Mendicidad mafiosa y generosidad equivocada
Félix Arbolà [colaboraciones].-
Tendrá unos ochenta años posiblemente y desde primeras horas de la mañana, hasta altas horas de la noche, llueva, hiele o granice, Ă©l no abandona su sitio. Vende paquetitos de “clĂnex” en la Plaza de San Juan de la Cruz, en Madrid, al precio que la generosidad de su cliente le fije. Me lo ha contado un taxista. He de ir a conocerlo, porque he decidido que sea Ă©l quien reciba mi regalo navideño.

Los ancianos y los niños constituyen mi punto dĂ©bil. Es tan injusto carecer de lo más necesario desde que se nace, como acabar nuestros dĂas en tan lamentables condiciones. Dicen que Dios le da pañuelos al que no tiene nariz y hablan que en la otra vida premiarán a los que sufren en Ă©sta y castigarán a los que han gozado y no han sido solidarios. Palabras y promesas que espero no sean como las que nos dedican los polĂticos.
Me parece injusto y difĂcil de comprender, que unos vivan sin limitaciones, disfrutando de cuantos caprichos y locuras les pase por la cabeza, mientras otros, sin culpa alguna por su parte, viven en una agobiante pobreza.
GUERRA A LA MENDICIDAD CALLEJERA
En España estamos pasando una auténtica crisis económica. Uno de cada tres niños españoles pasa hambre. Lo considero bochornoso e intolerable para los que pueden remediarlo y miran para otro lado cuando se cruzan ante ese necesitado que le incomoda con sus penas o extiende su mano esperando la ominosa moneda que tantas veces le negamos.
Nuestra alcaldesa, Ana Botella, ha declarado la guerra a la mendicidad callejera y ha establecido unas

Por otro lado, el presidente de la comunidad madrileña dice que los niños españoles no pasan hambre, sino que sufren el problema de la obesidad. Mayor cretinidad no he oĂdo en toda mi vida. Me figuro que lo dirá viendo a los suyos obesos y bien alimentados. ¿QuĂ© clase de polĂticos y dirigentes tenemos en España? Bochornoso y caricaturesco.
Lo que deben hacer es erradicar de nuestras calles, esquinas y plazas a tantos mendigos rumanos que han formado una mafia muy bien organizada para vivir a costa de nuestra estafada generosidad. Cada mañana son trasladados en unas furgonetas y situados en los lugares que se han asignados y de los que echan y pelean a los que puedan hacerles la competencia, aunque sean españoles.

MAFIAS RUMANAS DE MENDIGOS
Al final de la jornada son recogidos y entregan lo recaudado a sus jefes mafiosos, salvo un Ănfimo porcentaje que les dejan para sus gastos. Ahora han ampliado su negocio a los que se dedican en los semáforos a limpiar los coches. El taxista me contĂł que habĂa presenciado a uno de los controladores echarle una bronca a un “limpiaparabrisas” por no haber recaudado lo suficiente.
Francia los expulsĂł y nadie criticĂł esta postura, ni tampoco le hubiese preocupado que lo hicieran. Nos entran por el norte y por el sur y nos llenan las calles de vagos, mendigos y nuevos parados a los que atender y mantener utilizando el escaso dinero del que disponemos para los nuestros.
Los niños de familias españolas pasando hambre y el gobierno recortando las ayudas sociales para dedicar esos recortes a los que nos llegan de fuera. No es una cuestión xenófoba, sino de supervivencia. Comprendo y lamento tener que hablar con esta dureza.
Pero cuando veo que un niño o un anciano de los nuestros pasa hambre, es absurdo que dediquemos nuestros limitados fondos sociales en los que nos llegan por las buenas o por las bravas a gozar de nuestra mal entendida solidaridad.
Y si alguno se considera ofendido con esta manera de enfocar el problema, ya sea ONG o particular, que alivie remordimientos de conciencia ayudando a que un niño o familia española no pase hambre, porque el bocadillo o plato de macarrones disponible se lo ha comido el subsahariano o rumano de turno o aún peor, ha engordado las ganancias del mafioso. Asà de claro.
Nuestros mayores repetĂan sin cansarse aquello de “Haz bien y no mires a quiĂ©n”, pero los tiempos han cambiado y, en nuestros dĂas, hay que mirar si los destinatarios de nuestros “bienes” son los que padecen necesidades y que, desgraciadamente, son muchos , o las mafias que, como Vd. dice, operan en España y hacen el gran negocio con la mendicidad .
ResponderEliminarPero hay otra mafia a la que, queramos o no, tenemos que destinar el dinero ganado con el sudor de nuestras frentes. Me refiero a esa que llaman “la casta” y que, por cierto, sigue estando muy bien considerada en los Presupuestos Generales del Estado para 2015. Ya veremos si, en el caso de que alcance el Poder, la nueva formaciĂłn polĂtica que tantas filias y fobias ha suscitado acaba, como dice, con esa “casta” o se integra en ella dándole la razĂłn al famoso historiador ..que decĂa aquello de que el Poder tiende a corromper, etc. etc.
Un abrazo, don Félix.
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