Chiclana, cuna de oficios-La piedra artificial-Emilio Rodríguez García: Arte con marmolina

 

 

 

PEPE VELA M. (colaboraciones).-

 

Las losas hidráulicas se desarrollan en el sur de Francia y se fabrican a través de cemento blanco y pigmentos naturales, consiguiendo con sus diseños verdaderas obras de arte, sustituyendo en las construcciones a las losas de cantería y a los mármoles naturales. Este mes hablamos del oficio de la piedra artificial con una persona que tiene mucho que contar sobre éste: Emilio Rodríguez García.

 

Con esta técnica del cemento se desarrollan otros trabajos, como la construcción de piedras, ornamentos, figuras de animales, monolitos además de los torneados prefabricados llamados balaustres, que es donde Emilio Rodríguez ha sido conocido y demandado sus trabajo durante tantos años.

 

Nació en San Fernando el 28 de noviembre de 1938, en plena guerra civil. A los doce años tuvo que dejar el colegio porque eran cuatro hermanos, su padre ganaba 30 pesetas y había que echar una mano. Su primer empleo fue en una huerta haciendo el reparto de leche.

 

 

 

LOSAS HIDRÁULICAS

 

Después entró a trabajar con Garófano, que se dedicaba a la instalación y fabricación de losas hidráulicas. Fue su primer contacto de lo que sería ya su vida profesional. Además del tratamiento de pieles, en esta empresa es donde aprende la técnica del prefabricado.

 

De pequeño ganaba un duro, cinco pesetas, donde iba. De más mayor, unas veces eran cincuenta pesetas y otras cien, además de las extras que le pagaban. También llegó a trabajar por su cuenta a peseta la losa fabricada.

 

 

PEDRO ROMÁN, PERSONA CLAVE EN SU VIDA

 

Se vino para Chiclana junto a Paco Mayorga, que se dedicaba a la construcción en la calle Nuestra Señora de los Remedios. Empezaron a medias, pero no tardan mucho en separarse. Después de varios intentos fallidos de sociedad con otros, conoció a Pedro Román, “El Peligroso”, pues a él le compraban el cemento que necesitaba.

 

Éste le ofreció una parcela en Los Gallos con una maquina de dos bolas hidráulicas junto a los moldes, justo lo que necesitaba para fabricar losas y ser el apoyo que necesitaba para empezar por su cuenta. También le suministraría todos los materiales que necesitara.

 

Román llegó a decirle: “Tú trabajas por diez”. Cuenta Emilio que le ayudó mucho y que fue una persona clave en su vida, además de ser su mejor cliente, comprándole mercancía que él fabricaba.

 

 

PIEDRA ARTIFICIAL

 

Pasado el tiempo, las losas van dejándose de vender, empezando entonces con las figuras ornamentales de jardín, leones… Esta técnica se llama piedra artificial, copiando figuras a través de un molde que él mismo hacía, de cemento, sobre un original hecho en dos partes o en cuatro, que le sirve para el relleno de la pieza con cemento y una varilla de hierro que le da consistencia, para luego unirlas y darles el acabado, consiguiendo texturas de piedra natural o marmoleados, como hacía con los balaustres.

 

Moldes que hoy los hace de silicona su hijo Emilio, que es el continuador del conocimiento de este arte, pudiendo fabricar cualquier encargo por difícil que sea, relacionado con la piedra artificial. Su hija Manoli es la que continúa con la venta en la Carretera de La Barrosa, junto a Casa Mayte. Además de todos lo relacionado con el jardín, también tiene un amplio surtido de hornos de leña.

 

Tampoco podemos olvidar a su compañera de toda la vida, Manuela Velázquez, de la familia por los Pelote, de la que se había enamorado por ser muy trabajadora y de buena familia, casándose con ella, y que ha estado toda la vida ayudándole y compartiendo buenos y malos momentos.

 

 

 

LA RIADA

 

Era 1965, estaba con Paco Mayorga en la calle Nuestra Señora de los Remedios, haciendo un encargo para un gran cliente, Sánchez de la Campa, un damero en blanco y verde, llevándoselo todo por delante el agua de la riada que asoló nuestra ciudad hace 53 años, que no paraba de entrar, además de ver salir de la iglesia de San Telmo varios santos, con la impotencia de no poder hacer nada.

 

La única preocupación era salir de allí y evitar los alcantarillados, que no tenían tapas, pues su familia estaba en la otra parte del río, en la calle Palomar, y no sabían nada de él.

 

 

AYUDAR A LOS ARTESANOS

 

Además de la satisfacción de que sus hijos han continuado con su labor, otra es que una de las maquinas que él llegó a usar, se mantiene en la Fundación VIPREN, donde puede verse. Cree que debería ayudarse a la gente artesana para evitar que estos oficios vayan desapareciendo.

 

En la mayoría de las viviendas de Chiclana hay algo suyo. Siempre tendremos a este artesano con nosotros. Si miramos en nuestras casas, habrá un escalón, algún animal de jardín o algún balaustre que haya salido de sus talleres, a lo largo de tantísimos años jugando con la marmolina con tanto arte.