¿Botellón? No, revolución

Las juventudes del PVRE hacen un llamamiento a los colectivos juveniles a unirse “para buscar soluciones a tanta miseria”

Las Juventudes del Partido Vecinal Regionalista ha mostrado su gran satisfacción, porque uno de los “colchones” de los que dispone “este Sistema absurdo para respirar aliviado sin el asfixiante clamor de una juventud participativa, el botellón, ha dado paso a otro tipo de movimientos/fenómenos sociales en el polo totalmente contrapuesto al aborregamiento al que nos tenían acostumbrados “los que mueven los hilos del país”. Parece que el joven español, “en un alarde de compromiso social, ha cambiado el “cubalitro” por una pancarta reivindicativa”.


¿Y qué reivindican?... Existen opiniones de lo más variado pero, lo más importante, es que reivindican, que se implican, que sienten una inquietud, que se están organizando, que expresan su disconformidad, eso es lo realmente significativo, que se han dado cuenta de que, aparte de divertirse, su existencia se extiende mucho más allá, pueden cambiar los acontecimientos, pueden intervenir en la historia y, algún día, con la cara marchita por el devenir del tiempo, levantar la cabeza y decir con orgullo: Yo estuve allí y formé parte de ello.

Sí, parece mentira, casi una utopía, pero es la verdad, el joven español está “despertando” de un largo sueño en el que lo sumieron oscuros personajes con maléficas argucias.

Hasta nuestra ciudad ha llegado, aunque en menor medida que en otras poblaciones, la fiebre del movimiento libre, y la explosión de ideas individuales que ha supuesto la aparición de iniciativas como el 15-M, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el nacimiento de partidos independientes, formados por vecinos sin experiencia previa en política.

Éstos surgen al amparo de una llamada de auxilio por parte de colectivos inmensos de personas que se sienten indefensas ante una Administración voraz y ante un sistema político insaciable, corrupto, inhumano, injusto y que ha provocado la mayor de las ruinas a tantas y tantas familias.

RECUPERAR LA DIGNIDAD

Desde estas líneas hacemos un llamamiento a todos los colectivos de juventud: ¡Es el momento de unirnos! Hay que ejercer el derecho a manifestar lo que pensamos, debemos organizarnos, cada uno desde su posición, para encontrar soluciones, alternativas a tanta miseria, debemos luchar, no sólo por nosotros, sino por nuestras familias.

Tenemos que hacer valer tanta sangre derramada en el pasado para conseguir unos derechos que hoy nos dejamos arrebatar. Como granos de arena, se nos escurren entre los dedos, por no agarrarlos con fuerza…, por no cerrar el puño…, por no defendernos.

Recuperar la dignidad, la independencia ideológica de los ciudadanos de esta parte de España, que tan famosa ha sido durante toda la historia, orgullosa cuna de la Constitución de 1812 (La Pepa), tierra en la que, tantas veces, se han levantado en contra de los abusos del poder establecido, de invasores extranjeros y de ejércitos foráneos con ansias conquistadoras.

Esta dignidad se nos ha ido arrebatando con lentitud, casi imperceptiblemente, para hacernos dóciles a los designios que unos pocos pretenden imponer. Pues bien, nosotros, los jóvenes, inspirados por los actos de nuestros mayores en el pasado, hemos dicho ¡BASTA YA!

PLANTAR CARA AL SISTEMA

Todos somos útiles, todos tenemos una idea, una opinión, una energía que nos mueve, todos debemos involucrarnos en el cambio político y social que necesita nuestra ciudad, nuestro país. Desde asociaciones de vecinos, deportivas, grupos de amigos, agrupaciones juveniles, etc.

Todos, unidos, somos una sola fuerza, imparable, que puede convertirse en una muralla. ¿Cómo? Ladrillo a ladrillo, y cada uno de nosotros somos uno de esos ladrillos que podemos parar los pies a los que se creen los dueños de todo y de todos.

Ha llegado la hora de que, sobre todo los jóvenes, actuemos en contra de esta vorágine corrupta que nos gobierna, no sólo con nuestra voz, no sólo con pancartas, hay que movilizarse, actuar, somos jóvenes e imaginativos, vamos a usarlo para imponer la justicia social y el respeto a los derechos más elementales.

¡Que nos los están arrebatando en nuestras caras! Hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano para cambiar la situación, hay que plantar cara al Sistema, sin miedo, dispuestos a sacrificar lo que sea necesario.

De todas formas tenemos poco que perder, porque nos lo han quitado todo y hemos llegado a unos términos en los que nos jugamos, nada más y nada menos, que nuestra libertad individual y nuestro derecho a vivir una vida digna y en la que no suframos abusos a diario. El futuro es ahora, ¡Lucha por tus derechos!