Sede Vacante (1)-El único rey que se elige como un presidente
FERNANDO PEREA [Colaboraciones].-
No tengo inconveniente en reconocer que ni yo mismo termino de entender como un viejo periodista retirado, que es reconocido ateo y bastante anticlerical por quienes me conocen, siente una absoluta fascinación por el período técnico en la sucesión del país más confesional del planeta, que se llama Sede Vacante, cuyos únicos cuatro kilómetros de fronteras no solo están limitando con un solo país, sino con una misma ciudad: la eterna ciudad de Roma.
El país se denomina Estado Vaticano, porque se halla en una de las siete colinas romanas, la colina Vaticana. Vaya por delante que en ese colectivo confesional, mi único reconocimiento es por los que dejan sus comodidades en casa para irse al lugar más miserable, no a evangelizar -eso es hacerse un propagandista- sino a ayudar a que esas comunidades prosperen, aunque sea un poquito. Pero reconocimiento y fascinación son cosas bien distintas
La singularidad del Estado del Vaticano es que es un reino europeo -por mucho que se disimule al exterior- de corte absolutista. Tan así es que, además, tiene como principio la infalibilidad de las decisiones de su rey. Una monarquía que no es hereditaria sino electiva -proceso en sí mismo, más próximo a un perfil más que republicano- entre un colectivo de príncipes (los cardenales) nombrados por el mismo rey o sus antecesores en el trono.
Trono en el que hay listados 266 ocupantes -todos varones- desde el principio de su época, aunque tan solo han sido ocho los que han tenido el poder de ser Jefe de Estado de ese minúsculo territorio, pues solo adquirió independencia de la Italia del dictador Benito Amilcare Andrea Mussolini el 11 de febrero de 1929, en el llamado Pacto de Letrán.
LÍDER DEL PAÍS MÁS PEQUEÑO DEL MUNDO
La Sede Vacante es un proceso que suele durar en torno a 20 días, pero que históricamente llegó a durar hasta dos y tres años por falta de acuerdo entre los electores. Hasta que el cachondeo cardenalicio en la elección efectuada en la ciudad italiana de Viterbo, entre el 29 de noviembre de 1268 y el 1 de septiembre de 1271, derivó en el encierro bajo llave (cum clavis, en latín) de los purpurados y con racionamiento de pan y agua, hasta que se pusieran de acuerdo en la elección del nuevo rey (llamado de diferentes maneras, siendo las de Papa, Sumo Pontífice u Obispo de Roma las más utilizadas).
El monarca que se elige es el líder del país más pequeño del mundo. La extensión de este minúsculo reino no llega al medio kilómetro cuadrado (como dos manzanas en mi calle). Tan pequeño que en España cabrían un 1,15 millones de Vaticanos. Ese elegido entre sus pares es el primer influencer de la Historia y, me apuro a decidir, casi de la actualidad.
Tiene menos de mil habitantes regulares entre sus muros, y no tienen pasaporte vaticano casi la mitad. Es verdad que pueden emitir un pasaporte de servicio a no residentes como los 252 actuales cardenales, y al grupo de diplomáticos de las distintas Embajadas Vaticanas (Nunciaturas) en cada país, con los que se mantienen esa relación diplomática.
LA NÚMERO UNO DE LAS CONFESIONES POR NÚMERO DE FIELES
País minúsculo y población exigua, lo hacen el último de ambas clasificaciones mundiales por superficie y habitantes. Pero capaz de influir en el pensamiento y actuación de los 1.400 millones de personas que oficialmente pertenecen a este credo -según denominan unos- o secta -según otros-. Ahí reside la importancia de este país sobre los que estos días están puestos todos los ojos del mundo.
La número uno de todas las confesiones por número de fieles -seguida de cerca por los islamistas- tiene la gran diferencia con el resto de credos, que la Sede Romana es una organización vertical con una sola persona en la cima de la pirámide. El resto de religiones no se organizan monolíticamente como esta, siendo casi todas formadas por grupúsculos independientes, lo que las condenan a ser ejércitos de Pancho Villa en la práctica.
La cifra de 1.400 millones es equivalente a la población que tienen cada uno de los dos gigantes asiáticos India y China. Conviene imaginar lo que es tener la población de un país de esos desperdigados -desigualmente, desde luego- por todo el mundo, capaces de seguir en mayor o menor medida sus doctrinas morales y políticas. Un poder tremendo para un país de dos manzanas de tamaño, menos de mil habitantes y un monarca con marchamo de infalible en todas sus decisiones.
Desde
el pasado lunes 21 de abril hay Sede Vacante en el Vaticano. El último monarca,
el Papa Francisco -que en el momento
que, en el futuro haya otro que elija el mismo nombre, pasará a la historia
como Francisco I-, el cardenal
argentino Jorge Mario Bergoglio Sívori moría a los 88 años de edad, tras
doce años y 39 días de reinado.
LA CAPILLA SIXTINA, LUGAR DE LA ELECCIÓN DEL NUEVO PAPA
A partir de aquí, hay un funcionario interino llamado Cardenal Camarlengo, el irlandés Kevin Joseph Farrell (77 años), ejerce de monarca provisional para los asuntos administrativos. No antes de quince días, pero no después de veinte, se han de encerrar (el Cónclave) los cardenales electores en una superficie de menos de 550 metros cuadrados, hasta que salgan con un nuevo monarca elegido por mayoría de dos tercios en cuatro votaciones diarias (salvo el primer día, que solo se hace una).
Puede que esos 550 metros sea uno de los cuatro o cinco sitios más bellos del planeta. Es la Capilla Sixtina (toma su nombre de Francesco Della Rovere -Sixto IV,- que la inauguró en 1473). Su techo es una bóveda situada a casi 21 metros de altura. En dos fases (de 1508 a 1512 y de 1536 a 1541), el posible mayor genio artístico del Renacimiento -en competencia con Leonardo di ser Piero da Vinci- conocido como Miguel Ángel y de nombre natal Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, realizó el conjunto pictórico en su bóveda y muros que sigue dejando boquiabierto a millones de visitantes.
Las
escenas del llamado Juicio Final desgranan las escenas del primer libro
del libro sagrado del catolicismo, el Génesis.
Recomiendo vivamente que cualquiera de mis lectores interesado en esta Capilla
y su genio creador, vea la película dirigida por Carol Reed en 1965
titulada El tormento y el éxtasis,
donde se produce un duelo interpretativo entre Charlton Heston (en el
papel de Miguel Ángel) y Rex Harrison (en el del pontífice-militar de la
guerra y mecenas Giuliano della Rovere -Julio II-).
SOLO UN PAPA RENUNCIÓ AL CARGO EN SEIS SIGLOS
Basada en un libro de Irving Stone del mismo año, narra el complicado proceso de creación de esas pinturas... y la más complicada aún relación ente el papa y el artista. Casi tan mala como la que había entre Heston y Harrison, quizás porque el segundo rodaba muchas escenas tras trasegarse alto contenido alcohólico..., pero donde mantenía un admirable dominio escénico hasta oír el ¡Corten! del director, para a continuación casi desplomarse.
Realmente el Cónclave se relajó bastante en su exigencia física para los cardenales (hombres muy mayores, tradicionalmente) en sus últimas dos ediciones. En la de abril de 2005 (donde fue elegido el cardenal alemán Joseph Alois Ratzinger, a los 78, que eligió ser llamado Benedicto XVI y que abdicó -renunció al cargo- en 2013 tras seis siglos en lo que nadie renuncio al trono vaticano), y el de marzo de ese 2013 donde fue elegido Bergoglio.
Ahora, cada noche de ese Cónclave no duermen en camastros esparcidos por La Sixtina. Van cada tarde en procesión a la Domus Sanctae Marthae (Casa Santa Marta, un hotelito de tres/cuatro estrellas a unos 400 metros de esa capilla). Duermen y cenan allí, para volver a la mañana siguiente en procesión inversa a La Sixtina. Esta residencia es la que Francisco ha utilizado como su casa, siendo el primero de la historia en no ocupar los apartamentos pontificios del Palacio Apostólico.
(Continuará)
Muy interesante artículo y muy bien documentado. Espero el siguiente.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo.
ResponderEliminarBuen articulo
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