Inaugurada la exposición “El jardín de las delicias” de Antonio Morales en el Museo de Chiclana
Podrá visitarse hasta el 12 de septiembre y ofrece veinte fotos que hacen un guiño a la obra de El Bosco.-
Ayer se inauguró en el Museo de Chiclana la exposición El jardín de las delicias de Antonio Morales, en la que ofrece a través de veinte instantáneas un guiño a este conocido cuadro de El Bosco, en un lenguaje tan atemporal como el famoso tríptico del Prado. De hecho, estas obras dan esa misma sensación de extrañeza y atmósfera onírica que los retratados en la otra obra. Asistieron la delegada de Cultura, Susana Rivas; el director del Museo, Jesús Romero, y el autor de la misma, Antonio Morales.
Veinte piezas que son todo un manifiesto, un posicionamiento bello a la par que contundente. No en vano, Antonio Morales, desde su propuesta rotunda y radical, se yergue como activista visual, donde el cuerpo humano es protagonista del sentido de lo real.
En palabras del poeta Raúl Alonso, que subraya la inserción del hilo narrativo en ese discurso postdramático cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XX, “la exposición El jardín de las delicias constituye una obra con muchas capas, más bien estratos, sedimentos que se apilan uno sobre otros entramados por una delicada semántica de la relación entre la superficialidad de la carne y la interioridad del mito que ha construido la identidad de la cultura judeocristiana y su estructura liberal-capitalista, basada en la normatividad de cuerpos diseñados para el consumo: cuerpos modélicos, atractivos, deseables y físicamente perfectos, que es lo que vende en la publicidad, en la vida social y en las revistas de moda”.
REENCONTRARSE CON EL CUERPO HUMANO
Contra eso, partiendo del mito del Génesis, Antonio Morales opone al jardín del Edén un anti-jardín de cuerpos no normativos, no mercantilizados, no ajustados a los cánones del sistema capitalista, sino un mosaico de escenas, donde el desnudo de cuerpos naturales, cuerpos reales, que se relacionan entre sí en composiciones de escenas exentas de pulsión y de deseo de consumo, configuran un paisaje fragmentario y exento de fundamentación moral que pone de relieve la urgente necesidad de nuevas formas de relacionarnos y ser en lo colectivo.
Veinte piezas de un total de treinta y seis, que sirven para saber de El jardín de las delicias y para adentrar al espectador en el particular universo creativo y de referencias de este artista nacido en Castro del Río (Córdoba) en 1970 y diplomado por la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba en 1994. Dedicado a la pintura en el primer tramo (1990-2000) de su carrera artística a la pintura, época en la que participó en diversas exposiciones, obteniendo el Premio Diego Monroy de Pintura. Además, fundó en 2011 el colectivo fotográfico Envilo.
“Estamos muy contentos por poder contar con esta nueva exposición fotográfica de la mano de Antonio Morales, al que agradecemos, un año después, nos haya traído esta muestra”, comentó Susana Rivas.
Por su parte, Morales señaló que “El jardín de las delicias es un punto de fuga para reencontrarnos con el cuerpo humano. Es un proyecto que nació con un libro publicado en 2018 y que luego necesitaba colgarse en las paredes. Ha recorrido distintos lugares y ahora, después de un año de espera, llega a Chiclana, una ciudad encantadora. La Cultura es un complemento perfecto para otros atractivos como las playas”.
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