EDITORIAL OCTUBRE 2020-El gobierno de Román, mucho humo y pasotismo

Al gobierno municipal, comandado por José María Román, no deja de surgirle problemas.

 

Ya les hemos contado las denuncias de la plantilla de la Policía Local desmintiendo el balance positivo del verano realizado por su concejal, José Manuel Vera, para el que todo había salido bien. Falta de personal, escasez de efectivos en la calle en plena temporada estival, cuando la población casi se triplica aunque estemos con el coronavirus como amenaza, sin coches con los que acudir a dos sitios a la vez y los que hay tienen miles de kilómetros y cualquier día se caen a pedazos, emisoras estropeadas, lo que les impedía comunicarse entre ellos o con la centralita, etc., etc., etc.

 

En ese balance tampoco hablaba del conflicto con los voluntarios de Protección Civil, que llegaron a concentrarse porque no les pagaban los míseros 28 euros diarios que recibían a cambio de ocho horas de trabajo, a pleno sol, sin gorras la mayoría de ellos, ni sillas donde sentarse o sombrillas bajo las que cobijarse, quemados por el sol y con una crema solar caducada que les dieron, provocando quemaduras graves a algunos de ellos.

 

Tampoco les dieron la ropa prometida, teniendo ellos que agenciársela por su cuenta, a los que sus padres les compraron el pantalón y la gorra porque el Ayuntamiento, que disponía de medio millón de euros para estas personas, fue cicatero y ese gasto no se vio por ningún lado. Hasta les quitaron la botella de agua que les daban cada día al iniciar su jornada laboral.

 

Y les pagaron como diteros, poco a poco, lo que provocó que algunos no tuvieran dinero ni para el autobús. Se les entregó una tarjeta gratuita, pero al poco tiempo dejó de serlo y lo que tenía era un descuento. De vergüenza. Desempleados a los que trataron con la punta del pie, con unos coordinadores que lo único que hicieron fue amenazarles con echarlos si protestaban. Lo mismo que el concejal, que nunca dio la cara.

 

INSTALACIONES DEPORTIVAS Y LIMPIEZA

 

Otros trabajadores que están en empresas a las que el Consistorio les ha concedido servicios públicos, también están con problemas, algunos muy graves. Los que se encargan de las instalaciones deportivas que lleva la empresa Aossa Global SA, de los que el 80% llevaban en un ERTE desde marzo, pidiendo su reincorporación al trabajo cuando se terminó el estado de alarma, lo que no se produjo hasta casi tres meses después.

 

El Ayuntamiento decidió no abrirlas, por lo que no podían trabajar. En estos momentos hay algunos que siguen en sus casas y la mayoría de los servicios cuentan con pocos participantes. Pero la realidad es muy distinta. Al no abrir las instalaciones municipales hasta tres meses después, sus usuarios se han marchado a otras privadas, que están a tope, por lo que el número ha bajado considerablemente. Muy pocos han vuelto. Tampoco se pueden duchar después de hacer ejercicio al estar cerrados los vestuarios, ocasionando que muchos no se inscriban y se vayan a los privados.

 

Los operarios del servicio de limpieza y playas no tienen convenio colectivo y quieren acabar con años de abandono por parte de Urbaser. Denuncian condiciones laborales penosas y aseguran que su situación es inaguantable, pero ni Román ni el edil de Medio Ambiente, Roberto Palmero, han hecho nada para arreglar el desaguisado. Y eso que proclaman la defensa de los trabajadores.

 

Los últimos afectados son quienes trabajaban en el centro deportivo Costa Sancti Petri, que están en una situación muy difícil, pues la empresa que llevaba la gestión dejó de hacerlo al quitársela el Ayuntamiento por sus continuados incumplimientos. Ahora es éste quien se encarga de ello, pero las personas que estaban allí por un ERTE, no saben qué va a pasar con ellas.

 

Tampoco han abierto estas instalaciones y los empleados no pueden acudir al paro por estar todavía dados de alta en la empresa adjudicataria. Muchos frentes abiertos y Román sin hacer nada para solucionarlos.