EDITORIAL DICIEMBRE 2022-Cándida Verdier y su mundo paralelo

Cándida Verdier es la portavoz del gobierno municipal PSOE-IU. De profesión abogada, dejó la carrera por la política y le va mucho mejor.-

Gana un pastizal (más de 6.000 euros al mes como senadora) y su única función es atacar al rival, el Partido Popular. Comenzó en política en los años 90, presentándose a la alcaldía en 1995 por el Partido Andaluz del Progreso, inventado dos años antes por el entonces alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, tras su enfrentamiento con Alejandro Rojas-Marcos, mandamás del Partido Andalucista, que motivó el abandono de esta formación. Verdier sacó 467 votos, quedando la última.

Este fracaso de los dos partidos andalucistas les llevó a unirse de nuevo “por el bien de Andalucía”. No por el suyo, por Andalucía. Y esa fusión desembocó en que el PAP propuso como secretaria local a Verdier, que no tenía ni idea de política. Y el PA tragó, muy a su pesar. Su labor fue nula y abandonó poco después. Pero en 1999 llegó la sorpresa: entró en el PSOE y fue en la lista de Manuel Jiménez. Desde entonces ya no se ha bajado de la burra política, cerró su despacho y a vivir que son dos días.

Lleva muchos años de secretaria local del PSOE y últimamente es hasta senadora. Cuando gobernó el cuatripartito se quedó en la calle, pero sus compis de batallas la colocaron como cargo de confianza en Diputación, por donde no apareció en el año y medio que tardaron en derrocar a Ernesto Marín comprando las voluntades políticas de Nadine Fernández y María Ángeles Polanco, que pasaron de unos brazos a otros en un pis pas.

Como concejala tampoco ha hecho nada bueno destacable. Incluso llegó a defender a los delincuentes que detenía la Policía Local, que estaban a sus órdenes y que, por tanto, tenía que enfrentarse a ellos en los juicios, cuestión que nunca se dio porque llegaba a un acuerdo con sus defendidos para que se declararan culpables y no tener que ir a juicio.

Pero unos agentes la vieron, se lo dijeron al Oficial Jefe, Manuel Domínguez, éste se lo comunicó al alcalde (Jiménez Barrios) como era su obligación y el regidor, en vez de cesarla como correspondía, la cambió a Hacienda y santas pascuas. Y sancionó a Domínguez varios meses de empleo y sueldo por decírselo.

ALÓ PORTAVOZ

Curiosamente, años después Verdier pediría al PSOE provincial que lo echaran del partido, por haber tenido la osadía de apoyar otra candidatura que se presentó en las elecciones a secretaria local socialista, a la que ella también aspiraba. Ganó por un voto y con dos abstenciones. Sus pláticas en los plenos provocan risa, nunca contesta lo que le critica o pregunta la oposición, siempre se va por los cerros de Úbeda y termina pareciéndose a Cantinflas, porque no se sabe qué es lo que está diciendo.

Ahora, Cándida Verdier nos suelta cada mes las mismas mentiras y peticiones a la Junta en su Aló Portavoz, donde repasa el intenso trabajo que hacen, enmascarando sentencias contra el PGOU, cuatro nada menos, diciendo que “continuamos trabajando para sacar adelante proyectos importantes para el desarrollo de Chiclana, como sucede con el urbanismo, donde se avanza con la Junta en la redacción del POU y el PGOM, que esperemos tener en un año y medio y tres años respectivamente”. Y se queda tan pancha.

Y pide que se haga el centro de salud de La Cucarela, que tenía que haber realizado el PSOE cuando mandaba, hace doce años, y arreglar la cañada de los Barrancos, que Susana Díaz no hizo antes de comenzar las obras del tranvía. Y recepcionó el centro de Los Gallos con múltiples deficiencias, que costaron su reparación el doble de lo se pagó por el nuevo. ¡Ah! También pide un hospital para nuestra ciudad, cuando su partido en Chiclana afirmó, con el PSOE en la Junta, que no hacía falta. Lo dicho: Cándida Verdier vive en un mundo paralelo.