Y si el paracaídas no se abre …
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Celebro que, al referirse al proceso de integración europeo de España, Felipe VI, en su discurso de Navidad, haya dicho que fue un paso “ilusionante”. Llevo más de diez años escribiendo en periódicos modestos, pero cercanos a la gente, porque hablan de los problemas de los pueblos, del barrio, de la ciudad, es decir de los problemas y asuntos cercanos a los ciudadanos: un proyecto “ilusionante”.
Y lo hago bajo el lema “ilusionados por la política” (si dudáis, comprobad en Google este lema), relacionándolo casi siempre con el proceso de integración europea. Hablo de política, porque creo que una buena política podría acabar de un plumazo, con la mayoría de los problemas que nos rodean: paro, vivienda, sueldos, carestía de vida, inmigración, sin el engorro de tener que vernos asaltados constantemente por la calle por las asociaciones caritativas, que intentan golpear nuestros sentimientos humanos, como si los simples ciudadanos fuéramos los responsables de todos estos males.
La supresión de cinco consejeros de
los múltiples que poseen los gobiernos, supone más ahorro que todo lo que
pueda mendigar en un año cualquiera de la ONGS, por no hablar de viajes en avión de
nuestros jefes de gobierno.
El día en que los políticos presenten un proyecto ilusionante, ese día acabará el enfrentamiento entre los ciudadanos. A l ciudadano español su partido no le ilusiona y los otros partidos no le convencen. Y así nos va. Un proyecto ilusionante nos uniría a todos y lograría restaurar la convivencia pacífica entre todos los españoles.
Hubo un día en que nos ilusionaba la política y nos ilusionaba la UE. Actualmente no sucede ni una cosa ni la otra. Actualmente no nos convence la UE, porque no nos convence la política y, en menor medida, no nos convence la política porque no nos ilusiona la UE. En España, democracia y UE son vasos comunicantes. Si fracasa la política nacional, siempre tenemos la malla protectora de la UE que nos protege, como ha sucedido en múltiples ocasiones.
Por eso hay que hablar de política, pero sin rencor y sin odio, hablar de política y de convivencia, para que nos ilusione la democracia. Y por eso hay que hablar y defender la UE, aunque nos llamen utópicos, por si falla la democracia. Porque, si falla la democracia – que en España falla casi siempre- y falla también la UE, si no hay malla protectora que nos proteja. Si no se nos abre el paracaídas, ¿qué sucederá?
¡FELIZ NAVIDAD!






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