El monstruo que habita en mí [Memento Mori]
José Antonio Sanduvete [colaborador].-
No es que duerma en el armario de mi dormitorio, ni que me observe cuando salgo a pasear; ni siquiera es que me espíe a través de las cerraduras. El problema es que el monstruo habita en mi interior. Y ha despertado.
¿Qué se hace cuando el enemigo radica dentro de uno mismo?
No es una posesión diabólica, no son voces que resuenen en mi cabeza, no es un proceso esquizofrénico o un trastorno de personalidad múltiple. Tampoco son ideas inducidas desde el exterior. Se trata, sencillamente, de que el monstruo que habita en mí soy yo mismo, como dos caras de la misma moneda, como dos elementos de un todo homogéneo e indisoluble.
Algo me dice que no tengo elección. Yo no importo, él no importa, el mundo tampoco. No se trata de elegir entre abrir la caja de Pandora o guardarla en un lugar seguro. Sucede, sencillamente, que yo soy la caja.
¿Y qué hace una caja cuando los demonios que habitan en su interior despiertan y presionan sobre su tapa?
Dejarlos salir.
No es que duerma en el armario de mi dormitorio, ni que me observe cuando salgo a pasear; ni siquiera es que me espíe a través de las cerraduras. El problema es que el monstruo habita en mi interior. Y ha despertado.
¿Qué se hace cuando el enemigo radica dentro de uno mismo?
No es una posesión diabólica, no son voces que resuenen en mi cabeza, no es un proceso esquizofrénico o un trastorno de personalidad múltiple. Tampoco son ideas inducidas desde el exterior. Se trata, sencillamente, de que el monstruo que habita en mí soy yo mismo, como dos caras de la misma moneda, como dos elementos de un todo homogéneo e indisoluble.
Algo me dice que no tengo elección. Yo no importo, él no importa, el mundo tampoco. No se trata de elegir entre abrir la caja de Pandora o guardarla en un lugar seguro. Sucede, sencillamente, que yo soy la caja.
¿Y qué hace una caja cuando los demonios que habitan en su interior despiertan y presionan sobre su tapa?
Dejarlos salir.
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