Y ahora el Mono Sapiens de epidemia tras la Gran Depresión de 2008
Hoy Charlot no podría, como lo hizo, burlarse e imitar al esperpéntico Hitler en el cine. Así, de tal calaña, ya sólo nos queda El Niño de Korea; a Gadafi lo mataron. Hoy manejan los estados otro tipo de caricatos (hago recuento): Yeltsin, Trump, Berlusconi, Boris Johnson -el festero de Londres-… y hay muchos en la cola: Marine Le Pen, Santiago Abascal, amigo del alma del presidente húngaro y del polaco. Puigdemont en el exilio y el serbio, que no está bien visto después de la que liaron en la ex-Yugoeslavia.
Países y territorios antes comunistas a la fuerza, ahora se radicalizan como nacional-católicos, justo al contrario que los españoles, o nacional-ortodoxos o con revolución árabe aplastadísima. Imanes, Putin, el chino que por mucho que lo mires no le sacas ni mu. ¿Y el ISIS? ¿Y el apartheid que se fue de Sudáfrica y reapareció en Palestina?
La Historia no se repite. El presente es siempre nuevo. Cierto que en tu mente, esas Historias de ahora te recuerdan algo, tienen un no sé qué irracional. Muchas cosas raras que están pasando y que ahora te enteras antes de la cuenta, antes de que sucedan o sin que de verdad sucedan. No paran las mentiras, los bulos, las paranoias… y leña al mono con los pobres inmigrantes, ¡con los ricos, no!
¡Vaya descalabro económico mundial! Tras la crisis de 2008, ahora la pandemia ¡Y ellos el doble de ricos! Y los pobres no van a terminar de vacunarse ni de aquí al 2025 o quién sabe si para el 2030. Verdaderamente el mundo, cada vez más complejo, no está en condiciones de afrontar los problemas globales, y menos ahora con los nacionalismos, todos ávidos de identidad, de subidón de autoestima o de adrenalina con bandera: sean beatos, independentistas, indigenistas, lanzacohetes, de la gran China, de su Putin mami o de América primero.
¡Que las fronteras nunca sean prisiones! ¡Qué vivimos en corrales!¡Qué el mundo es de todos! ¡No a la guerra! Y te sale un Aznar que con tal de figurar, ni lo duda: ¡Guerra! Y ni lo juzgarán por su sentir genocida y mentiroso.
Se hace política, como en los concursos televisivos de cocina psicopática, con víctimas mortales. Desfogando metralla de sinrazones cual hooligan partidista en Youtube. ¡Y anda que no son peligrosas las pantallas y quienes están detrás de ellas! Hay tanta gente hablando, de normal, tan veloz que dejan atrás a los locutores de radio. ¿Qué le está pasando al Mono Sapiens?
A principios del s. XIX fueron dos epidemias (fiebre amarilla y cólera) más Napoleón. A principios del s. XX fueron dos guerras mundiales, el crack de 1929 y la epidemia de la gripe española. A principios del s. XXI la gran depresión de 2008, a la que siguió la pandemia del Covi-19.
Y ahora se escuchan ya tambores de guerra en la frontera -que eso significa Ucrania- con Rusia en manos de un espía soviético dispuesto a emular a Catalina la Grande, después de que su alcoholizado antecesor, Yeltsin, vendiera a unos pocos lo que durante 70 años fue soviéticamente de todos. Al desplome de la URSS le siguió un periodo carroñero; la desplumaron.
Hasta lograr hacer negocios con un teleempresario americano, Trump, aupándolo electoralmente hasta que, finalmente, lograron sacarlo de la Casa Blanca, a pesar del asalto del astado vikingo que aseguraba que le habían robado el triunfo arteramente al del tupé de pollito. No hay que ser un lince para saber quién manejaba a quién. El twittero Trump no era más cuidadoso que Putin.
MUCHAS CALAMIDADES JUNTAS
Eso sí, para finos y espigados los ultraderechistas holandeses que, como Marine Le Pen, tienen casi 1/3 de los votos del electorado. O sea, qué ¿otra vez tenemos aquí al mismo perro pero con diferente collar?
La Historia no se repite. Con el paso del tiempo todo se va volviendo más complejo y el Mono Sapiens, ya con un puerto USB en las sienes, cada vez más yonki de un sí mismo virtual que le atrapa y define. Cada vez más anglo perdido, más ilusamente informado y más sórdidamente comunicado y solo, más insano y extraviado que una ballena harta plástico.
Lo que no significa que no podamos concebir periodizaciones de eso que llamamos Historia ¿Pero por qué ahora Ucrania, el recibo de la luz, el Covi-19, la Filomena, el volcán, el tsunami, todo a la vez? ¿Por qué los ricos se vuelven el doble de ricos y aparecen conspiranóicos o antivacunas?
ETAPAS DE LA HISTORIA
Si a la gente le enseñaran a recoger su ropa en casa, no tirarían las latas y plásticos de lo que consumen. ¡Quién dijo: Ya lo recogerá la nena, aunque se trate de su madre! El siglo XXI no es tan feminista como parece. El Mono Sapiens traga lo que le echen; siguen los feminicidios.
Empecé a estudiar Historia hace más de 30 y me ha sido muy útil para entenderla el percatarme de la existencia de periodos optimistas, positivistas, objetivistas, racionalistas, expansivos, globalizadores, internacionalistas, a los que siguen otros más bien pesimistas, románticos, subjetivistas, irracionalistas, pasionales, antiglobalizadores, nacionalistas,…
Al menos, desde la Edad Contemporánea esos periodos son de aproximadamente 50 años. Hablo de utilidad, no de verdad o dogma: Empieza el 1º, irracionalista, en 1789 y termina en 1848, lo llamamos Romanticismo, al que sigue un periodo de racionalista: el Positivismo-Realismo-Naturalismo, hasta más o menos1895 (en la Conferencia de Berlín repartió África a tiralíneas), ahí comienza el Modernismo, el Fin de siglo y las Vanguardias, Surrealismo e irracionalismo, hasta 1945.
Tras ella aparece otra etapa racionalista, Neopositivista, optimista, hasta que derriban el muro de Berlín en 1989 y comienza la actual etapa, irracionalista, nacionalista… Para simplificar, hablo de etapas curvas y pasionales (Barroco, Romanticismo, Modernismo, Postmodernismo) y etapas rectilíneas y racionalistas (Renacimiento, Ilustración, Positivismo, Neopositivismo).
SE ESPERAN TURBULENCIAS
Así que estamos en una de esas etapas moviditas, que comenzó -por poner una boya en el ancho mar de la Historia- en 1989. En estas etapas cambia la potencia hegemónica y no faltan pandemias. Cambiará el ciclo hacia 2045, cuando China, con ayuda de Rusia, puede disputarle esa hegemonía a EE.UU. con la Unión Europea.
Abróchense los cinturones que se esperan turbulencias. Cambio climático, plásticos hasta en la sopa, inmigrantes… Y cuidadito con el apasionamiento; lo fácil que es provocar un incendio y la negra realidad que puede seguirle. Sólo la empatía y la solidaridad pueden mitigar los daños. No hay otra receta que la de acabar con el hambre y la desigualdad.
Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Cómo hacer para que los ricos frenen su avara condición? ¿Cómo hacer para que los gobernantes no desvíen el dinero que les prestan o lo roben?
JUAN J. RODRÍGUEZ BALLESTEROS
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