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Ángel Corpa y Miguel Molina, dos formas distintas de homenajear a Miguel Hernández

Canciones y teatro para ofrecernos lo mejor del poeta alicantino

El pasado fin de semana finalizaron los actos programados por la delegación de Cultura para homenajear al poeta alicantino Miguel Hernández con motivo del centenario de su nacimiento. El viernes pudimos disfrutar del concierto que ofreció el que fuera alma mater del grupo “Jarcha” Ángel Corpa, mientras que el sábado fue el turno de Miguel (Miki) Molina. Ambos presentaron una manera distinta de ver y oír al desaparecido poeta, pero las dos fueron una demostración de calidad y originalidad.

Lo primero que tenemos que decir que Chiclana, los chiclaneros, de nuevo han vuelto a brillar por su ausencia en dos actividades que son de lo mejor que han pasado por nuestro “Teatro Moderno”. Unas sesenta personas el primer día y unas decenas más el segundo, insuficientes para la calidad de lo que se vio.

Por no estar no estaban ni los de la tan cacareada memoria histórica, que tras lo visto podríamos bautizarles como desmemoria histórica, porque si hay alguien que merece ser recordado es Miguel Hernández, que luchó contra el franquismo y murió en una cárcel de Alicante tres años después de finalizada la guerra civil. Tampoco estaban los políticos de izquierdas, esos que vitorean continuamente a la República pero que no acudieron al homenaje a uno de los suyos. Ellos se lo perdieron.

Otro punto importante a destacar es que en dos días, seguidos, oímos casi los mismos poemas de Hernández, unos cantados y otros recitados y escenificados teatralmente, pero ambos de una belleza y originalidad que parecían obras distintas. Tanto Ángel Corpa como Miki Molina ofrecieron espectáculos de gran calidad, que emocionaron al público presente.

Corpa estuvo acompañado de Carlos García al violoncello. Una guitarra, la voz y el violoncello fueron suficientes para emocionarnos con cada poema interpretado. Además de poemas de Miguel Hernández como “Para la libertad” o “La juventud” también interpretó de otros poetas como Gabriel Celaya (“España en marcha”), Benedetti (“Te quiero”), Goytisolo (“Palabras para Julia”), Neruda (“Poema número 15”), Víctor Jara (“Te recuerdo Amanda”), Aute (“Al alba”) o Machado (“Cantares”).

VALENTÍA

Lo más reseñable de estos poemas musicados es que con la voz de Corpa y los sonidos del violoncello parecían muy distintos a los que hemos escuchado a otros cantantes como Serrat, Aute o Paco Ibáñez. Hay que ser muy valiente para cantar temas que tenemos en la cabeza por otros intérpretes como los citados y sin embargo no echarlos de menos mientras oíamos a Corpa cantarlos.

El que fuera fundador de “Jarcha” le ha dado la vuelta a cada uno de ellos, convirtiéndolos en otras piezas musicales, distintas, incluso superando las originales. Carlos García demostró su maestría con el violoncello, destacando principalmente en la magistral “Nana de la cebolla”, sin olvidarnos de “El niño yuntero” o “Cantares”.

“Vientos del pueblo”, “Andaluces de Jaén”, el homenaje a Enrique Morente, cantaor fallecido hace una semana, y a Carlos Cano, del que se acaban de cumplir diez años de su fallecimiento, con la canción “María la portuguesa” o “Elegía” (recitado y cantado) fueran otras de las piezas ofrecidas.

Para el final dejó un himno de principios de la democracia (1976), que volvimos a cantar millones de personas en 1997 cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, “Libertad sin ira”, que el público acompañó con palmas y cantando el estribillo. Fue una noche llena de emociones, de una magnífica voz, bellos poemas y dos músicos excelentes. Y sólo unos pocos pudimos disfrutarla.

DE MIGUEL A MIGUEL

Al día siguiente también Miguel Hernández fue el protagonista con “De Miguel a Miguel”. En el escenario un pianista, Luis Alquer, autor también de la música, excelente, y una virtuosa violoncellista de nombre imposible. A los sones de la música, en un escenario desnudo, apareció Miguel Molina, con una vela que encendió en el proscenio y una maleta como única escenografía.

Fue interpretando los poemas más importantes de Hernández, acompañado de la música mientras desgranaba cada palabra. Los poemas eran mezclados con la historia del poeta, engarzados, convirtiendo dichos poemas en una obra de teatro, desgarradora unas veces y tierna otras, como con la “Nana de la cebolla”. La interpretación de la “Elegía” fue de lo mejor de la noche.

El público aplaudió con fuerza cada uno de los poemas. Miki Molina ofreció una vez terminado el espectáculo un poema más que no estaba dentro de éste, “Me sobra corazón”, sentado en el proscenio frente al público. Un digno final para una excelente noche de teatro y poesía.

2 comentarios:

  1. Estuve los dos días y me parecieron muy buenos. Angel Corpa tiene una voz preciosa y canta como nadie los poemas y Miki Molina demostró ser un gran actor.

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  2. ¿Se puede acceder al concierto, visionarlo y escucharlo online en algún sitio? Muchas gracias.

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