Niña-isla: Noyud Alí

¿Qué puedo hacer por ti?, le preguntó el juez Mohammad Al Ghazi a la última persona que quedaba en el salón de su despacho aquella mañana del 2 abril de 2008. «Mi divorcio», respondió la niña de 10 años con cara de muñeca, quien no podía ocultar su edad a pesar de llevar ese velo y esa abaya negra que tapa a las yemeníes que han contraído matrimonio. La petición lo aterró. En toda su carrera nunca se había enfrentado a un caso como ese a pesar de que en las poblaciones rurales de su país las niñas suelen casarse antes de los 13.

Su sueño de libertad, sin embargo, se ha cumplido a medias. Si bien ya no está casada con el «hombre de dientes quebrados, que huele a cigarrillo y que me hacía malas cosas», sí tiene que cargar con la responsabilidad de su acto. Al fin y al cabo, el atrevimiento de pedir el divorcio para deshacerse del monstruo a quien su padre la había entregado a cambio de 1.100 euros, la ha dejado marcada para siempre.
«Noyud, sin saberlo, se sacrificó por el resto de jóvenes yemeníes y ya no volverá a tener una vida normal. Siempre será el centro de atención allá donde vaya», cuenta la periodista franco iraní Delphine Minoui, quien ayudó a contar la historia de Noyud en un el libro Me llamo Noyud, tengo 10 años y estoy divorciada, recientemente publicado en España por MR ediciones después de ser un éxito en Francia.
Esta pequeña, explica Delphine, no sólo rompió un tabú que existía en su país por el cual las mujeres tenían que casarse cuando sus padres lo consideraban, sino que además logró que se empezara a cambiar la normativa yemení sobre el matrimonio. Hace pocos meses, el Parlamento aprobó en una primera instancia una ley que dice que las mujeres no se pueden casar antes de los 17 años y que exige que cada boda sea testificada por un juez.
Desde que Noyud obtuvo el divorcio su vida ha pasado a ser un cuento de hadas donde los fantasmas aparecen por todas partes para impedir la felicidad de la pequeña princesa. Por un lado está el lado precioso de la historia que la ha alejado del «monstruo» -como se refiere a su ex marido, quien desapareció sin dejar rastro tras la sentencia-, y que la ha llevado a lugares que no se imaginaba que existían. De pedir dinero en la calle y de dormir en el suelo junto con ocho de sus hermanos en una casa humilde, a hospedarse en hoteles lujosos y a encontrarse con gente que quiere darle regalos por su valentía.
En noviembre de 2008 fue declarada mujer del año por la revista Glamour y el premio le fue entregado en Nueva York en presencia de Nicole Kidman, Hillary Clinton y Condoleezza Rice. En febrero fue la protagonista de los medios franceses cuando se publicó su biografía allí. «Se sentía como Alicia en el país de la maravillas», dice la autora del libro, Delphine Minoui, quien señala que cuando Noyud conoció a algunas de las ministras francesas dijo impresionada: «¡Hay mujeres ministras! Yo quiero estudiar mucho y ayudar a las chicas como yo».
Pero el capítulo de los viajes y la fama, es sólo la parte bonita de la fantasía. El lado oscuro incluye al estado yemení que le habría quitado su pasaporte al regresar de Francia y desde entonces no ha podido aceptar otras invitaciones para recibir premios o viajar.
Pero el verdadero problema de Noyud es su padre, Ali Mohammed Ahdal, que entre muchas cosas decidió que no volvería al colegio. Este hombre que no alcanza los 50 años descubrió que la niña era una mina de oro y que podía traer a casa el dinero que necesitaba. Por esa razón, cuando Noyud regresó de Nueva York decidió mantenerla junto a él, por si llegaba cualquier periodista que quisiera pagar por oír el testimonio de su hija estrella. No fueron pocos los medios y televisiones de todo el mundo que acudieron hasta Sana’a, la capital de Yemen, para contar la historia de Noyud, quien según refiere Delphine, ya estaría estudiando en un colegio privado que se paga con los beneficios del libro.
Con este dinero que la editorial francesa le envía mensualmente a Yemen a través de la embajada de este país en París, también se costea la nueva vivienda que alquilaron. La idea, según explica, es comprarle una casa más adelante y financiar en un futuro la fundación que Noyud quiere abrir en su país para ayudar a niñas como ella.
bonita historia. lo que hace falta ahora es que todo lo que esta niña quiere hacer pueda llevarse a cabo, que en países como ése es muy difícil.
ResponderEliminarHE LEIDO EL LIBRO Y ME HA IMPACTADO MAS QUE OTROS , EN FEBRERO VIAJARE A YEMEN CON MI MARIDO Y ME GUSTARIA CONTACTAR CON NOYUD SI ES POSIBLE.
ResponderEliminarES IMPRESIONANTE EL VALOR DE LA NIÑA LEI EL LIBRO Y PARA ROMPER CON TODA UNA TRADICION HAY QUE AMAR LA VIDA Y NUESTRA LIBERTAD COMO PERSONA
ResponderEliminarAdministrador =======================
ResponderEliminarPor favor no escriban en mayúsculas