El complejo mundo de la electrónica
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Internet, como todo en esta vida, tiene sus ventajas e inconvenientes. Recuerdo que estando aún en activo en el ministerio de Marina, llamado entonces Cuartel General de la Armada, con la llegada de la democracia, se dio la orden de informatizar todos los servicios burocráticos. A este respecto personal de la empresa suministradora de todos los ordenadores en las distintas oficinas, se encargaron de enseñar a sus futuros usuarios el manejo de los distintos aparatos.
Fueron varios días de clases intensivas a las que yo no quise asistir, porque me quedaba poco tiempo para el retiro y no quería adentrarme en esos laberínticos técnicos. Me hallaba satisfecho y encariñado con mi vieja máquina de escribir y le fui fiel hasta el final.
Jamás pude pensar y lo lamento, que años más tarde, después de mi grave percance de salud y gracias a mis hijos, que me lo compraron y me dieron las primeras instrucciones, este extraño aparato tan complicado de manejar, se iba a convertir en mi ilusión de cada día y mi conexión ininterrumpida con el mundo de la escritura, mi auténtica vocación.
Aún hoy día no puedo permitirme filigranas y escarceos por este diabólico y obsesivo aparato. No puedo ir más allá de “zota, caballo y rey”.
Por tal causa no puedo sumarme a las invitaciones que se me formulan para que participe en juegos y aventuras, inclusión de alguna foto, sin la intervención de algún hijo o nieto y hacer lo que cualquiera de ustedes hace con los ojos cerrados.
He iniciado el aprendizaje tarde, cuando la mayoría ocupan sus ocios en los bancos públicos, partidas de cartas o dominó en centros de día o vigilan a los nietos cuando se dejan caer una y otra vez por el tobogán del jardín infantil. Ya mis nietos, salvo la pequeña, no necesitan vigilancia.
LLEGADA DE LA ELECTRÓNICA A MI VIDA
No obstante, tampoco he perdido el tiempo, ya que desde el año 2000, recién salido del hospital, en que pusieron a mi alcance este “morlaco” electrónico, hasta la fecha, en que ya he utilizado tres distintos, he escrito y publicado más de mil quinientos artículos, cinco relatos, cientos de poesías, tres novelas, dos ya publicadas y otra en espera de poder hacerlo en nuestra tierra, si mis amigos de “Editorial Navarro” me la aceptan, y el diario mantenimiento de una página de Facebook, siempre activa.
Más no se puede pedir, a pesar de que a veces desaparece el texto que estoy escribiendo y queda la página en blanco, sin que nada me devuelva lo escrito; otras se cortan o deforman las palabras, pues tecleo con gran rapidez por los más de cincuenta años usando la máquina de escribir asiduamente. Hay veces que leo lo escrito y me avergüenzo de las muchas faltas que por las prisas me salen.
La lectura del correo es una de mis atenciones favoritas. Saber quién se ha acordado de este vestigio del pasado siglo, qué me cuentan o qué me contestan y proponen”.
Es un saco de sorpresas con las que desayuno, alterno las horas del día y me despido ya de madrugada, cuando me voy a dormir. Me fastidian y no sé qué hacer para que me dejen en paz anuncios, premios, concursos, llamadas, citas amorosas y demás gachupinadas que a diario me hacen perder el tiempo en eliminarlos sin leerlos. No sé cómo no se dan cuenta de mi ausencia de interés después de tantos años haciéndolo.
Te regalan coches, te prometen viajes, te dan préstanos en quince minutos, te organizan viajes y vacaciones casi por el precio del billete del autobús o el Metro y te regalan carros de compras cargados de productos de supermercados conocidos de la ciudad.
TIMOS Y PATRAÑAS
No puedo entender que a estas alturas haya personas que sean capaces de tragarse esos sapos y patrañas y caigan en las trampas y timos tan antiguos y conocidos. Opino que si lo hacen es porque algún incauto cae en sus redes y con uno o dos que lo hagan en un solo día, tienen justificada su terquedad y engaño.
No me gustan tampoco y por ello no les presto atención, las noticias negativas y críticas adversas sobre políticos chiclaneros en el gobierno o en la oposición. Si viviera en Chiclana, posiblemente me involucraría directamente en su política municipal y comunitaria.
Al vivir en Madrid, no puedo, no debo, ni quiero, tomar parte a favor o en contra de los políticos de mi tierra, ya que estimo que las denuncias y críticas de unos y otros han de estar influenciadas por afines y adversarios del personaje cuestionado y yo no quiero entrar en ese juego.
Yo me he sentido bien atendido y amistosamente recibido por alcaldes y concejales de la izquierda y la derecha”.
Uno de mis más grandes amigos y mayores orgullos es la amistad fraternal que siempre tuve con el desaparecido e inolvidable Dionisio Montero, uno de los personajes más excepcionales que ha dado nuestra tierra. Era del PSOE y Delegado de Cultura y siempre mantuvimos una estrecha y muy sincera amistad desde pequeño.
GRATITUDES
De Román, el anterior alcalde, del mismo partido, recibí un gran apoyo y distinción cuando estuve en Chiclana para presentar mis dos últimos libros y jamás olvidare el detalle de hacer que uno se guardara dentro del expediente de mi padre, que figura en el Ayuntamiento, del que fue Secretario hasta su muerte. ¿Cómo voy a poder hablar mal de estas personas después de estos detalles, aunque a algunos les incomode su labor como munícipe?
Del actual, también tengo gratitudes y buen concepto, aparte de que es hijo de unas personas que fueron muy queridas por mi madre y por mí. Creo por lo que leo que está haciendo las cosas bien, pero aunque así no lo hiciera, yo no podría ofenderle o tratarlo de mala manera, porque no soy residente en la ciudad y amo todo lo que se refiere a Chiclana, sin distinción.
El hecho de ser chiclanero, ya es garantía suficiente para mí de que tiene que ser buena persona. No me pidan que denuncie en mi página los males de Chiclana, porque en mi opinión, esos males no están en las personas que la rigen, sino en la desidia e idiosincrasia de mi querida tierra natal, que no sabe valorar y estimar lo que tiene y quienes la quieren.
A mí me pasó algo parecido con el ordenador. Yo escribía los trabajos a máquina hasta que un buen día me dijeron que tenía que “modernizarme” y la “modernización” forzosa me llegó casi al mismo tiempo que la jubilación. El primer y único profesor que tuve fue mi hijo. Y ahora, el ordenador es también para mí la conexión con el mundo de la escritura.
ResponderEliminarUn abrazo, don Félix