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El cuarto poder


Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Cuando los colonos americanos, allá por 1779, decidieron emanciparse del despótico gobierno de los británicos, que abusaba continuamente de sus colonias a través de subidas injustificadas de impuestos sin dar ninguna contrapartida cívica o participativa a sus colonos, definieron la política como una separación de poderes necesaria.

Estaba fundamentada en los principios de la Ilustración, por los cuales resultaba absolutamente necesario crear compartimentos estancos entre el poder ejecutivo, o gobierno, el poder legislativo o conjunto de representantes elegidos por el pueblo, cuya función es plantear y aprobar leyes, y el judicial, que a través de jueces y magistrados debe velar por el cumplimiento de las leyes, aplicando castigos y penas para todos aquellos que no respeten la ley. Y la soberanía del país pasaba a residir en el pueblo.

Sobre el papel, el esquema era perfecto. Grupo reducido de políticos que gobernasen, otro mayor en el que estuviesen representadas todas las sensibilidades políticas que alcancen un mínimo de apoyo popular a través de los votos obtenidos en elecciones libres, y un grupo no menos numeroso de jueces y magistrados que impartiesen justicia por igual en cualquier parte del país.

Una vez conseguida la independencia de la Gran Bretaña, e inmunizados para siempre de la monarquía, surgió un Estado Federal, con presidente a la cabeza, que intentaba asociar de manera permanente, bajo una misma bandera, las diferentes sensibilidades representadas, de una parte, por los estado industriales del norte y de otra, por los estados agrícolas y esclavistas del sur.

Este esquema, basado en el voto de la ciudadanĂ­a, con diferentes etapas en su desarrollo, volviĂł a reproducirse tras la RevoluciĂłn Francesa y, hasta la fecha, es el mejor sistema de gobierno que conocemos.

Desgraciadamente, la realidad pronto deformó ese planteamiento profundamente idealista; el ejecutivo se dedicó bien pronto a gobernar sin tener demasiado en cuenta a su electorado, los diputados y diputadas pronto se dieron cuenta de lo fácil que resultaba vivir de la política y desde entonces se afanaron más en perpetuarse en sus cargos que en diseñar y aprobar leyes justas.

AUGE DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Y los jueces se vieron abocados a procesos complicadísimos, eternos en el tiempo, amañados la mayoría de las veces gracias a todo tipo de triquiñuelas legales, que acababan con pocas condenas para los poderosos, penas muy severas para los débiles, y que se distanciaban del sentido que tiene la ciudadanía sobre la justicia.

Con la llegada del siglo XX, en plena expansión de la economía mundial, se produce un auge sin precedentes de los medios de comunicación que, al no estar sometidos a la censura, informan al pueblo de lo que está pasando y lo ponen en guardia sobre los malos usos del poder.

Y es ahí donde la ciudadanía, que hasta ahora sólo se veía abocada a votar cada cierto número de años, cambia radicalmente su papel pasivo, porque lee, discute, se informa y se crea una opinión que le servirá a la hora de tomar su propia decisión ante una elección determinada.

Los escándalos son aireados, la corrupción se desenmascara, los chanchullos salen a la luz, y el pueblo, indignado, toma partido ante los diferentes acontecimientos. Tal será la fuerza de los medios de comunicación que se les pasará a llamar el Cuarto Poder. Desde entonces, los políticos en general tratarán de comprar, manejar, o simplemente borrar del mapa a cuantos medios de comunicación les sean adversos.

Incluso se producen perversiones en la informaciĂłn tales como la sostenida y puesta en práctica por Göebels, el ministro de propaganda nazi de Hitler, quien defendĂ­a a boca llena que “una mentira repetida mil veces acaba convirtiĂ©ndose en verdad”.

INFORMACIÓN EN LOS MEDIOS PÚBLICOS

El deterioro de la información en los medios públicos de nuestro país en el último año, léase TVE y RNE, demuestra fehacientemente cómo puede ser manipulada la información y convertirse, de algo honesto, veraz y creíble hasta ahora, en un permanente mitin propagandístico para el partido en el gobierno.

Partido al que se le permitió, no lo olvidemos, difamar diaria y permanentemente al anterior gobierno durante siete años, lo que sin duda le ayudó a ganar las pasadas elecciones con un falso programa de gobierno del cual no ha respetado ni uno solo de sus puntos, tras tan sólo un año. Con ello, consiguieron el poder tras engañar a quienes se creyeron sus mentiras.

Afortunadamente, las hemerotecas y los archivos de imágenes están ahí, y sólo hace falta comparar lo que decían todos estos políticos hace año y medio con lo que dicen ahora. Y subrayo, para que quede claro: todos. Es para sonrojarse de vergüenza. Y si quieren una prueba más palpable, dediquen una noche a ver las noticias de la Sexta, y a continuación, vean las de Televisión Española. Les parecerá que les cuentan las noticias de dos países diferentes.

La televisión pública es de todos, no del partido en el gobierno. No es un instrumento de propaganda más, debe ser un vehículo de información veraz y contrastada.

Constituye un pilar esencial dentro de ese Cuarto Poder que, a su vez, ha pasado a ser imprescindible para el buen funcionamiento de la democracia, que ha logrado acabar con guerras, como la de Vietnam, que ha hecho caer a presidentes de gobierno corruptos, y que nos ha mostrado, dĂ­a a dĂ­a, hasta dĂłnde pueden llegar el horror y la barbarie perpetrados por la especie humana.

Luchemos con todas nuestras fuerzas para que ese Cuarto Poder recupere su dignidad perdida y no desaparezca en manos de una pandilla de advenedizos.


2 comentarios:

  1. "el ejecutivo se dedicĂł bien pronto a gobernar sin tener demasiado en cuenta a su electorado".
    Me gusta en especial esa frase; sobre todo porque refleja lo que en su dĂ­a hiocsteis desde la FederaciĂłn Chiclana Este, sin la autorizaciĂłn de los vecinos y por supuesto sin la necesaria representatividad.
    Sigue scribiendo que no lo haces mal; aunque algunas veces hayas manipulado la verdad con suposiciones, indirectas o insinuaciones; eso sí, ... con el ánimo de colaborar. Ja, ja.

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  2. Este artículo se lo puedes dedicar también a tu partido el Psoe, que ha incumplido todo lo prometido, con Felipe (crearé 800.000 puestos de trabajo y dejó el país con 2 millones de parados; OTAN, DE ENTRADA NO y luego SI, llegando incluso a poner a su máximo crítico, Solana, al frente de ella) y ZParo, que por ser reciente no hace falta recordar todos sus incumplimientos y su cerrazón a que no había crisis en España y nacían brotes verdes.

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