Caos en Chiclana tras el apagón de nueve horas, que afectó a varios países europeos

Cientos de establecimientos y empresas no pudieron trabajar con normalidad desde las 12,20 horas y muchas de ellas tuvieron que cerrar sus puertas.-

A las 12,30 horas se produjo un apagón general en Chiclana, que minutos después nos enteramos que era a nivel nacional e internacional. Cientos de comercios, bares, restaurantes y empresas en general se quedaron incomunicados durante nueve horas, aunque lo peor ha sido la incertidumbre de lo que estaba sucediendo. Trenes y el tranvía sufrieron las consecuencias también.

Miles de hogares no pudieron hacer sus comidas y los centros comerciales, excepto Mercadona, no pudieron atender a sus clientes, ya que no podían pasar por la máquina los productos. En el resto de establecimientos no se podía pagar con tarjeta y se ha dado el caso de que algunos clientes no llevaban dinero en efectivo, teniendo que ir a sus casas por él.

Pero entre tanto caos de incomunicación porque tampoco funcionaban los teléfonos y no podíamos enterarnos de lo que estaba pasando, hubo comercios que han tenido su agosto adelantado y son las tiendas que vendían transistores de toda la vida, con sus pilas de toda la vida, así como las cocinas pequeñas de gas con uno o dos fuegos, que desaparecieron por arte de magia.

Las tiendas de chinos y moros también tuvieron un gran día, con colas de ciudadanos ávidos de comprar algo tan básico como lo citado, pero que adquirieron un valor inmenso un día como el de hoy, donde la tecnología punta, esa que llaman 5G y otras, nos dejaron indefensos y sin saber qué hacer. Algunos recordaron lo sucedido, casi en estas mismas fechas, en 2020, con el coronavirus.

ACABADAS LAS EXISTENCIAS DE TRANSISTORES Y COCINAS

Francisco Aguilar, de la tienda Eloy Aguilar, comentó a PUENTE CHICO que “cuando llegué por la tarde vi una cola de gente en la calle, que me sorprendió. No me acordaba del apagón. Vendí en un momento casi todos los transistores y sus pilas que me quedaban, así como cocinas pequeñas de gas”. Hablando con él entraron más chiclaneros en busca de transistores y pilas.

Otro establecimiento que se vio sobrepasado por la petición de transistores, pilas, velas y cocinas fue el Bazar Morales. Su propietario, Alfonso Morales, relató que se lo habían comprado todo: “He vendido por la tarde treinta y siete radios con sus pilas correspondientes, linternas, velas y las cocinillas de gas de uno y dos fuegos que me quedaban. Solo tengo unas pilas, muy pocas. Lo demás lo he vendido todo”.

En nuestro recorrido por el centro hemos visto numerosos comercios cerrados y otros abiertos, pero sin clientes, con las empleadas sentadas dentro esperando que entrara alguno; otros cerrando, y en Hornos La Española vendieron dulces, batidos y refrescos, ya que no pudieron hacer té o café.

La biblioteca municipal también estaba abierta, pero al no tener luz tampoco tenía estudiantes o lectores utilizándola como hacen cada día. Muchos bares no abrieron por la tarde. Pero también afectó a las farmacias, dentistas, psicólogos, etc. La de Santa Ana, en Jesús Nazareno, además de no poder atender a los clientes que iban por sus medicinas, tampoco podían cerrar porque el dispositivo es eléctrico y sin luz el mando no funcionaba. Ya se veían vigilando toda la noche para que no entrara ningún desaprensivo.

PROBLEMAS A TODOS LOS SECTORES

En la clínica dental de la calle Constitución, de Pedro Sanmartín, colocaron un cartel anunciando que por la falta de luz no abrirían por la tarde, lo mismo que una pedagoga de la calle Hormaza, pidiendo también disculpas por no haber podido avisar a los pacientes que tenían cita esta tarde.

Esto es a grosso modo, un balance de lo sucedido en el día de hoy. En los polígonos industriales el apagón también causó numerosos problemas para poder trabajar. Y en el centro de salud El Lugar tampoco podían dar citas, que suponemos sería lo mismo en el resto de Chiclana.

A última hora de la tarde, antes de que llegara la luz, se vieron coches de la Guardia Civil y Policía Local por el centro de la ciudad, vigilando para evitar posibles robos, y de no haber venido la energía eléctrica, habría sido una larga y fructífera noche para la impunidad que los amigos de lo ajeno habrían tenido para llevar a cabo sus fechorías. Cinco polígonos, un municipio muy grande sin luz, ni teléfonos, ni alarmas. Y los cuerpos de seguridad de Chiclana sin efectivos para contrarrestarlos.

A ver qué nos cuentan nuestros políticos sobre el motivo del apagón. Nueve horas después no tenían ni idea de lo sucedido. A ver a quién o a qué le echan la culpa.