La Orquesta Estatal Rusa triunfó de nuevo en el concierto de año nuevo
La Orquesta Estatal Rusa volvió a deleitarnos con las piezas clásicas que cada año por estas fechas nos ofrece. Valses, polkas y obras de siempre, de los autores más importantes, fueron interpretadas con la maestría de siempre por esta orquesta, una de las más antiguas de Rusia, fundada en 1920. La dirección corrió a cargo de Ramón Torrelledó.
El Teatro Moderno registró una gran entrada como ya es habitual cada vez que la Orquesta Estatal Rusa acude a nuestra localidad. El concierto de año nuevo es una de las actuaciones más esperadas por los amantes de la música clásica y en estos años que llevan viniendo han ido consiguiendo adeptos hasta convertirse en una de las mayores atracciones de la temporada.
Era éste el décimo año que tocaba en Chiclana y por ello el repertorio fue una mezcla de temas nuevos mezclados con otros que han interpretado en ediciones anteriores. El Vals del Emperador, de Joham Strauss, fue el que abrió el espectáculo musical, siguiendo con la marcha militar de Tchaikovski, Opus 38, una de las piezas más conocidas de este autor ruso. Los solistas, como siempre, estuvieron brillantes, así como todos los que componen esta importantísima orquesta sinfónica, alrededor de cincuenta, con muchos jóvenes en sus filas.
Por la Estatal Rusa han pasado músicos importantes de este país como Shostakovic, Prokofiev o Khachaturian. De otro de los grandes de la música rusa, Sergei Rajmáninov, ofrecieron un hermoso vals, pues no sólo de los Strauss vive este estilo. De uno de los miembros egregios de esta Orquesta, Shotakovic, tocaron otra pieza similar.
Uno de los momentos más importantes de la noche, lluviosa y con truenos, que no impidió que acudieran al concierto centenares de aficionados, fue cuando la Orquesta Estatal Rusa interpretó la Obertura de 1812, de Tchaikovsky, compuesta como homenaje al triunfo de las tropas rusa contra Napoleón cuando éste intentó conquistar Moscú y se quedó a las puertas, siendo derrotado por el frío y la nieve.
El director cántabro, Ramón Torrelledó, demostró la compenetración que tiene con los músicos, no en vano actúan juntos a lo largo del año por varios puntos de España y el extranjero. Explicó con gracia algunas de las obras, como las polkas que ofrecieron casi al final del concierto, que se bailaban en lugares similares a nuestras discotecas.
Como cierre, tras dos bises, interpretaron otra pieza clásica de estas fechas, dirigiendo Torrelledó al público y a la orquesta a la vez, al primero con palmas, haciendo que éste participara de la fiesta. Encendidos y larguísimos aplausos despidieron a la orquesta rusa.
Ha sido el décimo año actuando en Chiclana con gran presencia de público
La Orquesta Estatal Rusa volvió a deleitarnos con las piezas clásicas que cada año por estas fechas nos ofrece. Valses, polkas y obras de siempre, de los autores más importantes, fueron interpretadas con la maestría de siempre por esta orquesta, una de las más antiguas de Rusia, fundada en 1920. La dirección corrió a cargo de Ramón Torrelledó.
El Teatro Moderno registró una gran entrada como ya es habitual cada vez que la Orquesta Estatal Rusa acude a nuestra localidad. El concierto de año nuevo es una de las actuaciones más esperadas por los amantes de la música clásica y en estos años que llevan viniendo han ido consiguiendo adeptos hasta convertirse en una de las mayores atracciones de la temporada.
Era éste el décimo año que tocaba en Chiclana y por ello el repertorio fue una mezcla de temas nuevos mezclados con otros que han interpretado en ediciones anteriores. El Vals del Emperador, de Joham Strauss, fue el que abrió el espectáculo musical, siguiendo con la marcha militar de Tchaikovski, Opus 38, una de las piezas más conocidas de este autor ruso. Los solistas, como siempre, estuvieron brillantes, así como todos los que componen esta importantísima orquesta sinfónica, alrededor de cincuenta, con muchos jóvenes en sus filas.
Por la Estatal Rusa han pasado músicos importantes de este país como Shostakovic, Prokofiev o Khachaturian. De otro de los grandes de la música rusa, Sergei Rajmáninov, ofrecieron un hermoso vals, pues no sólo de los Strauss vive este estilo. De uno de los miembros egregios de esta Orquesta, Shotakovic, tocaron otra pieza similar.
Uno de los momentos más importantes de la noche, lluviosa y con truenos, que no impidió que acudieran al concierto centenares de aficionados, fue cuando la Orquesta Estatal Rusa interpretó la Obertura de 1812, de Tchaikovsky, compuesta como homenaje al triunfo de las tropas rusa contra Napoleón cuando éste intentó conquistar Moscú y se quedó a las puertas, siendo derrotado por el frío y la nieve.
El director cántabro, Ramón Torrelledó, demostró la compenetración que tiene con los músicos, no en vano actúan juntos a lo largo del año por varios puntos de España y el extranjero. Explicó con gracia algunas de las obras, como las polkas que ofrecieron casi al final del concierto, que se bailaban en lugares similares a nuestras discotecas.
Como cierre, tras dos bises, interpretaron otra pieza clásica de estas fechas, dirigiendo Torrelledó al público y a la orquesta a la vez, al primero con palmas, haciendo que éste participara de la fiesta. Encendidos y larguísimos aplausos despidieron a la orquesta rusa.
Siempre que escucho a ésta orquesta y a su director Ramón, encuentro el placer de los dioses en cada una de las obras que interpretan. Son magistrales, es una delicia escucharles. Merecen todos los aplausos.
ResponderEliminarJose Antonio