¡A por ellos!

Santiago Laz-Periodista (Colaboraciones).-

35 años después vemos como nuestra Democracia ha sido secuestrada  por la corrupción institucional, el intercambio de prebendas, “donaciones sospechosas”  y una partitocracia que eleva sus propios intereses a los de la ciudadanía. Asistimos a un cambio de ciclo, sin la movilización de antaño, puesto que no hay “personalismos” o figuras que alimenten a un antihéroe, dictador o déspota mediático.

Nuestros déspotas son múltiples y disueltos entre los pasillos de un Ayuntamiento, Diputación o Parlamento, que priorizan en atender antes a “lameculos” profesionales y paniaguados, que devuelven su agradecimiento en el colegio electoral. 

Este  hornada de dirigentes prefabricados y sin vocación social, están más preocupados por la refriega con el partido de enfrente,  que en proponer  soluciones. Por este despropósito y la utilización de lo público con intereses filiales merece la pena ir desmontando a estos “caraduras”.

No sólo basta con llenar de “posts” nuestras redes sociales, debemos actuar, de forma centrífuga y desde el ámbito local, con el  grito de  nuestra sociedad civil a nuestro consistorio,  como emblema de poder más cercano, reclamando el cambio de una Constitución que languidece: Desde la protección de los consumidores frente al mercado, el hundimiento del Estado de Bienestar, pasando por la propia corona o el enriquecimiento ilícito de los que deberían ser nuestros servidores y no al contrario.

Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”. Miguel Delibes. Escritor.

EL PP, UN PARTIDO SIN CABEZA

El Partido Popular se atasca en el ego de sus “cachorros”, hijos de Nuevas Generaciones, y en un alcalde “incompetente” que supervisa cómo se cuelga un cuadro, pero que no sabe cuál es su verdadera habilidad directiva, un efecto “embudo” que sufren los propios delegados, que afecta a la ciudad  y que sigue dividiendo al equipo de gobierno entre personas que quieren trabajar por Chiclana y hooligans del Partido Popular.

PSOE, NO CREEN NI EN ELLOS MISMOS

El desgaste del PSOE en Chiclana tras las elecciones y la aparición de una propuesta “renovadora” no le  ha servido al aparato para hacer examen de conciencia. Nuevas intenciones, pero las mismas formas. La añoranza de poder de José María Román y compañía ha constituido una
maquinaria: Más ruido que oposición, más pataleo que propuesta, algo que sólo sirve para vender periódicos o ganar los siguientes comicios, aun así Chiclana ha mandado durante dos elecciones el mismo mensaje al PSOE en las urnas: “Cambia a tu líder”.

IU, “A VERLAS VENIR”
IU o la “Gouche Divine”, sin agresividad, un  partido estanco, que se reserva el derecho de admisión. IU ha puesto a sus cancerberos a controlar el aforo para evitar cualquier butrón en su sede que pueda filtrar diferencias, en vez de escuchar o visitar algunas zonas de la localidad por donde pasa a diario el ciclón del hambre. El silencio de IU delata la imposibilidad de atacar a nivel local los mismos defectos de poder de sus socios en la Junta. Una formación que va reforzando con el tiempo ese lema de: “Menos es más”.

PVRE, UN ÁRBITRO CON FECHA DE CADUCIDAD

“Román alcalde, Román alcalde”, eran las palabras del ideólogo del PVRE: Pérez Sastre, en el primer amago de negociación PP-PVRE, y tras recibir la noticia de Calle Mendaro, “el PP no cederá Urbanismo a las primeras de cambio”.

En precampaña recuerdo la primera vez que vi a un señor repartiendo octavillas de colores con la nomenclatura del PVRE por la calle La Janda, me entregó una a la vez que me decía: “Nosotros estamos en contra de todos los partidos”. “Contranaturas” aparte, lo cierto es que los populares, con la entrada de 2015, y de cara a las próximas municipales, comenzarán a tirar “lastre” para que nos olvidemos de esa imagen que unía al PVRE en la misma sede del PP, en un ejercicio de costura casera minimalista y que no vaticina resultados prácticos para la localidad. 

Éstos son los “Demócratas” que tenemos en la calle Constitución, la actuación de esta casta de sinvergüenzas no dista de la de otras instituciones. El problema reside en la cortesía y educación de las relaciones a corta distancia que se establecen, porque son parientes, vecinos o pagadores, y que acaba con un “Me gusta” en su Facebook cada vez que se tiran un “Peo”.

Contradictorio tras compartir la crítica de la nebulosa general, y lo que decimos que pensamos de sus superiores.
Recuerdo una entrevista al ex alcalde Jiménez Barrios, que delata cuál es el verdadero fin de estos “servidores”. En la Feria de 2011, “Chiqui” hablaba resignado ante la victoria del PP: “Los partidos son de ida y vuelta”, respondía a cámara, aludiendo subliminalmente a una  futura Moción de Censura con el símil del fútbol.

Una votación en la que los propios ciudadanos no decidimos. La realidad es aún más grave, PP y PSOE se relevan poder, cargos, silencios y modus operandi cada cuatro años, con partidos minoritarios que critican el bipartidismo a la par que  hacen la cama  ¿Cuánto podemos aguantar?

El verdadero frente de presión social: Asociaciones y colectivos son estériles, ya que han comprendido que pueden ejercer de globo sonda de sus mecenas políticos. Socialistas antes y ahora populares capitalizan a través de vetustos, conocidos y comprados líderes la acción de cualquier  masa.

Así mismo, los sindicatos sólo activan la protesta con los populares en el gobierno,  mientras que el “lobby” empresarial nunca, puesto que el presidente de este colectivo percibe de la administración local la contraprestación para la concesión de transporte público.

El nuevo “Confucio” del Partido Popular, Andrés Núñez, ya va aprendiendo las claves para gobernar, siguiendo la tradición del PSOE: “Pull” informativo al ciudadano y “Push” a los proveedores sociales de votantes.

A nivel nacional y en nuestra localidad, hoy se está rompiendo ese conformismo con el que la “autoridad” resuelve tenernos adocenados, calladitos y quietos. Siglas que se disfrazan de trasgresores, de revolucionarios para llegar al poder, riéndose luego de nosotros.

Esta democracia se va al carajo y sólo nosotros podemos comenzar una transición: Protestando, ocupando la administración, tirando de la manta o retirando ese saludo cortés y sumiso propio de la época feudal a nuestro “cortijero”, hasta que su actuación moral para con el ciudadano esté por encima de la fidelidad al cargo y a los parabienes derivados del cargo. Esta actitud supone la base de una política nueva, que reclama hechos frente a promesas, y que debe despertar y defender a un electorado cansado.

Cuando la lucha entre facciones es intensa, el político se interesa, no por todo el pueblo, sino por el sector al que él pertenece. Los demás son, a su juicio, extranjeros, enemigos, incluso piratas”. Thomas Macaulay. Historiador  y político británico.