MOVIOLA DE TRAIDORES (Algo pasa en Hollywood)

César Bardés [colaborador]
Muy lejos del retrato despiadado de los productores ejecutivos del cine que nos retratĂł Robert Altman a principios de los noventa con la demoledora El juego de Hollywood, Barry Levinson nos propone en esta ocasiĂłn una mirada al otro lado de la moviola y nos deja en manos de una cierta idea de que estos tipos del dinero y del control tienen que poseer unas tragaderas del tamaño de una plaza de toros para que, al final, valgan tanto como lo que ha valido su Ăşltima pelĂcula.
AsĂ que Levinson coge algo que le pasĂł realmente al productor Art Linson (uno de los talentos más reconocidos de la industria con Ă©xitos de la talla de Los intocables, Dick Tracy, Heat o El club de la lucha), lo adapta al rostro de Robert de Niro, que con su habitual minuciosidad consigue hasta parecerse fĂsicamente a Linson, y nos cuenta, una vez más, una historia que nos dice a la cara que la industria del cine está compuesta por seres sin piedad, por oportunistas indeseables, por aprensivos enfermizos, por directores de pretendida vena artĂstica cuando por las venas les corre otro tipo de sustancia y, con una cierta falta de mordacidad, nos muestra a los tipos que tienen que decir sĂ cuando deben decir no y que no se note mucho. Esos mismos a los que muchas veces se ha despreciado por ser los fulanos que ponen el dinero cuando, en incontables ocasiones, han sido los responsables de salvar o hundir una pelĂcula y, en el fondo, son profundos conocedores del gusto de quien paga por un entretenimiento tan tonto como Ă©ste de contar historias con imágenes.
Pero Levinson, a pesar de la evidente flojera en algunos pasajes, deja algunos rincones reservados a la inteligencia como lo es el hecho de que el Ă©xito o el fracaso de una pelĂcula se base en la muerte de un perro de un disparo mostrada sin tapujos y que el pĂşblico rechaza de manera frontal pero que, sin embargo, no pestañean cuando el protagonista es acribillado a balazos bañados de bestialidad. Más allá de eso, tambiĂ©n consigue ser cáustico describiendo los caprichos de las estrellas con la excusa de la creaciĂłn fĂsica de un personaje basándose en su barba cual MoisĂ©s moderno. La falsedad está a la orden del dĂa y, mientras tanto, de Niro, como siempre, nos hace un repaso por todos los estados de ánimo posibles y pasa de la desesperaciĂłn a la cortesĂa, de la tentaciĂłn irresistible a la negociaciĂłn sin aristas, de la decepciĂłn del fracaso a la resbaladiza bĂşsqueda del Ă©xito debajo de las piedras. Al final, es posible que, confinado en un rincĂłn del poder, tenga una pequeña victoria en el rodaje de su propia vida privada pero eso es la concesiĂłn pactada de una derrota de la que parece responsable.
En todo caso, a la historia de Art Linson le falta mordacidad, un punto de agresividad y quizá dos de humor más ingenioso y menos evidente. No cabe duda de que, al contrario que Altman, Levinson es un hombre plenamente integrado en la industria y que ha regalado joyas que merecen un lugar destacado en el cine contemporáneo como son El mejor, Avalon, La cortina de humo o, incluso, El secreto de la pirámide pero tambiĂ©n fĂłrmulas tan vulgares como Rain man, Toys, Bugsy o Jimmy Hollywood. Tal vez, tambiĂ©n tuvo que claudicar en algĂşn instante del montaje tras una moviola observada por los traidores aunque eso es patrimonio exclusivo de los que tienen colgada en la cabeza la pluma que les identifica como autores con ambiciĂłn. Y que no olvidemos que pueden estar tan equivocados como el productor más recalcitrante, el actor más estresante, el agente más cobarde o el matrimonio más errado. Aparte de todo ello, uno ve la pelĂcula y sabe perfectamente que eso no le ocurrirá a Ă©l porque lo más cerca que hemos estado de una cámara fue en aquella grabaciĂłn familiar que fue un Ă©xito porque pillamos a papá con dos copas de más y diciendo un arrastrado “os quiero mucho” que se convirtiĂł en nuestro no cuando quisimos decir sĂ.
César Bardés
Estupendo comentario. Como siempre.
ResponderEliminarEstoy esperando la critica de AVATAR :-D
A mi de Niro me encanta... aunque haga bodrios como la copa de un pino, siempre pone un puntito de interĂ©s en sus pelĂculas
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