HIGADILLOS EUROVISIVOS (¡QUÉ TE CALLES, KARMELE! II)

Érase una vez un continente no muy lejano en el que se organizaba un concurso musical al que acudían muchos países. Durante años, una vez al año, las familias se reunían al calor del hogar para ver las evoluciones de los representantes de cada país... Royamení, an puan; Yunaited Kindom, uan poin.
Para los nuestros, los doce puntos no llegaban nunca... O casi nunca, porque hubo dos años que partimos la pana. Una muchacha dentuda con canción dinámica y otra señorona con vestido de pelitos que vivía cantando se llevaron los laureles, celebrando el país aquellas victorias como épicas frente a los otros que nos miraban con ojeriza. Pardiez.
Pasaron los años y aquel concurso fue cayendo en desgracia, hasta el punto de que iban a representarnos unos aspirantes a cantantes surgidos de un concurso televisivo. Luego vino el cachondeíto del bueno. A un avispado showman se le ocurrió reírse con todos y se inventó un personaje y una canción pegadiza. “Con ésto lo petamos”. No, no lo hicieron, pero quedaron mejor que otros “profesionales”.
El caso es que en ese país, otro ¿showman? ha querido repetir jugada (ya no vale, no tiene gracia), con una papagaya del corazón que se lo tiene muy creído. Se presentó, la gente la votó en masa (por el cachondeo más que por otra cosa, aunque la calidad musical no abundaba en sus competidores), y como supuestamente ha plagiado canciones de su infancia (lejana), la han echado. Ahora, la papagaya que no para de hablar y de hacerse la víctima anuncia denuncias, querellas, contrafestivales, desmayos, vahídos en directo, persecuciones mediáticas amén de congregar a siete plagas bíblicas contra quien le provocado tal escarnio... Y la gente ve el espectáculo, se relame, se embadurna en la podredumbre catódica y jalea el gallinero donde todos parecen pelearse cuando todos defienden la misma patochada.
Eso es televisión actual, fresca, directa, sin pelos en la lengua... para algunos, claro. Para otros es la degeneración a la que ha sido sometido un medio de comunicación al que debe llenarse de contenidos con sustancia, pero mientras haya Karmeles y Jorgejavieres azuzando las meninges del personal con vanas polémicas sobre Eurovisión, mal vienen dadas.
A uno le llevan los demonios después de comprobar el espectáculo que hace unos días se emitió en prime time en una cadena generalista. Que el debate nacional ocupe cuatro o cinco horas sobre si Karmele ha sido injustamente o no expulsada de la carrera por ir a Eurovisión, parece una broma de mal gusto, pero no. Es realidad, la más absoluta realidad. El panem et circenses contra la crisis. El adormecimiento del personal mediante chorradas herzianas inyectadas en vena. Luego no extraña que en esta nuestra España, los cien mil muertos de Haití nos los tengamos que almorzar en los diez minutos de rigor de los telediarios. ¡Qué país!
Video para la vergüenza...
00000000000000000y punto
ResponderEliminarYo estoy muy preocupado y disgustado.
ResponderEliminarYa pensaba ver este verano algún concierto de esta "Sra." en Chiclana.