España en la encrucijada y sin rumbo

Félix Arbolí [colaboraciones].-

Las pasadas elecciones nos han decepcionado una vez más y han puesto al descubierto la clase de políticos que tenemos. Se ha vuelto a producir la tomadura de pelo al electorado una vez más. Decían en un eslogan que España es diferente, yo más bien diría que somos los españoles los que la hacemos diferente. 

Vistos los dimes y diretes de nuestros políticos, tanto los que repiten como los que se estrenan, no podemos sentir más que desconfianza, recelo y vergüenza ajena. Y no excluyo a ninguno, aunque puede que haya alguno escondido entre tanta vorágine.  Quisiera poder tener el poder de borrarlos del mapa con la misma facilidad que se borra lo escrito en un encerado o pizarra, cuando vemos que el contenido ya no sirve para nada.
   
Nos meten el follón y los cuantiosos gastos de unas elecciones y resulta que estamos peor que antes de celebrarse, ya que hasta entonces aún teníamos la esperanza de que todo iba a cambiar a mejor y que los malos se iban a retirar e iban a incorporarse los honestos, justos  y diligentes. Nos hemos dado cuenta tarde que todo ha ido a peor y con mayor confusión.

No tenemos gobierno capaz de tomar decisiones serias y acertadas, ni tampoco una oposición con un programa definido y provechoso a la ciudadanía, Y hasta su jefe se ha empeñado en ser presidente, contra el parecer del electorado y por conseguirlo es capaz de hipotecar su prestigio, el de su partido y la de sus propios votantes  y militantes. ¿Tan necesario le es ser presidente como para renunciar a todo cuanto había prometido y atacado en sus campañas electorales?


EL HEMICICLO, UN CIRCO

Inquietante que una serie de diputados hayan confundido el Hemiciclo con un circo, posiblemente despistados por los leones que se hallan en su puerta y vayan al Congreso a ejercer la representación de la soberanía popular en bicicleta, como si fueran de picnic y con música y charangas y una indumentaria más propia de un okupa que de un diputado nacional. Incluso con melena al más puro estilo rastafari.

Una cosa es no ser tan remilgado e ir como un figurín, viajando en coches de alta gama y otra muy distinta con vestimenta más propia de andar por casa que a un acto oficial representando la soberanía nacional. Pienso que el decoro y las buenas formas, no deben estar reñidos con el afán de demostrar que están dispuestos a poner su tiempo y empeño en realizar la alta misión que representan. El hábito no hace al monje, ni la mala representación hace al buen político.

Vergonzoso que un diputado sospechoso o probado corrupto, que no comprendo cómo pudo ir en las listas del PP,-aunque en esto de la corrupción se lleven la palma-, pueda seguir  ocupando su escaño a pesar de haber sido expulsado de su partido e invitado a que cesara en su cargo. Esa ocupación de escaño es un oprobio y un escarnio para todo español. No me explico cómo puede entrar en la sala tan tranquilo y ocupar un lugar que no es lo idóneo a su condición.  Yo me sentiría abochornado.

Insólito que una diputada de Podemos se lleve a su hijo de seis meses a las Cortes y allí, en plena sesión le dé el pecho y le cambiara los pañales,  no sé si ayudada por su compañero de asiento y formación política, Iñigo Errejón. La escena nos resultaba como mínimo alucinante o incordiante.

ACTITUD CHOCANTE E INAPROPIADA

Sí, ya sé que hubo otra del PP, que hizo lo mismo en otra legislatura y digo y pienso igual de ella, que es una acción que resulta como mínimo chocante e inapropiada. Hay muchas madres y con más hijos, que no han caído en esa desfachatez, ganando menos, pero demostrando mayor respeto a su intimidad de mujer y a evitar el consiguiente cansancio y molestias a su pequeño.  

Incalificable la postura del señor Rajoy con ese tesón en aferrarse al cargo ajeno a los problemas y dificultad de formar gobierno que su terquedad ocasiona. Al menos, Más, el presidente de la comunidad catalana, tuvo el gesto de renunciar a su puesto, para permitir que la lucha interna entre sus políticos se convirtiera en la historia interminable.

Rajoy sabe que con él al frente del PP y con el equipo que le acompañó, ninguna formación le ayudará con sus votos, ni el pueblo, se sentiría cómodo y satisfecho. Lo correcto es que por el bien de España y de acabar cuanto antes con tantas especulaciones y desgobierno, cediera su puesto y el de su equipo a personas nuevas, no contaminadas y que fueran aceptadas sin el menor reproche por los aliados que precisa.

BUEN SAMARITANO

Si tanto ama a España y le desea lo mejor, que lo demuestre sacrificándose por ella y renunciando a su cargo y a sus ya gastados compañeros de aventuras. ¡No me digan que en el  PP no hay nombres suficientes, honestos, cabales y eficientes para sacarnos de este atolladero!

España vive ahora mismo momentos inquietantes y difíciles de soportar mucho tiempo. Es un auténtico disparate que llevemos días y semanas esperando el santo advenimiento de un  nuevo “mesías” político.

Nuestros perjuicios económicos, sociales, políticos y de toda índole se agravan más cada día y nadie parece darse cuenta que, mientras unos y otros luchan por un sillón de oro, Cataluña sigue su marcha imparable hacia la separación, la bolsa se desploma, el pueblo se impacienta y los de siempre pasan aún más calamidades de las  acostumbradas. ¿Quién va ser el buen samaritano que renuncie a sus ansias de poder en beneficio de todos?