Los constantes robos en su vivienda de La Rana Verde, acaba con la paciencia de sus propietarios

“Llevan años entrando, destrozando y llevándoselo todo, lo denunciamos en la Guardia Civil, pero no sirve de nada”.-

Vecinos de La Rana Verde han denunciado a PUENTE CHICO los robos en sus chalés, que se producen con demasiada frecuencia, lo que ha obligado a bastantes de ellos a poner cámaras de vigilancia. Uno de éstos vive en el Camino del Fresno y los robos y destrozos en su vivienda son constantes. Tanto que hace un año que ya no los denuncian, aunque también ha provocado el miedo a lo que pueda pasar si un día llegan a su casa y se encuentran con ellos dentro.

Los denunciantes son de San Fernando y solían venir a menudo a Chiclana para disfrutar de un modesto chalé. Era su lugar de relax, pero los robos constantes les han ido apartando cada vez más de él y acuden de vez en cuando para ver cómo sigue su vivienda. “Han sido tantos los robos que ya tenemos miedo a encontrarnos con los ladrones en la casa”, manifiesta el matrimonio isleño.


En esos robos se han llevado joyas, pieles, ropa, ánforas y ventanas de aluminio: “No tienen problema alguno se lo llevan todo. Ponemos trampas para ver si han entrado o no y las encontramos movidas. En treinta años que hace que tenemos la casa nos han robado muchas veces. Hasta uno que se hizo pasar por jardinero nos robó la cartera”.

DESILUSIONADOS

Los ladrones no respetan nada: “Han llegado a llevarse hasta la bomba del pozo”. Antes venían con mucha frecuencia, pero desde que falleció un hijo en accidente hace unos pocos años “hemos perdido la ilusión”. A él le gustaba mucho Chiclana, “pero el dolor que tenemos nos hace recordarlo, y entre su desaparición y los robos, cada vez tenemos menos ganas de acercarnos a nuestro chalé. Si quieres que no te roben tienes que venir todos los días y ni podemos ni queremos”.


Su hijo era militar y lo perdieron en 2008: “Lo destinaron a Galicia para sofocar un incendio y su helicóptero se estrelló mientras trabajaba. Fue un caso parecido al de Sebastián Ruiz Galván”.

TRAMPAS DE LOS LADRONES

El matrimonio está jubilado y además tiene que ayudar a dos hijas que están en el paro, por lo que los destrozos y robos que cometen en esa vivienda, le cuesta cada vez más soportarlos.

Ya no saben que hacer para impedir los robos, porque se han llevado hasta la reja, que arrancaron de cuajo, lo mismo que la ventana. Pero eso no es todo: “Nos han taponado las cerraduras, tardamos tres días en poder entrar en casa. Fuimos a la Guardia Civil, nos hizo dar muchas vueltas para al final no encontrar nada. Ya no sabemos qué hacer, por eso los últimos robos ni los denunciamos”.


Han hablado con algunos de los vecinos que tienen cámaras, “pero dicen que no se ve nada”. Se sienten impotentes. Los ladrones les tienen todo tipo de trampas para saber la frecuencia con la que visitan la vivienda: “Tiran macetas por el suelo y cuando llegamos las colocamos en su sitio. Así saben si hemos venido o no y cada cuanto tiempo lo hacemos”.

“ESTAMOS ABURRIDOS”

En vista de las visitas indeseadas de los cacos, se han llevado todo lo importante de la casa como la televisión y otros objetos: “Cogieron hasta un buzón creyendo que era una caja fuerte y el pozo lo han destrozado también. Estamos aburridos”.

Viendo que los robos continúan y no encuentran una solución, el matrimonio lleva ya algún tiempo sin dormir en su chalé: “Tenemos miedo a que entren por la noche mientras dormimos. No lo podemos evitar. Las últimas veces estábamos más pendientes de los ruidos que escuchábamos que de descansar, por lo que decidimos irnos a San Fernando”.


Esta situación les ha llevado a querer vender la casa a pesar del cariño que le tienen, “pues son muchos los recuerdos y vivencias de estas tres décadas aquí, con nuestros hijos y familiares, pero ya no aguantamos más. Se nos está yendo la vida en esta casa con lo que nos está pasando”.

Un triste final para tres décadas de vida en Chiclana.