Los disparates y el engaño de las administraciones públicas

Antonio López Ariza

Lo digo tal como lo he vivido. Hay unas sentencias de la Seguridad Social que anulan otras sentencias del Instituto de Seguridad Social (tema minusvalías). Según la Ley, el jubilado procedente de la incapacidad permanente total adquiere el grado de minusvalía del 33 %. Hay otra Ley que a este jubilado le da el beneficio de la exención del impuesto de circulación de vehículos de tracción mecánica con esa minusvalía. Ahora viene el pero. Si usted es poseedor de dicha minusvalía por la incapacidad permanente total, y reclama ese beneficio, ya no le vale.


Y aquí está el desafuero. Una Administración te confiere esa minusvalía y la misma Administración en otra ventanilla te la niega. Llegado a este punto el señor que pide ese beneficio está en medio de las ventanillas, la que te lo confiere y la que te lo niega. Señores, ésta es la España democrática.

Y pregunto: ¿Cómo existe ese divorcio en la misma Administración? ¿Alguien sabe por qué? Yo pienso que la que te niega ese derecho de minusvalía no se fía de la misma Administración que te la dio. ¿El que está en medio qué hace?

Es una estafa el no reconocimiento laboral de la que en su día te concedió la Administración del Estado Español. Esto hace pensar que los Ayuntamientos y toda la Administración está corrompida, porque si a un señor el año tal, ante el tribunal médico lo declara incapaz para desarrollar el trabajo, ¿cómo ahora quiere otro tribunal de la misma Seguridad Social reconocerlo para ver si es verdad lo de esa minusvalía? ¿Por qué no cruzan los datos?

Todo esto sólo pasa en un país donde el enchufismo, la mangancia y los chupopteros ha llegado al grado máximo de corrupción de la que ya no sea posible subir de cuotas de mentiras, usurpación de poder, estrangular al que no puede defenderse por culpa de unas Administraciones irresponsables, flojas, sin sentimientos, que le sale el engaño.

Esto lo denuncio públicamente pues me ha pasado a mí. Vas al Ayuntamiento a solicitar la exención del impuesto de circulación y te mandan a Cádiz, al Instituto de la Seguridad Social, ventanilla minusvalía, donde enseñas la citada minusvalía del 33 % adquirida en la jubilación y te responden que eso no vale. Entonces, o es un engaño fraudulento por parte del que la dio o del que no la reconoce.

Señores funcionarios de la Seguridad Social, lo que hacen con las personas es la maldad mas mala conocida, sois funcionarios(los que sean culpables) del estilo más bajuno y denigrante conocido entre todos los males de este mundo.