Y no tiene abuela
El ego subidito, la modestia arrinconada, la suficiencia de creerse superior a los demás y un aura (que Ă©l se cree que tiene), de ser que está por encima del bien y el mal. AsĂ hemos visto en la Ăşltima semana al Ănclito ex presidente, JosĂ© MarĂa Aznar. Con más pelo y menos bigote, el ex lĂder del PP manifestĂł que con Ă©l en el Gobierno no habrĂa esta crisis. Y tan pancho se quedĂł el chaval. Sus acĂłlitos de la FAES le aplaudieron a rabiar, mientras que en GĂ©nova no se si hubo regocijo por sus palabras o pesar por lo que se le puede venir encima al pobre de Mariano Rajoy.
Sobre el gallego pende el recuerdo de ocho años de absolutismo "pepero" encarnados en la figura de Aznar. Él personalizaba todo lo bueno y lo malo que tiene ese partido. ConsiguiĂł el despegue econĂłmico de España en su primera legislatura (ayudado eso sĂ, por la dinámica mundial que ya entonces enfilaba la recuperaciĂłn), y sorprendentemente concitĂł apoyos que no se esperaban. Lo malo llegĂł con la mayorĂa absoluta, como siempre. El Aznar dialogante encontrĂł en su amigo Bush lo que le faltaba: la presencia internacional y el carisma de lĂder reconocido más allá de los Pirineos. Craso error. Llegaron las malas noticias para el Partido Popular y la pĂ©rdida del prestigio ganado en los cuatro primeros años. Aznar lo hizo y Ă©l mismo lo deshizo. MuriĂł como polĂtico en esos dĂas de amiguismo bushiano, guerras ilegales y mentiras camufladas de dignidad presidencial. En bambalinas, se encontraba un Mariano Rajoy que entre hilillos de plastilina veĂa el fin del aznarato.Retirado de la polĂtica, Aznar es ahora como el perro del hortelano de la polĂtica nacional. AĂşn cree que su opiniĂłn es necesaria y por eso habla de economĂa, de aborto, de familia y de religiĂłn, queriendo sentar cátedra dentro y fuera de su partido. Lo que ignora es que en la sociedad apenas tiene calado lo que diga el ex presidente. Otra cosa es lo que se diga en su partido, donde al parecer la mayorĂa no echa cuenta de las diatribas de su ex lĂder. Por eso, porque ya no lo escuchan, Aznar busca abrigo en tiempos pasados que para Ă©l fueron mejores. De ahĂ su foto con su primer gabinete, donde querĂa reflejar que ese equipo sacĂł a España de la anterior crisis y de paso, mandar un recadito a Rajoy (otro más): no le gusta su forma de hacer oposiciĂłn. Curiosamente a Ă©l le gusta la que llevĂł al actual presidente popular a perder por segunda vez ante Zapatero.
Otra cosa es lo de la crisis. Como "ideólogo", Josemari tiene la receta para salir de la crisis. Claro, que es muy fácil decir, pero hacer... Lo suyo consiste en flexibilizar el mercado laboral, vulgo despido por la cara. Desde la patronal se aplaude a Aznar, mientras los trabajadores no saben ya si temblar por los cuatro millones de parados o por que no haya un Aznar, segunda parte.
Aunque lo que me parece más interesante es ver si Aznar aplicarĂa esa receta si aĂşn se mantuviera en el poder. ¿Despido libre? No, gracias. La Ăşltima vez le costĂł una huelga general. Ese es el castigo que reciben los chicos pasados de listo que no tienen abuela.
(viñeta de Forges)





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