Logo Derecho - Bann

¿Soy demagogo o facha, me lo quieren aclarar?

Félix Arbolí [colaboraciones].-
   
Algo falla en mi mente y ando como loco intentando averiguar qué es lo que me ocurre.  Soy persona vitalista y sincera y en ambas cuestiones me achacan más errores que aciertos. Si critico las medidas políticas que a mi entender justifican el enojo y las protestas de la ciudadanía, unos me tachan de demagogo, otros dicen que traiciono a mis ideales y hay quienes me consideran “facha”, que aún no sé lo que significa en nuestros días, cuando el “fascio” de Mussolini, como el nazismo de Hitler han dejado de interesar.

Tampoco estimo que debe guardar relación con el “franquismo”, ya que los seguidores de éste eran adictos a la persona de Franco y no a la doctrina y postulados que se empeñaron en hacernos recitar y aprender de memoria. 

Por cierto, la palabra “facha” empezó a usarse en 1890 en Sicilia, para describir a la unión de campesinos y en años posteriores, durante la unificación de Italia, para designar al sindicato revolucionario de obreros. Ambas organizaciones opuestas a la derecha con las  que intentan identificar el “fascismo” en la actualidad. No tengo nada claro en cuál de estas vertientes donde me han clasificado debo sentirme involucrado, pues no me identifico con ninguna.

Me gusta escribir y expresar lo que siento o sucede en cada momento. No sé si a todos los que se dedican a esta labor les pasa igual o lo hacen motivados por otras razones. Dicen que cada maestrillo tiene su librillo. El mío es tan claro y sencillo como el antiguo Catón.

En ocasiones hago mis reflexiones sobre distintos temas que considero de interés; en  otras, comento la actualidad en sus diversas vertientes y a veces, relato episodios en los que he sido testigo o protagonista a lo largo de mi vida personal y profesional. Me figuro que como hará todo aquel que se dedica al oficio de escribir.

ENCERRARSE EN EL SILENCIO

Hablar sobre el pasado debe ser una manía que padecemos los que tenemos cierta edad y nos aferramos a pensar en lo que fuimos y lo que somos, pues hacerlo en el qué seremos, no es aconsejable y no por falta de ilusiones, sino por exceso de equipaje.   

Si hablo sobre esa etapa ya superada, no pretendo caer en la melancolía o añoranza y menos aún en el derrotismo, sino que intento ser realista, aunque puedan achacarme ser propenso a evocar recuerdos de un ayer que regresa a mi memoria una y otra vez.

¡Como si al llegar a cierta edad fuera adecuado comentar y hacer planes con vistas al futuro! Recordar el pasado me hace ver que ese señor alemán, llamado Alzheimer, no se ha detenido ante mi puerta. No pueden hacerse una idea de la tranquilidad que siento al poder rememorar personas, fechas y hechos con toda meridiana claridad. He visto escenas que no me gustaría tener que protagonizar y este empeño en ejercitar mi memoria es una especie de terapia para saber que de momento sé quién soy y conozco a los que me rodean.   

Peor sería encerrarme en el silencio y aislarme del exterior, sin atreverme a exponer mis sentimientos a cuantos quieran compartir conmigo esos momentos de sinceridad, que pueden ser reivindicativos, nostálgicos o unos aventurados planes para un mañana que he de celebrar día a día. 

DAVID Y GOLIAT

¿Qué debo hacer para acertar y escribir a gusto del lector? Díganmelo ustedes, pues  estoy en ascuas. Me cansa hablar de lo mal que estamos a causa de la pésima gestión de nuestros políticos, pues me resulta un tema tan manido que llega a perder su interés por la monotonía y falta de originalidad.

Me fastidia tener que estar destapando estafas, abusos y corrupciones, ya que no sólo me hace sentir impotente y necio en esta lucha tan inútil como perdida, sino afectado y dolido por ver la cara tan dura que tienen algunos y la impasible actitud de los que están obligados a rectificar y no lo hacen, acartonando sus conciencias.

Me cansa esta absurda batalla entre un Goliat insaciable y un desprotegido David al que le han incautado hasta la honda. Y no es grato tensar el arco y disparar la flecha si te sientes como una diana”.

Hablar de algunos políticos, descubriendo sus errores y corrupciones, no se puede considerar como una crítica y descalificación del partido al que pertenecen, ni al resto de sus compañeros. Por eso me resulta sorprendente y fuera de lugar, que algunos de los que comparten esa ideología se sientan ofendidos con mis comentarios. Se pueden compartir los  mismos ideales, sin dejar de denunciar a los que con sus malas acciones los traicionan.

Como si el ambiente que respiramos se prestara a otro tipo de comentarios. 



2 comentarios:

  1. Señor Arboli,da igual lo que usted piense de si mismo.Ultimamente en este pais lo que importa es lo que digan los demas.Si usa el sentido comun....eso es facha.Lo que importa es ir en la corriente pseudoprogresista que nos invade(no he visto nunca tanto hijo de franquista en el mundo progre).En nustro pueblo lo vera al igual que lo veo yo."El elemento"(padre de Saucedo)"Veneno"(madre de Saucedo)"El peligroso"(padre de Roman)"Guerra"(mientras haya tunas en los campos los pobres tendran que comer).
    Y ahora nos vienen los otros que paque......O sea no se preocupe de lo que digan o piensen y siga usted deleitandonos con sus articulos,a algunos nos sigue gustando

    ResponderEliminar
  2. ¿No se pueden ser las dos cosas a la vez?

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.