Rajoy nos quita los Reyes y el Papa el Belén

La crisis global ya alcanza hasta a las creencias y tradiciones cristianas. El “con la Iglesia hemos topado Sancho”, del universal Quijote, no ha perdido vigencia con el paso de los siglos. El Papa ha cambiado por completo el esquema y la tradición navideña y ha causado una tremenda confusión en cuerpos y almas, muy difícil de aclarar.
En mis postrimerías, usando el lenguaje eclesiástico, me están haciendo dudar de lo que desde pequeño me enseñaron como inmutables.
Ya no sé si existe el purgatorio, si es verdad lo del infierno, tal como nos lo han contado o lo pasamos mientras vivimos, y si el cielo – no el atmosférico, sino el de los santos- está en las alturas, más allá de una galaxia o sólo en la serenidad que alcanzamos en el momento supremo de la muerte.
Creo que llegará algún Papa, casos más difíciles se han visto, que nos dirá que todo ha sido una bonita metáfora o una invención piadosa para pasar el trance de la muerte con mayor resignación. Porque no hace mucho, después de siglos creyéndolo, eliminaron el Limbo y se quedamos tan panchos.
El “solo sé que no sé nada” socrático cobra vigencia y cuando apenas tengo tiempo para corregir mi ignorancia, me doy cuenta que en cualquier momento pueden cambiar las cosas a peor allá en las alturas. Es ganas de poner en “solfa” lo que nos han inculcado de pequeño y hemos procurado mantener a lo largo de nuestra vida.
JARRO DE AGUA FRÍA
De una manera tan insólita, como innecesaria y sorprendente, el Papa ha echado un jarro de agua fría sobre la aterida Cristiandad y ha seguido su lento caminar por las solitarias estancias vaticanas. Al más puro estilo germánico. Creo y me causa desazón y tristeza que Su Santidad ha intentado privar de uno de sus más hermosos encantos al tema de la Navidad.
Y digo lo de intentado porque nadie lo va a tomar en consideración, ya que al no ser un dogma de fe, a nadie obliga, ni tiene por qué creerlo. Él no estaba allí y personas muy doctas y más cercanas a ese grandioso acontecimiento sí lo creyeron y nos lo contaron. Estimo que hay asuntos que es mejor “no meneallo”, como decía aquel castizo de épocas ya muy pretéritas. Y éste es uno de ellos.

Benedicto XVI, que es alemán, como el Alzheimer y la Merkel, nos decepciona, sorprende y amarga la Navidad con su peregrina afirmación, de que ni pesebre, ni buey, ni mula, ni Estrella, ni Reyes Magos, ni pastores que cantaban, ni nada de nada. No sé si ha dejado al Niño y a la Virgen o también los ha borrado de tan idílica y milenaria escena.
SEGUIREMOS CREYENDO EN LA MULA Y EL BUEY
Para este teólogo y antiguo Cardenal del Santo Oficio, hoy llamado de otro modo para evitar recelos, todo ha de ser como el piense y dictamine. Y menos mal que no hablaba ex cátedra. Con todo respeto, no estoy de acuerdo con este tipo de manifestaciones, que en lugar de mantener el espíritu de estas fiestas, tal como lo creíamos y celebrábamos, solo consiguen sembrar la duda, la indiferencia y el enfado entre los que ya no nos vamos a creer nada.
Hasta una monja consultada en plena calle por el reportero de la “tele”, decía que ella seguiría creyendo en la idílica escena del pesebre y sus solidarios acompañantes. Quitar cualquier figura que siempre han estado confortando al Niño Dios en los Belenes, es como dejarlo más desnudo y solitario, más humano que divino, menos entrañable.
Sí, ya sabemos que el Niño es el protagonista, pero necesita su fiel cortejo humano y animal en esa gélida noche, para que pueda recibir su aliento y calor en nombre de toda la Humanidad. Era muy significativo que Aquél que todo lo podía, naciera en un humilde portal y tuviera como primeros y únicos acompañantes a un buey, una mula y a cuantos pastores se hallaban en los alrededores. Los mansos y humildes de corazón, como Él llamaba a sus preferidos.
Y RAJOY NOS DEJA SIN LA PAGA EXTRA
¡Pero hombre de Dios, y nunca mejor empleada esta expresión, qué pretende hacer ante la depresión y falta de fe que vive el mundo, con tales manifestaciones en un libro! Un libro que no pienso comprar y mucho menos leer, porque mi dudas y los problemas de fe que me invaden ante tantas decepciones e incógnitas, iban a incrementarse a límites insospechados.
¿Por qué ha cerrado esa bonita puerta a la candidez, la ternura y las buenas intenciones de toda la Cristiandad? Ha convertido las dos noches más bonitas y mágicas del año, Nochebuena y Reyes, en dos fechas que al paso que vamos desaparecerán del calendario. Terminaremos por creer que fue un sencillo parto en un portal, pesebre o quien sabe ya qué escenario, cuyo fruto resultó ser el Hijo de Dios. De San José, el padre de la criatura, no se sabe si estuvo o no presente, ya que de este casto varón poco se habla en los Evangelios y textos sagrados. ¡Y de los Reyes, ya ni los de la Zarzuela!
Le digo Santidad, que no creo en su versión y además no me gusta nada tal como cuenta esta historia. Deje su teología para los entendidos en la materia y no intente alterar tan hermosa tradición e idílica estampa en el mundo cristiano que no está propicio para cambios y alteraciones tan bruscas y demoledoras.
Rajoy, que debe tener buenos “chivatos”, ha visto el cielo abierto –yo más bien diría cerrado por luto universal-, y de un “teclazo”, ha eliminado la extra, porque lo del Belén, la Estrella y sus Majestades de Oriente, “ná de ná”.
Lo ha dicho el Papa que vive en Roma o tampoco es verdad lo de San Pedro y su propia primacía sobre la Iglesia. Sigo pensando que me gustaba mucho más el inolvidable Juan Pablo II, que ése sí que era un “santo varón sobre la tierra” hasta cuando con las zapatillas de deporte, en sus primeros años pontificios, se iba a correr por los jardines vaticanos.
Lo que están dando de sí unos cuernos de to la vida... que si me embarazó el espíritu santo... qué si el niño es mu listo... parece que está un poco ido... que ha inventao el tinto con casera... la pamplina esta del buey y la mula es el chocolate del loro. Tragarse el resto es lo que es grave.
ResponderEliminarMás grave es opinar como tú lo haces. Al parecer lo que te gusta son los CUERNOS. Pues ten cuidado con el demonio y vigila a la parienta.
ResponderEliminaruuu el demonio sí que da miedo. Lo he visto en unas cuantas películas. Es malo malo, más que Franco y Fraga juntos.
ResponderEliminarel 1 es el mismo de siempre con las mismas pamplinas pesaooooooooooooo
ResponderEliminarer papa bernardito si que tiene cara de dimonio
ResponderEliminartene cuidao con el
que me enterao que se quiere cargar los belenes
y a toa las asociaciones de belenistas
y tiene toa la cara de un crenly
y orejas picuas
uy uy uy
a mi que me dejen
la verdan aqui en la tierra y dejase de chalauras
la verdan mas que er fuego que te quema
¿de que te sirve la vida eterna? caraho
eso si que no es vida
manda cohone que te muera
despues de haberte llevao aqui en la tierra mas de dos año parao y despues en er cielo parao ya pa los restos.
se querei pui a pegarle peo a una olla
que ya esta bien
¿Y a las del PURE, donde las ponemos?
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