Un matrimonio de Chiclana denuncia que la Junta le arrebató a su hija con mentiras y a la fuerza

La va a dar en preadopción aunque ya tienen trabajo y una casa, pero no quieren devolvérsela ni entregarla a su familia, estando además a la espera del fallo de la Audiencia Provincial de Cádiz.-

Cuando a mediados de febrero de 2020 Adelardo Ostenero fue a Servicios Sociales a pedir una ayuda para él y una casa para su hija Mila (32 años), su esposo Jorge Puerta (38) y su nieta Paula, que entonces tenía año y medio, no podía imaginarse lo que pasaría al día siguiente y al otro. La Junta le arrebató a su nieta sin contemplaciones, aduciendo que estaba en peligro y que no podía seguir con sus padres y familia.

Los técnicos municipales se personaron en su casa, con dos habitaciones, donde vivía con su mujer y los tres citados, ya que en ese momento no tenían trabajo y no podían alquilar una vivienda para ellos solos, de ahí la ayuda que solicitó. En la vivienda había varias bolsas con diversos objetos y enseres, ya que los domingos suelen montar un puesto en el mercadillo para ganarse la vida cuando no tienen empleo.

 

Les dijeron que debían limpiar la casa para que estuviese en buenas condiciones, lo que hicieron. Eso fue el 18 de febrero de 2020. Les dieron quince días para dicha limpieza, pero al día siguiente volvieron y se llevaron a la niña con engaños según cuenta Mila: “En el informe de los técnicos se decía que la casa de mis padres tenía mucha basura y excrementos de gatos por todas partes, lo que es mentira, ya que el único gato que tienen está fuera y amarrado, por lo que es imposible que hiciera lo que dijeron”.

 

Por otra parte, no es propio de gatos lo que dice el informe, ya que son animales muy limpios y no van dejando sus heces por toda la casa. También decía que su madre dormía en un colchón en el suelo, “lo que es falso –tercia Adelardo-. Además, no entraron en la habitación, por lo que no podían ver lo que había en ella”.

 

SE LA QUITARON A LA FUERZA

 

El día 19 se personaron en el inmueble de sus padres varios técnicos del Servicio de Menores y ocho policías autonómicos, así como una pareja de policías locales: “Llegaron dando golpes a la puerta como si dentro hubiera terroristas o narcotraficantes. Quisieron entrar por la fuerza en mi casa, les dije que si tenían orden judicial y me dijeron que no, por lo que les impedí la entrada”, relata Adelardo.

 

Afirma Mila que le mintieron: “Me dijeron que cogiera mis cosas y las de la niña y que nos llevarían a casa de mi suegra, pero no fue así ya que nos engañaron. Fuimos directamente al cuartel de la Guardia Civil y por separado. A mi marido lo metieron en un coche y a mi hija y a mí en otro”.

 

Una vez allí, le quitaron la niña, pero no se lo puso fácil: “Me la quisieron quitar a la fuerza los policías de la Junta, diciéndome que la soltara, pero no lo hice, por lo que me golpearon en la espalda y se la llevaron”. Agrega que “tuvieron que esposarme”. No entienden las razones para quitarle a su hija.

 

Dice su padre, Adelardo, que “a mi nieta no le faltaba de nada. Iba a la guardería, pasaba el control del niño sano, estaba bien de peso y no había ningún problema, por eso es injustificable que nos la arrebataran y más de la manera en que lo hicieron”.

 

INFORMES FALSOS

No encuentran justificación alguna en el proceder de la Junta, concretamente en la delegación de Cádiz: “Se llevan por las malas y a la fuerza, con informes llenos de mentiras, no les valen sus padres, que la han cuidado muy bien siempre, tampoco nosotros ni una tía suya, que es su madrina, a la que rechazan porque tiene cincuenta años. Ninguno de la familia es apto para encargarse de la niña”.

 

El modus operandi es similar al de Mercedes Estrada y su nieta Thalía, a la que se llevaron de la cuna nada más nacer, cuando ella había pedido su custodia. También había ido a Servicios Sociales a decir que quería hacerse cargo de ella porque su madre, su hija mayor, no estaba en condiciones de cuidarla. Tampoco la vieron apta, ni a nadie de su familia biológica, dándola en preadopción a una familia de Granada. Por suerte, los tribunales le han dado la razón tras seis años de lucha y se la tendrán que devolver.

 

También Mila y Jorge fueron a juicio, pero el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Cádiz falló en contra suya, diciendo que la situación familiar había mejorado, pero no lo suficiente, decretando el desamparo provisional de la niña. Como es lógico recurrieron la sentencia, estando a la espera de que la Audiencia de Cádiz dé su veredicto.  

 

La mejoría de la situación familiar que aludía la jueza era porque ya tienen una vivienda Mila y Jorge, así como trabajo, pero para la Junta “ya es muy tarde”. Incluso les culpan de no haber conseguido trabajo en 2020, por mucho que éstos le explicaran la dificultad que tuvieron, porque además de la falta de empleo llegó el coronavirus y nos confinaron tres meses en nuestros hogares.

MIEDO POR SU HIJA

Pero eso no es motivo suficiente para la funcionaria que habló con ellos en Cádiz, repitiendo una y otro vez que ya era tarde, que no habían conseguido trabajo y que no había nada que hacer, ante la desesperación de estos padres, que ven cómo pueden quedarse sin su pequeña, a la que llevan viendo cada semana en la capital gaditana desde hace más de año y medio y que mañana puede ser la última vez si no ocurre algo que lo impida.

 

Otra incongruencia de esta funcionaria: “Cuando nos quitaron a la niña nos dijo que buscáramos ayuda en nuestra familia y amigos para cambiar la situación, y ahora nos dice que no somos aptos porque somos incapaces de salir adelante sin la ayuda de nuestra familia, que no nos podemos mantener por nosotros mismos”. Increíble. Según la manera de pensar de esta persona, deberían retirar la custodia de miles de niños porque están siendo mantenidos por los abuelos, al tener a sus padres en paro.

 

Paula se aferra a su padre cada vez que se ven y no se quiere ir cuando acaba el tiempo de visita. La niña no es feliz con la familia que la tiene a su cargo: “Estamos muy preocupados por ella, porque ha estado enferma por una infección de oído con 40 de fiebre, teniéndola que llevar a Urgencias y no nos han avisado, como tampoco del accidente de tráfico que tuvo en el centro de Cádiz. Nos dijeron que no había sido nada, pero tenía moratones y arañazos y aseguraron que había sido en el colegio, cuando en esa fecha no había”.

 

Aseveran que “lo que están haciendo a nuestra hija es muy grave, porque le están creando un trauma. Paula tiene miedo y lo notamos cuando la vemos. Tampoco nos dejan darle besos alegando que es por el virus. Son inhumanos”. Ya les han dicho que están listos los papeles para entregarla en preadopción, aunque según su abogada, Tamara Huelga, “nos parece descabellado que la Junta de Andalucía inicie los trámites con fines de adopción de la menor, cuando la Audiencia de Cádiz no ha resuelto todavía el asunto”.

 

FAMILIA DE ACOGIDA

 

La familia de acogida de Paula recibe cada mes de la Junta 900 euros: “Podrían ayudarnos a nosotros con ese dinero para cuidar a nuestra hija, en vez de dárselo a una desconocida, que nunca le dará cariño como nosotros, que somos sus padres y la queremos”. Además, “dicen que está mejor con esa familia que con nosotros, pero no es un hogar definitivo sino de paso, por lo que no creemos que se preocupe de ella como debería y se merece”.

 

Por cierto, fueron a ver al concejal de Servicios Sociales de Chiclana, Francisco Salado, al que le contaron lo sucedido, respondiendo el edil que “mis trabajadoras no mienten. Puede que vean la situación con distinta perspectiva, pero no mienten”. A ver qué pasa mañana miércoles, que irán a Cádiz a reencontrarse con su hija.

 

No saben si podrán verla más o se lo impedirán. Suponemos que no pasarán una buena noche ante esta incertidumbre. Desgraciadamente, no es el único caso en que la Junta actúa así, ni será el último. Ya advirtieron a Mila que si tiene otro hijo “me lo quitarán del nido”. No se andan con chiquitas.