Un día vendrá (Día de Europa: 9 de mayo)

Félix de la Fuente [colaboraciones].-

 

“¡Un día vendrá en el que las armas se os caigan de los brazos, a vosotros también! Un día vendrá en el que la guerra parecerá también absurda y será también imposible entre París y Londres, entre San Petersburgo y Berlín, entre Viena y Turín, como es imposible y parece absurda hoy entre Ruan y Amiens, entre Boston y Filadelfia. Un día vendrá en el que vosotras, Francia, Rusia, Italia, Inglaterra, Alemania, todas vosotras, naciones del continente, sin perder vuestras cualidades distintivas y vuestra gloria individual, os fundiréis estrechamente en una unidad superior y constituiréis la fraternidad europea, exactamente como Normandía, Bretaña, Borgoña, Lorena, Alsacia, todas nuestras provincias, se funden en Francia. Un día vendrá en el que no habrá más campos de batalla que los mercados que se abran al comercio y los espíritus que se abran a las ideas. Un día vendrá en el que las balas y las bombas serán reemplazadas por los votos, por el sufragio universal de los pueblos, por el venerable arbitraje de un gran senado soberano que será en Europa lo que el parlamento en Inglaterra, lo que la dieta en Alemania, ¡lo que la Asamblea Legislativa en Francia! Un día vendrá en el que se mostrará un cañón en los museos como ahora se muestra un instrumento de tortura”. (Víctor Hugo 1849).

 

Hoy, día 9 de mayo, celebramos el 71 aniversario de la Declaración de Schuman. Robert Schuman. En su discurso pronunciado en París en 1950, Schuman exponía su idea sobre una cooperación política europea que hiciera impensable un conflicto bélico entre las naciones europeas.

 

LA DECLARACIÓN SCHUMAN FUE EL COMIENZO

 

Justo un año después se firmaba en París el Tratado por el que se creaba la primera Comunidad Europea, la Comunidad del Carbón y del Acero. Por eso, la Declaración Schuman se considera el comienzo de lo que es hoy la Unión Europea.

 

“El Gobierno francés propone que se someta el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y de acero a una Alta Autoridad común, en una organización abierta a los demás países de Europa. La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas”. (Declaración Schuman).

 

Quizás estemos pensado que la idea de integración europea o de los Estados Unidos de Europa o de la Europa Federal, o como lo queramos llamar, es algo que solo tiene que ver con los países de la Europa central, especialmente con Francia y Alemania.

 

Pero no. Basta con recordar la importancia que ha tenido un monje italiano del siglo VI, Benito de Nursia, en la interconexión de los pueblos de Europa a través de los monasterios benedictinos, que en su día fueron mucho más que unos conventos y fomentaron la cultura, la economía (“ora et labora”) y la sanidad por toda Europa.

 

LA UNIDAD DE EUROPA NO ES UNA FANTASÍA

 

Conviene recordar también el papel que jugó y sigue jugando el Camino de Santiago en el fomento de esta Europa sin fronteras. Pero no necesitamos ir tan lejos. La idea de una Europa unida ha estado presente en muchos escritores y políticos españoles, italianos y franceses, alemanes, ingleses…. Por citar solo algunos: Ortega y Gasset, Madariaga, Unamuno, Víctor Hugo, Aristide Briand, Altiero Spinelli, Churchill, Thomas Mann, Rilke, Coudenhove-Kalergi y un largo etcétera

 

«La unidad de Europa no es una fantasía, sino que es la realidad misma, y la fantasía es precisamente lo otro: la creencia de que Francia, Alemania, Italia o España son realidades sustantivas y, por tanto, completas e independientes». (Ortega y Gasset).

 

Un día llegará en que nos demos cuenta de la importancia que tiene y ha tenido la paz en Europa y en lugar de celebrar fiestas nacionales y regionales que nos recuerdan guerras y batallas e, incluso en algunos casos, fomentan los sentimientos más bajos del ser humano, celebremos como Dios manda en todos los países de la UE el día de Europa, recordando a Robert Schuman, pero también a tantos europeístas que le precedieron.