Kilómetros y Rock

Gracias. Muchas gracias. Me habéis hecho la vida más fácil. Si amistad y dinero son aceite y agua (ya nos lo demostró Michael Corleone), amistad y música son una maravillosa ecuación con la que asumes que sí hay algo parecido a estar cerca de esa falacia llamada felicidad.
Es ilusionante viajar. Hacerlo en coche, en buena compañía, como si estuvieras en una road movie americana o en un párrafo de En el camino de Kerouac, transfigurándome en un trasunto de un Dean Moriarty alocado recorriendo la polvorienta Ruta 66. Amistades en mis aventuras y desventuras por esos mundos de Dios. Ya lo han hecho antes y siempre han cumplido eficazmente con su labor. Amistad y música. Ocurre algo curioso (seguro que al buen lector también le pasará). Me acuerdo de ciertos sitios, lugares, situaciones, personas si escucho ciertas canciones... Bendita memoria.
En otras ocasiones me veo viajando por una autopista francesa que cruza Las Landas, derritiéndome por esa canción tonta que todos conocemos de Crowded House, entro en Valencia al ritmo de los Dusminguet, se me van los pies en las largas rectas de la provincia de Albacete escuchando al mago Kusturica y su orquesta de no fumadores, me maravillo porque el gran Joaquín Sabina también pasa 19 das y 500 noches en un bar del Barrio Alto de Lisboa, junto a mi, tomándose una ginjinha a mi vera, siempre a la verita mia. ¡Salud, colega!
En una carretera secundaria de Portugal, tortuosa y estrecha, Mark Knopfler recorre con sus dedos el mástil de una Gibson Les Paul y dejamos que nos cuente/cante como son esos túneles del amor que tanto anhelamos descubrir. Hablando de esa cosa... me enamoré por primera vez en Barcelona escuchando Temptation en la ajada y tabernera voz de Tom Waits (que Dios o quien sea nos lo guarde por muchos años) y me emborraché desgañitándome con una de los Guns'n'Roses. Allí, cerca de la Plaza Real (que no monárquica), viví uno de esos momentos llamados "mágicos", cuando un bar entero aulló el American Pie de Don Maclean.
Ya lo véis. Todos vienen conmigo, nunca estaré mal acompañado en mis viajes. Seguro que nuestra amistad seguirá creciendo.
A todos, gracias. Por ser como sois. Por estar ahí.
Tostón de artículo, nada interesante.
ResponderEliminarGracias por haberlo leído.
ResponderEliminarBienvenido al club de los imposibles.
ResponderEliminarImposible de leer
ResponderEliminarno hay peor sordo que el que no quiere oir, ni más necio que el que no quiere entender.
ResponderEliminarfumanchu dice: porlagloriamimare calificativos: ñoño, pijo de cojone, sin sustancia, aburrido, pesado, este no sabe er probe, no sabe, y aparte desconoce y despues de desconocer tiene la poca verguenza que hay que tener para autoproclamarse periodista e historiador. y lo mejor de el es su atrevimiento. eso si su atrevimiento es lo unico bueno que se hay que sacarle. pero vamos la duda deja mucho que desear y no te queda mas remedio que pensar que ese atrevimiento es solo la causa de un buen respaldo y un buen padrinito.
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