Recibimiento municipal a representantes de la localidad mejicana de Lagos de Moreno

Entregaron un busto de Agustín Rivera y Sanromán, hijo de un chiclanero que emigró a México en 1815.-

El alcalde, José María Román, recibió a una representación de la ciudad mejicana de Lagos de Moreno (Jalisco), compuesta por el doctor en Humanidades y cronista de la ciudad, Óscar González Azuela, y el doctor en Humanidades, embajador honorario, escultor y pintor, Carlos Terrés. Asistieron al acto la primera teniente de alcalde, Ana González; el cronista de la ciudad, José Luis Aragón Panés, y quien hizo de enlace para este encuentro, José Verdugo.

Al regidor le entregaron una escultura de bronce del doctor e historiador mexicano, Agustín Rivera y Sanromán, obra de Carlos Terrés. Rivera fue hijo del chiclanero y subteniente del Batallón de Cazadores de Navarra, Pedro Rivera Jiménez, que partió hacia Nueva España (actual México) para combatir a los insurgentes novohispanos en 1815.

Después de haber luchado y apaciguado el virreinato en los primeros años, siendo de ideología liberal, comprendió como otros muchos españoles que la lucha no era contra aquellos españoles novohispanos sino contra el rey Fernando VII. Discrepancias en el servicio de armas, se une a la idea de Javier de Mina de que hubo también españoles liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por el bien de todos.

Unido a esta idea se sumó el amor nacido entre él y una joven de Santa María de Lagos, que terminaría en matrimonio. De éste surgirá una estirpe que llega hasta nuestros días. Román comentó que raro es el municipio mejicano que no tiene una calle a nombre de Agustín Rivera y Sanromán, sacerdote, y del que Óscar González Azuela es familiar: “Estos representantes de Lagos de Moreno han realizado un viaje importante y seguiremos trabajando para acercar a ambas localidades”.

Por su parte, Carlos Terrés agradeció la recepción del Ayuntamiento, señalado que “es un acto en memoria y reconocimiento a nuestros antepasados”. Recordó que Agustín Rivera vivió en la casa de sus padres, por lo que conoce muchas anécdotas del que fuera historiador y sacerdote liberal. Óscar González Azuela dio las gracias a la gestión de José Verdugo, “porque gracias a él ha sido posible este encuentro”, así como el apoyo de José Luis Aragón Panés como cronista de la ciudad.