Árboles sin frutos, de los que cuelgan desesperados
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Me llegan noticias de mi Chiclana natal sobre el suicidio de un padre de familia, afectado por el cáncer y con una minusvalía que le impedía trabajar, ante la amenaza de desahucio del Banco Popular Español. Ironías de la vida, que un banco que utiliza en su titular el término “popular”, cometa estas inhumanas medidas contra el martirizado pueblo sencillo y llano.
Por lo visto les exigían que en el plazo de dos días les abonara ciento sesenta y siete mil euros como abono de su hipoteca. Como si a los oprimidos españoles de a pie, que hemos de pagar el rescate europeo a los Bancos con sus intereses respectivos, nos fuera fácil disponer de ese dinero con la facilidad que lo hacen ellos.
Nos quitan el trabajo, nos dejan en la calle, nos privan de hospitales, operaciones, médicos, medicinas, maestros y comedores escolares, científicos, investigadores y de todo cuanto hace respetable y digna a una nación y se dedican a llenas las arcas de una Banca que está causando más suicidios en nuestros pueblos y ciudades que la famosa y angustiosa Gran Depresión de 1929 en los Estados Unidos.
Y no es exageración, sino simple seguimiento de las noticias de prensa desde que los actuales dirigentes llegaron al poder y la Banca vio cómo se deshacía la burbuja inmobiliaria en la que habían invertido créditos tan abusivos como inflados. Muy por encima del valor real de la vivienda en cuestión y como consecuencia de esta usura desmedida, se encontraron con cientos de pisos vacíos, improductivos y desatendidos, por carecer de sus inquilinos y una caja fuerte súper cargada de facturas impagadas.
INSENSIBLES
Y son tan cerrados de mollera o tan insensibles, que prefieren tenerlas cerradas y deteriorándose lentamente, antes que alquilárselas a sus antes propietarios, buscando un ingreso fijo y razonable y cuidado personal.
Pero no es la Banca la única culpable, sino que la mayor parte de este disparate social y económico, la tiene el gobierno que consiente estas anomalías e intolerables abusos a los que gracias a sus votos están ellos en el poder.
¿Cuántos más tienen que suicidarse para que el gobierno caiga de “ese guindo”, y empiece a reaccionar? Es una auténtica vergüenza que en pleno siglo XXI, con los avances técnicos y el bienestar más sofisticado y con los millones de turistas que nos visitan, ocurran estos lamentables y trágicos sucesos.
VIDA SIN ALICIENTES
Es vergonzoso e imperdonable que de los árboles sin frutos, debido a las lluvias y heladas padecidas, cuelguen los cuerpos sin vida de las personas que, en el límite de su desesperación, han renunciado a una vida sin alicientes, ni esperanzas y en la más indignante situación.
Y a nuestro gobierno y a esa denigrante sociedad europea, a la que para nuestra vergüenza dicen que pertenecemos, sólo se les ocurre acudir al rescate de una Banca que es la causante principal de esta oleada de suicidios. Y para mayor sarcasmo, cuando cogen a uno en plena faena y sin justificación, pasa una noche en la cárcel y sólo le exigen una irrisoria fianza que no guarda ni remotamente la proporción con los millones tan ilegalmente manejados.
Creo que uno de los principales dirigentes o fundador de este Banco era del Opus Dei, esa “obra de Dios” que, considerando estos desagradables casos de algunos de sus miembros, más parece su martillo.
Si es así, yo renuncio a ese paraíso donde dicen que van este tipo de personas, pues tengo la impresión que nada tiene que ver con la vida y con las enseñanzas de Cristo.
No me agrada la polémica, pero menos me gusta la injusticia. Mis más sinceros sentimientos de pesar a esta abatida familia y mi esperanza de que alguna vez podamos vivir tranquilos en esta España que tanto queremos, pero que tan poco nos gusta.
Me llegan noticias de mi Chiclana natal sobre el suicidio de un padre de familia, afectado por el cáncer y con una minusvalía que le impedía trabajar, ante la amenaza de desahucio del Banco Popular Español. Ironías de la vida, que un banco que utiliza en su titular el término “popular”, cometa estas inhumanas medidas contra el martirizado pueblo sencillo y llano.
Por lo visto les exigían que en el plazo de dos días les abonara ciento sesenta y siete mil euros como abono de su hipoteca. Como si a los oprimidos españoles de a pie, que hemos de pagar el rescate europeo a los Bancos con sus intereses respectivos, nos fuera fácil disponer de ese dinero con la facilidad que lo hacen ellos.
Nos quitan el trabajo, nos dejan en la calle, nos privan de hospitales, operaciones, médicos, medicinas, maestros y comedores escolares, científicos, investigadores y de todo cuanto hace respetable y digna a una nación y se dedican a llenas las arcas de una Banca que está causando más suicidios en nuestros pueblos y ciudades que la famosa y angustiosa Gran Depresión de 1929 en los Estados Unidos.
Y no es exageración, sino simple seguimiento de las noticias de prensa desde que los actuales dirigentes llegaron al poder y la Banca vio cómo se deshacía la burbuja inmobiliaria en la que habían invertido créditos tan abusivos como inflados. Muy por encima del valor real de la vivienda en cuestión y como consecuencia de esta usura desmedida, se encontraron con cientos de pisos vacíos, improductivos y desatendidos, por carecer de sus inquilinos y una caja fuerte súper cargada de facturas impagadas.
INSENSIBLES
Y son tan cerrados de mollera o tan insensibles, que prefieren tenerlas cerradas y deteriorándose lentamente, antes que alquilárselas a sus antes propietarios, buscando un ingreso fijo y razonable y cuidado personal.
Pero no es la Banca la única culpable, sino que la mayor parte de este disparate social y económico, la tiene el gobierno que consiente estas anomalías e intolerables abusos a los que gracias a sus votos están ellos en el poder.
El único perjudicado, el ciudadano que no tiene cargo de donde chupar, familiar o amigo político al que acudir o empresa pública donde “sacar”, en el argot popular “robar!, los millones que necesita para poder vivir sin problemas. El resto, a la puñetera calle y a las colas del INEM como todo el que no tiene agarraderas”.
¿Cuántos más tienen que suicidarse para que el gobierno caiga de “ese guindo”, y empiece a reaccionar? Es una auténtica vergüenza que en pleno siglo XXI, con los avances técnicos y el bienestar más sofisticado y con los millones de turistas que nos visitan, ocurran estos lamentables y trágicos sucesos.
VIDA SIN ALICIENTES
Es vergonzoso e imperdonable que de los árboles sin frutos, debido a las lluvias y heladas padecidas, cuelguen los cuerpos sin vida de las personas que, en el límite de su desesperación, han renunciado a una vida sin alicientes, ni esperanzas y en la más indignante situación.
Y a nuestro gobierno y a esa denigrante sociedad europea, a la que para nuestra vergüenza dicen que pertenecemos, sólo se les ocurre acudir al rescate de una Banca que es la causante principal de esta oleada de suicidios. Y para mayor sarcasmo, cuando cogen a uno en plena faena y sin justificación, pasa una noche en la cárcel y sólo le exigen una irrisoria fianza que no guarda ni remotamente la proporción con los millones tan ilegalmente manejados.
¿Se han preocupado las autoridades y demás entidades responsables de la situación en que queda esa familia chiclanera tan salvaje y cruelmente castigada?”.
Creo que uno de los principales dirigentes o fundador de este Banco era del Opus Dei, esa “obra de Dios” que, considerando estos desagradables casos de algunos de sus miembros, más parece su martillo.
Si es así, yo renuncio a ese paraíso donde dicen que van este tipo de personas, pues tengo la impresión que nada tiene que ver con la vida y con las enseñanzas de Cristo.
No me agrada la polémica, pero menos me gusta la injusticia. Mis más sinceros sentimientos de pesar a esta abatida familia y mi esperanza de que alguna vez podamos vivir tranquilos en esta España que tanto queremos, pero que tan poco nos gusta.
Gracias Felix por tu articulo, entre todos los ciudadanos de a pie con nuestra fuerza, con nuestra indignación pero siempre de forma pacifica salgamos mañana a la calle. Vayamos a las 12,30 de la mañana en la calle la Fuente frente al Banco Popular a la concentración. Que vean que estamos todos en contra de esta violencia financiera, de este acoso mafioso de los bancos, con el mirar para otro lado de los políticos. Esto es otro tipo de violencia de género, que ha costado mucho que todos denunciemos. Este acoso de los banco tiene también que ser juzgado.Todos los debemos de repudiar. Somos personas no mercancias en manos de los bancos. Entre todos SI SE PUEDE cambiar las cosas.
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