Julia Torres, fundadora de “Huellas callejeras”, disuelve la asociación por agotamiento

Después de quince años dedicados a la ayuda a los animales callejeros, ha decidido descansar y agradece la ayuda recibida de muchos voluntarios que se unieron a la causa.-

La AsociaciónProtectora de Animales Huellas Callejeras de Chiclana ha pasado a peor vida, tras decidir su fundadora, Julia Torres, disolverla. Dice que “he dedicado mi vida plenamente a los animales más necesitados de mi ciudad, casi quince años sin descanso. Hoy, he decidido decir adiós”.

Reseña que en este último año “lo he pensado en muchas ocasiones, sintiéndome culpable por querer disolver la asociación que un día hice con tanta fuerza e ilusión, lo hice con la esperanza de hacer cambios dándole voz, visibilizando sus vidas, pero olvidando la mía”.

Cuenta Julia que “he pasado miles de madrugadas en vela dando biberones, medicando y meciendo almas en pena, he abrazado la vida y la muerte en un mismo instante cientos de veces. No puedo más”. Continúa diciendo que “mi teléfono es una discordia constante a todas horas y no soporto la sociedad, la dureza, la poca vergüenza, preguntándome cada día dónde está la humanidad”.

Señala que “he rescatado miles de animales y aun así me siento culpable por no seguir, pero mi estado de salud ya no lo permite, me siento débil, sin fuerza. Me pesa mi día a día y los voluntarios se van reduciendo, me encuentro sola, aunque rodeada de mucha gente buena, sí, pero últimamente estoy sola en todo. Esta es la realidad. Entiendo que es una lucha que pesa demasiado para las personas y que no pueden seguir el ritmo que supone estar aquí”.

SEGUIR PIDIENDO JUSTICIA PARA LOS ANIMALES

En su despedida Julia Torres comenta que “los voluntarios van y vienen, pero nadie permanece para siempre. Quiero agradecer a todos ellos, que fui conociendo estos años atrás, particulares que siguen el camino, a todos los que pasaron y que a día de hoy crearon su propia asociación”.

Declara así mismo que “dejo paso a las nuevas asociaciones, a la nueva generación. Dejo paso a todas las que creen que cambiarán el mundo como lo creía yo, porque realmente lo cambiamos con el paso del tiempo y concienciando con ejemplo. Les cedo esta lucha con dolor y compasión”.

Da las gracias “a todas aquellas personas que me vieron como referente y con admiración. Gracias a todas las que ayudaron donando comida, dinero y prestando hogar. A todas las familias que adoptaron nuestros animales. Gracias de todo corazón”.

Finaliza su escrito diciendo emocionada que “siempre permanecerá en mí todo lo vivido y recordaré las Huellas callejeras con un gran amor. Ojalá algún día se consiga lo que tanto soñé y que las administraciones cumplan. Los políticos nunca harán el cambio sin el poder del pueblo. Seguir gritando la justicia que los animales merecen y les pertenecen, por favor, como ciudadanos o asociación, pero griten sus derechos”.