Cuando Europa tiene que hacernos de bombero
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Hay fuegos más peligrosos aĂşn que los que regularmente queman nuestros montes todos los veranos. Si son provocados o no, tendrá que decĂrnoslo la historia, pues dudo que a los jueces les permita intervenir y decidir. A este estado hemos llegado.
Fuego en los econĂłmico, fuego en lo laboral, fuego en lo judicial, fuego en lo sanitario y, para más inri, fuego en la convivencia social, que ya perdura años en Cataluña, pero que ahora se quiere llevar a toda España. Fuego sĂ, y el fuego quema. Millones de puestos de trabajo calcinados, millones de sanitarios quemados por dentro por el abandono y desesperaciĂłn a que están sometidos.
Millones de ciudadanos a quienes se quiere enfrentar calificándolos de izquierdas o de derechas, porque unos, los de tu propio bando son los buenos y los del otro son los malos. El fanatismo religioso de antaño ha do paso al fanatismo polĂtico de hogaño.
¿Será Europa capaz de apagar tanto fuego? ¿Querrá hacerlo? Los que venimos defendiendo contra viento y marea la necesidad de una integraciĂłn europea, sabemos que las instituciones europeas quieren y pueden hacerlo, pero ¿las dejarán? El derecho de veto o, lo que es lo mismo.
El voto a la unanimidad impide muchas veces el que la UE puede actuar o que lo pueda hacer a tiempo. Son también muchos los campos -y son los más importantes- que por desgracia están casi exclusivamente en manos de los Estados miembros. Tenemos una UE incompleta. Ahà reside el problema.
Sin embargo, hay ciertas lĂneas rojas que Europa no va a permitir que se traspasen: el respecto a los derechos humanos y la separaciĂłn de poderes. Y el peligro de traspaso existe. Sin embargo, actualmente la UE tiene la sartĂ©n por el mango. Traspasar estas lĂneas rojas supondrĂa exponerse a no recibir las ayudas de la UniĂłn para emprender la recuperaciĂłn. ¿Primarán los intereses de los partidos por encima de los intereses de los ciudadanos?
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