Tomar distancia
Francisco M. Navas [colaboraciones].-
Siempre tengo por costumbre tomar algo de distancia sobre las diferentes propuestas polĂticas cuando se acerca cualquier proceso electoral. Cuando pertenecĂa a un partido polĂtico, más de una vez me tuve que tragar un sapo, porque si mis convicciones Ă©ticas siempre me invitaban a reflexionar sobre la intenciĂłn de mi voto en cada momento, dependiendo de las circunstancias, una mĂnima disciplina de partido me acababa aconsejando votar a la formaciĂłn a la que pertenecĂa, no precisamente en señal de coherencia, sino como mal menor.
Muchas fueron mis reflexiones y mis contradicciones internas, muchas cosas tuve que sopesar antes de darme de baja definitivamente de un partido que ya no se correspondĂa en casi nada con el modelo de

Este año tenemos pleno de votaciones.
Ya hemos participado en las autonĂłmicas de AndalucĂa, y nos quedan las municipales y las elecciones al gobierno de la naciĂłn. La coincidencia de nuestras elecciones autonĂłmicas con las generales ha contribuido desde siempre a difuminar el peso de AndalucĂa en el conjunto del Estado.
Sin embargo, su adelanto este año, cuyas razones cuestiono seriamente, aun cuando respete que es la Presidencia de la Junta de AndalucĂa quien tiene en su mano la decisiĂłn final, ha servido fundamentalmente para plantear una serie de cuestiones que me propongo enumerar a continuaciĂłn.
SE AVECINAN CAMBIOS
En primer lugar, los resultados han venido a mostrar una foto aproximada de los enormes cambios que se

residenta a boca llena.
Y si su objetivo era defender los intereses de los andaluces y andaluzas, el tiro ha salido por la culata, porque a pesar de obtener unos resultados idĂ©nticos en diputados a la legislatura anterior, aunque perdiendo muchos miles de votos, ya no gozará del colchĂłn que le ofrecĂan los doce diputados de Izquierda Unida, socios por conveniencia, a los que engañó como chinos para sacar adelante los presupuestos de 2015.

LA MADERA DE SUSANA DĂŤAZ
En tercer lugar, tanto PSOE como PP saben lo que se les viene encima. Si en AndalucĂa, feudo indiscutible de los que en su dĂa fueron socialistas y ahora han pasado a ser socialdemĂłcratas descafeinados, unos no han conseguido mejorar el mal resultado que obtuvieron hace tres años y unos meses, y otros, que ganaron

En cuarto lugar, lo verdaderamente importante de todo este proceso que nos parece eterno, pero que lleva tan sĂłlo un año gestándose, será la necesaria limpieza, en los dos grandes partidos de las viejas glorias, de los que han jugado durante nuestros más de treinta años de democracia al “quĂtate tĂş que me pongo yo”.
Ahora los navajazos para ascender un puesto en las listas electorales y poder seguir viviendo de la polĂtica van a ser de antologĂa. Ahora pactar equivaldrá a sudar sangre, porque los nuevos, los que vienen empujando carecen de clientela y de cualquier tipo de ataduras. Se les huele el miedo a los de la casta, de manera que ya ni se atreven a expresar sus mensajes con coherencia, pasando de la más absoluta seguridad al desconcierto.

Susana DĂaz, la primera en romper el melĂłn electoral, lo tiene duro, mucho más duro que hace unos cuantos meses. Se acabaron el populismo y las frases huecas, y llegĂł la hora de intentar ser investida primero, que al fin y al cabo es lo de menos, y de gobernar despuĂ©s en un parlamento en el que, si todos o tan sĂłlo tres se ponen de acuerdo, le van a tumbar cuantas propuestas presente.
Ahora veremos de qué madera está hecha, cómo afina en el cumplimiento de su programa, que ya no será sólo suyo, cómo nos gobierna a los andaluces y andaluzas. Y nosotros, desde esa conveniente toma de distancia, a sopesar cuidadosamente y en conciencia la intención de nuestros futuros votos. Con la sonrisa en los labios de los que saben que,de ahora en adelante, sean cuales sean los resultados, ya nada será igual.
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