La música de cámara atrajo un 55 por ciento más de público que el año pasado

135 personas asistieron a los conciertos, con un porcentaje importante de fidelidad

El IV Ciclo de Música de Cámara que se celebró la pasada semana ha registrado un incremento de público del 55 por ciento respecto al año pasado, lo que supone un total de 135 personas que han disfrutado en los cuatro días que duró del repertorio de los distintos conciertos celebrados en el patio del Palacio “Conde del Pinar”.

El incremento de público supone que el nivel artístico alcanzado ha sido considerable, lo que se ha reflejado en la reacción de los asistentes, que se pusieron de pie en tres de los cuatro conciertos ofrecidos.

Otro dato a tener en cuenta es el alto porcentaje de fidelidad registrado, es decir, de espectadores que repitieron varios conciertos, lo que da cuenta de la calidad artística de los músicos participantes.

“Es fundamental que sigamos ofreciendo este tipo de espectáculos –manifestó la edila de Cultura, Nadine Fernández- ya que, a pesar de que en un primer momento pueda parecer que está dirigido a un público minoritario, el incremento de espectadores registrados este año confirma que poco a poco se va consolidando esta iniciativa y va creciendo el número de personas que disfrutan de recitales de música clásica de gran calidad en un marco incomparable”. Por cierto, la concejala brilló por su ausencia.

El primero de los recitales supuso la recuperación de piezas inéditas del romanticismo español, una nueva actividad para divulgar y conmemorar el Bicentenario, a cargo de la soprano Desiree Seglar, el barítono Ángel Tomás Pérez y Johanna Raymont al piano.

El segundo concierto fue ofrecido por Vera Anasinova al piano y Claudio Baraviera al violonchelo, quienes recuperaron obras de Mozart, Chaikovsky, Chopin, Piazzola y otros autores. El Trío Emispherio ofreció el miércoles un espectáculo titulado “Joyas del clasicismo” con obras de Mozart, Beethoven y Schubert.

Por último, la soprano Alicia Molina y Francisco Valdivia con su guitarra de cinco órdenes, cerraron el ciclo con la obra “Ay engañoso amor: Tonos humanos y piezas de guitarra del barroco español”.