítimo de Cádiz y se encarga del control del
tráfico y mercancías: “El 90% de éstas entra
por mar y nosotros tenemos que controlarlo todo antes de entrar a puerto”,
comenta Rosa. También se encargan de la contaminación que se pueda producir en
alta mar.
Antes de
esta crisis trabajaban dos personas como controladores por guardia, mañana,
tarde y noche, pero ahora solo está uno en la pantalla controlando y otro de
apoyo en el teléfono. A pesar del coronavirus, el tráfico marítimo sigue siendo
el mismo por lo ya apuntado anteriormente. Donde sí ha caído es en los
cruceros, ya que no pueden bajar del barco.
Como es
lógico, también ha bajado el de las embarcaciones deportivas y las emergencias,
El trabajo, no obstante, sigue siendo mucho y por el Covid-19 les han provisto
de las correspondientes mascarillas y guantes, así como de geles para limpiarse
las manos y desinfectarse.
Es una
profesión dura: “Pasan muchas cosas y se te
pone el corazón en un puño. Los nervios te comen hasta que te dicen que todo ha
salido bien”, afirma Rosa Villar. Es una amante del mar y “siempre quiero estar en contacto con él”,
asegurando que “estoy muy contenta por la labor
que se hace cada día”.
Como Rosa son muchas las personas que hacen que el puerto de Cádiz, el muelle de Cádiz no esté parado y el flujo de mercancias continue. Sin ella y otros muchos ( personal Autoridad Portuaria, Estibadores, Aduanas, inspecciones, etc ) no valdría de nada ir al supermercado o a la gasolinera, por poner unos simples ejemplos que todo el mundo valorará. Gracias a todos ellos
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