Logo Derecho - Bann

Problemas y más problemas [Memento Mori]

 José Antonio Sanduvete [colaborador].-
     ¡Eureka!
     Pues claro, era evidente. ¿Cómo no lo había visto antes? Desde luego, era verdad lo que decían los sabios: "todo problema, una vez resuelto, se convierte en algo extremadamente sencillo".

     "Insultantemente sencillo", hubiera añadido él, orgulloso de su descubrimiento. Horas, días, semanas de atenta observación, de tomar notas, de experimentar y consultar las máximas y enseñanzas de las grandes mentes del pasado habían dado su fruto. Era hora de comunicar a la gente que la respuesta a sus inquietudes había sido encontrada.

    De modo que el brujo salió de su cabaña por primera vez desde que inició su investigación, reunió a la tribu y se dirigió a ellos con determinación. Ya tenía la respuesta al dilema de los miembros de la tribu que habían fallecido al sumergirse en el lago. Parecía probado que, por más que lo intentara, ninguno de los presentes podría establecerse en el fondo del lago, pese a la abundancia de pesca y plantas que parecía haber en él. Todo el que lo intentara moriría. Parecía probado que, de hecho, ningún miembro de la tribu podía permanecer en el interior del lago, sin salir a la superficie, más que escasos minutos.

     Lo que la tribu quería saber, no obstante, era el porqué de estos enigmáticos hechos. Y el brujo levantó las manos y dio con la clave: brujería.

     Todos se encogieron ante la mención de aquella palabra que simbolizaba lo desconocido y, por tanto, lo más peligroso que podía concebirse. Parecía probado, pues, que en el fondo del lago vivían espíritus y entidades que no gustaban de la compañía de los miembros de la tribu y que, ante una presencia prolongada de estos en sus dominios, los embrujaban hasta acabar con su vida.

     Todos asintieron. En efecto, era evidente. Cómo no lo habían visto antes. Brujería. Espíritus. El brujo era, definitivamente, el más sabio de la tribu.

     Entonces uno de los jóvenes pidió la palabra. Le comentó al brujo que sentía curiosidad por esa bola de fuego que, todos los días, aparecía por un lado del horizonte y se escondía por el otro justo en el momento en que llegaba la noche. Le pidió al brujo que le contara por qué esto era así.

     El brujo resopló, se encerró en su cabaña y anunció que saldría cuando tuviera la respuesta. Los sabios tenían razón y todo problema, una vez resuelto, se convierte en algo extremadamente sencillo. Lo malo era que había tantos problemas por resolver, y era tanta la curiosidad de los miembros de la tribu...

No hay comentarios

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.