EDITORIAL MAYO 2025-Román y Trump, a ver quién dice la chorrada más grande

Un mes más tenemos que hablar de las sorpresas que nos da nuestro alcalde, José María Román. Recuerda al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cada día sale con una carajotá. 

Nuestro regidor se parece bastante al del pelo amarillo. Cada día sale haciéndose autopromoción en las redes sociales. Raro es el día que no visita un bar o un comercio y se lleva toda la prole informativa con él. Tiene que hacer su NODO.

A pesar de tener a casi todos los medios de información bajo su cuerda, de las redes sociales y de la página del Ayuntamiento, ahora ha sacado un boletín propagandístico en el que cuenta lo mismo, pero con la firma de su partido, PSOE (Partido Sectario Obsoleto Español), que regalan a los ciudadanos y los distribuyen por bares, tiendas y lugares de acceso ciudadano.

Que si arreglamos unos caminos en el extrarradio, generalmente de entidades vecinales afines; que si asfaltamos una calle que lleva diez años esperando, que si hacemos unas viviendas, que se pagan con dinero del Estado, Europa o la Junta, pero yo me lo apunto, etc. Quedan dos años para las elecciones, pero ya ha empezado su campaña.

Como Trump, Román tiene que inventarse algo, la mayoría de las veces inservible para el ciudadano, pero lo vende como algo extraordinario, cuando en realidad no sirve para nada, solo para gastar dinero en cosas inútiles, que podrían haberse empleado en obras y actuaciones que si son necesarias para el bienestar de la ciudad.

Hizo una torre mirador que es la mayor estupidez que han construido en los últimos 50 años en Chiclana, inútil también, inaugurada hace un año por la ministra choni y que sigue sin funcionar, algo parecido al adefesio de la plaza Mayor, que lleva más de quince años inutilizado y cada vez con más grietas, pero no le dan una salida digna.

EL METROMINUTO, LA ÚLTIMA PAMPLINA DE ROMÁN

Pero la última pamplina que nos ha colao es el metrominuto. El cachondeo que ha generado entre los chiclaneros esta gran idea, muy potente como diría nuestro regidor, ha sido la repera. Dicen que su objetivo no es informar, “puesto que normalmente las personas ya conocen estos datos, sino insistir en que desplazarse a pie es positivo para la salud personal y el bienestar colectivo”. En el centro no se puede hacer otra cosa que andar, porque casi todo es peatonal.

“El metrominuto no ofrece resultados cuantificables sobre desplazamientos a pie o sobre el número de personas que dejan de utilizar el coche privado”. O sea, que no vale para nada. Un gasto inútil más. El nuevo invento romaní es de Premio Nobel, pero no es suyo, lo que también es normal. Esta  revolucionaria iniciativa nació en 2011 en Pontevedra, la Red de Ciudades que Caminan lo adoptó para difundir la cultura de la movilidad natural en nuestras ciudades.

Hoy, casi un centenar de municipios lo adoptaron como un medio interesante para animar a caminar. O sea, que formamos parte del selecto grupo que pierde el tiempo en chuminadas, en vez de dedicarse a gobernar para el bienestar ciudadano. ¿Por qué Román no dedica el tiempo en buscar soluciones contra los robos y atracos que se producen casi a diario en Chiclana? ¿O a frenar las construcciones y parcelaciones ilegales?

¿O acabar con las colas de tráfico? ¿O hacer un plan urbanístico legal después de 25 años anulándolos todos los tribunales de Justicia? Pamplinas, muchas pamplinas, es lo que le gusta a nuestro excelso comendador de la Villa. Román y Trump se parecen más de lo que parece, pero al del pelo lacado en cuatro años lo perdemos de vista, mientras que al nuestro nos da que va a estar en el cargo más tiempo que Franco. Avisados quedáis, chiclaneros. Después no os quejéis.