Logo Derecho - Bann

Cataluña, a la carga de nuevo


Francisco M. Navas [colaboraciones].-

En medio de la profunda desidia que invade a la ciudadanía catalana por el estrepitoso fracaso del procés, al parecer ya inmunizada contra cualquier tipo de independentismo anacrónico, llevamos varios días desayunándonos con una nueva polémica que permite sacar pecho de nuevo al inexistente gobierno de Cataluña: la defensa a ultranza del catalán.

 

Resulta que esta casta de políticos de medio pelo confunde sus intereses, o sus legítimas aspiraciones, con una especie de verdad absoluta que nadie debe atreverse a rebatirles. De manera que cuando formulan un postulado cualquiera, por muy disparatado que sea, dan por sentado que hablan excátedra y que los que disienten de ellos son poco menos que imbéciles.

 

Tres elementos se enfrentan, de nuevo, en este asunto relativo al aprendizaje y uso del catalán, que ha permitido revivir las esencias del más puro nacionalismo rancio: el Tribunal Supremo, la denuncia de una familia que reclama el aprendizaje del español para su hijo y el gobierno catalán.

 

No seré yo quien dé la razón a ninguno de los contrincantes en esta absurda pelea lingüística que históricamente nos retrotrae al Duelo a Garrotazos, de Francisco de Goya. Porque si unos padres creen lesionados sus derechos constitucionales, que están por encima de cualquier otros, amparándonos a todos, y plantean la correspondiente denuncia, lógicamente un tribunal deberá fallar sobre el asunto y el gobierno de turno podrá recurrir la sentencia, si le es desfavorable, siempre que no sea una sentencia firme.



 ACOSO A LOS NO INDEPENDENTISTAS

Esas son las reglas de juego. Aquí no hay buenos ni malos. Aquí, como en tantas ocasiones, confrontan dos instancias, dos bloques que ejercen sus derechos o sus funciones legalmente establecidas, es decir, la familia denunciante y el Tribunal Supremo de una parte, y de otra los nacionalistas miopes que quieren convertir el catalán en el nuevo inglés.

 

Y claro, cuando en el transcurso del desarrollo de nuestra aún joven democracia se decidió transferir íntegramente las competencias educativas a las Comunidades Autónomas, nadie podía suponer que esto se interpretaría en Cataluña como la posibilidad de aplicar una política lingüística que exacerbara la enseñanza del catalán, arrasando de camino la enseñanza de español. De aquellos polvos, estos lodos.

 

Cataluña está gobernada, gracias a los votos de sus propios conciudadanos, por los mismos que en su día violentaron su Parlamento aprobando leyes para las que carecían de competencias, posibilitando el acoso público y privado de las personas que simplemente se declaraban no independentistas.

 

Aplaudiendo algaradas en las calles en las que se respiraba de todo menos democracia, defendiendo posteriormente a unos condenados en sentencia firme, con todas las garantía legales, por sedición y malversación de caudales públicos, produciendo una fractura social casi insalvable y repitiendo continuamente el mantra de España nos roba, cuando eran ellos mismos los que se robaban entre sí.

 


POLÍTICOS CERRILES, MIOPES E IGNORANTES

Hablar de estos políticos resulta tan inútil como echar margaritas a los cerdos. Porque aun cuando todas las lenguas, dialectos y localismos merecen ser respetados y conservados como patrimonio cultural de la humanidad, hay que ser cerril, miope, ignorante y tendencioso para defender a ultranza una lengua que hablan apenas ocho millones de personas en el mundo, ninguneando a otra, de la que por cierto procede la suya junto con el francés, que cuenta con unos quinientos ochenta millones de hispanohablantes y ocupa el cuarto lugar entre las lenguas más habladas del planeta.

 

Por intentar documentar algo más todo este ridículo asunto, les diré que el catalán ocupa el puesto ochenta y ocho en el ranking de lenguas más habladas del planeta. Estoy seguro de que otras lenguas como el Urdu, con ciento setenta millones de hablantes, el Swahili, con noventa y ocho millones.

 

El Tegulu, con noventa y tres millones o el Turco, con ochenta millones, nunca se atreverían a menospreciar al español, que pese a quien le pese, sigue figurando como una lengua que aspiran a estudiar a diario cientos de miles de estudiantes en el mundo.

 

SALVADORES DE LA PATRIA

 

Comentaban los informativos la insistencia del gobierno catalán en saltarse a la torera, buscando cualquier resquicio legal, la sentencia del Tribunal Supremo. Sentencia benigna, a mi modo de ver, porque debería ser obligatorio por ley estatal invertir los porcentajes, impartiendo las materias un setenta y cinco por ciento en español y un veinticinco por ciento en catalán, aunque sólo fuese por la comparativa de los millones de hablantes de ambas lenguas.

 

Estos salvadores de la patria también podrían probar a eliminar las clases de inglés para reforzar el catalán porque, total, tan sólo lo hablan mil ciento treinta y dos millones de personas en el planeta y ¿qué es eso, comparado con la inmensidad de ocho millones de personas que hablan su lengua?

 

Parafraseando a aquella sabia mujer de raza gitana (ahora le llamarían romaní), que sentenciaba, con toda la sorna del mundo: “Pleitos tengas, y los ganes”, yo me atrevería igualmente a apostillar: “Políticos tengas como los del gobierno catalán, y que te vaya de perlas”.

 

Ah, y les aconsejo que hagan como yo cuando voy a Cataluña. Si alguien insiste en hablarme en catalán al oírme hablar en español, yo le contesto en inglés. Ahí queda eso.

 

 

1 comentario:

  1. Con lo fácil que es el catalán, Navas!
    La estupedez de algunos andaluces con el catalán y con Cataluña no tiene fin. La envidia es mala consejera

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.