Chiclana, Cuna de Oficios-El calzado-Antonio Rodríguez Aragón, “Capricho”: La fuerza de la voluntad
PEPE VELA M. [colaboraciones].-
El calzado
es la indumentaria que nos protege los pies y desde tiempos prehistóricos, el
ser humano buscaba la forma de protegérselos. Este mes nuestro protagonista es Antonio Rodríguez Aragón, conocido como Capricho, que abrió la
segunda tienda de calzado en Chiclana.
La mayoría de estas protecciones se hacían de fibras naturales y posteriormente mezclados con pieles animales, creándose todo tipo de calzados artesanos, desde las primeras sandalias de esparto pasando por botas y zapatos, hasta las últimas playeras de plástico con la revolución industrial y la fabricación en serie que hizo posible que los más necesitados pudieran calzarse.
La mayoría de estas protecciones se hacían de fibras naturales y posteriormente mezclados con pieles animales, creándose todo tipo de calzados artesanos, desde las primeras sandalias de esparto pasando por botas y zapatos, hasta las últimas playeras de plástico con la revolución industrial y la fabricación en serie que hizo posible que los más necesitados pudieran calzarse.
Antonio
Rodríguez Aragón, Capricho, nació el 22 de agosto de 1933, hace 83 años (pronto
cumplirá 84), en la calle San Antonio, siendo el tercero de siete hermanos,
seis varones y una hembra.
Su padre
vivía de la agricultura, que acompañaba al sustento de la familia con un bar en
la calle Obreros, esquina con Valverde, que todavía existe, llevado por un
sobrino suyo.
De joven,
como muchos chiclaneros, Antonio iba a La Isla a llevar frutas y verduras con
un carro tirado por una bicicleta, y también ayudaba a su hermano Andrés, en un bar que había montado en la
Alameda.
Conoció a
su mujer, Margarita Ruiz Periñán, que
entonces tenía quince años. Él había cumplido ya diecisiete. A los diez años de
noviazgo se casaron en la Iglesia Mayor.
El padre Olmedo, que era primo de su suegra, le puso la
alfombra hasta la puerta del templo. Han tenido seis hijos, Manolo, Pedro,
Miguel Ángel, José Antonio, Agustín y Raúl, siendo el único que continua con el
negocio del calzado en la calle Corredera, y Manolo que lleva representaciones.
ENSEÑANDO A NIÑOS
Aprendió a leer con su tío, el maestro Capricho, que pasados los años y por su facilidad en el aprendizaje, le comprometió para que continuara su labor enseñando a los niños, llegando a tener hasta un centenar.
ENSEÑANDO A NIÑOS
Aprendió a leer con su tío, el maestro Capricho, que pasados los años y por su facilidad en el aprendizaje, le comprometió para que continuara su labor enseñando a los niños, llegando a tener hasta un centenar.
Esto le
creó problemas de espacio, pues no cabían en su casa, por lo que tuvo que hacer
una gran habitación para dar las clases. Era en la zona del Huerto, camino de
Conil, en un terreno de la familia de su mujer.
PRIMER CONTACTO CON EL CALZADO
En 1959,
en la calle La Fuente se hizo cargo de una tienda mixta de comestible y
bebidas, ya que su propietario se había jubilado, donde se vendía de todo e,
incluso, alpargatas, y fue el primer contacto que tuvo con el calzado, siendo
el principio de su vida profesional con este oficio.
Posteriormente, montó su segunda tienda en la calle Artesano José Marín, llamada también de La Carne, en la cual coloca a su cuñado Pedro, ya fallecido, que todos recordamos.
LA RIADA Y SU RESURGIR
En 1965, año fatídico para Chiclana, llegó la gran riada, la cual arruinó a muchos comerciantes, ya que el agua alcanzó una altura de más de dos metros. Él no se libró, perdiéndolo todo, incluso los cuadernos con todos los apuntes de las cuentas de los clientes que pagaban a dita, que era la forma de pago a plazos que había en la época.
A partir de la riada es cuando empieza su verdadera andadura profesional con el calzado, dedicándose ya de lleno a él y montando la primera tienda importante en la calle La Vega, llegando en su nueva andadura a compaginarlo con la venta ambulante por varios pueblos de la provincia.
Tuvo una anécdota muy curiosa: Era el inicio de las grandes producciones de materiales derivados del petróleo. Había traído muchos zapatos y los vendía muy bien y baratos. Pero en Conil, acostumbrados a los zapatos de cuero, le llegaron a decir: “Ehhh, estos zapatos sooon de pláaastico”.
Así llegaron poco a poco hasta tener ocho tiendas abiertas, convirtiéndose en la primera cadena de comercio en Chiclana.
DISFRACES Y PEDALES
Antonio siempre ha sido un gran aficionado al carnaval, saliendo disfrazado cada vez que podía, siendo memorable el año que se vistió del Magistral Cabrera con su esposa, que parecía que se habían bajado del pedestal.
También fueron importantes otros disfraces como el de Sancho Panza, el increíble Hulk o nuestro ilustre literato Antonio García Gutiérrez, consiguiendo varios premios.
Pero su gran afición fue el ciclismo, que comenzó en la época en que llevaba frutas y verduras a San Fernando. Empezó a prepararse a fondo, comprando una buena bicicleta con la que corrió la Vuelta a Andalucía en la categoría de veteranos entre otras muchas.
LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
Igual que el aficionado al ciclismo, que cuando se cae se levanta, como hizo Antonio tras la riada del 65, años después, estando en un viaje en Madrid con su mujer, hospedados en un hotel, le dio un ictus.
Lo llevaron a un hospital y cuando él se dio cuenta, habían pasado varios días y regresaba en una ambulancia camino de Chiclana, ya que le dijeron que los médicos que mejor podían tratarle estaban en el Hospital Universitario de Puerto Real.
Como siempre había hecho durante su andadura profesional, como en la riada de Chiclana o cuando hizo la habitación para enseñar a tantos niños, con mucho esfuerzo, y contando con la ayuda de su mujer y una enfermera especializada, que a diario le hacían la rehabilitación, después de más de 4 años tumbado en la cama, volvió a levantarse y a caminar por sí solo y hoy, veinte años después de lo ocurrido, se le ve cada día paseando solo y sin ayuda de nadie, demostrando lo que es la fuerza de la voluntad.
PRIMER CONTACTO CON EL CALZADO
Posteriormente, montó su segunda tienda en la calle Artesano José Marín, llamada también de La Carne, en la cual coloca a su cuñado Pedro, ya fallecido, que todos recordamos.
LA RIADA Y SU RESURGIR
En 1965, año fatídico para Chiclana, llegó la gran riada, la cual arruinó a muchos comerciantes, ya que el agua alcanzó una altura de más de dos metros. Él no se libró, perdiéndolo todo, incluso los cuadernos con todos los apuntes de las cuentas de los clientes que pagaban a dita, que era la forma de pago a plazos que había en la época.
A partir de la riada es cuando empieza su verdadera andadura profesional con el calzado, dedicándose ya de lleno a él y montando la primera tienda importante en la calle La Vega, llegando en su nueva andadura a compaginarlo con la venta ambulante por varios pueblos de la provincia.
Tuvo una anécdota muy curiosa: Era el inicio de las grandes producciones de materiales derivados del petróleo. Había traído muchos zapatos y los vendía muy bien y baratos. Pero en Conil, acostumbrados a los zapatos de cuero, le llegaron a decir: “Ehhh, estos zapatos sooon de pláaastico”.
Así llegaron poco a poco hasta tener ocho tiendas abiertas, convirtiéndose en la primera cadena de comercio en Chiclana.
Antonio siempre ha sido un gran aficionado al carnaval, saliendo disfrazado cada vez que podía, siendo memorable el año que se vistió del Magistral Cabrera con su esposa, que parecía que se habían bajado del pedestal.
También fueron importantes otros disfraces como el de Sancho Panza, el increíble Hulk o nuestro ilustre literato Antonio García Gutiérrez, consiguiendo varios premios.
Pero su gran afición fue el ciclismo, que comenzó en la época en que llevaba frutas y verduras a San Fernando. Empezó a prepararse a fondo, comprando una buena bicicleta con la que corrió la Vuelta a Andalucía en la categoría de veteranos entre otras muchas.
LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
Igual que el aficionado al ciclismo, que cuando se cae se levanta, como hizo Antonio tras la riada del 65, años después, estando en un viaje en Madrid con su mujer, hospedados en un hotel, le dio un ictus.
Lo llevaron a un hospital y cuando él se dio cuenta, habían pasado varios días y regresaba en una ambulancia camino de Chiclana, ya que le dijeron que los médicos que mejor podían tratarle estaban en el Hospital Universitario de Puerto Real.
Como siempre había hecho durante su andadura profesional, como en la riada de Chiclana o cuando hizo la habitación para enseñar a tantos niños, con mucho esfuerzo, y contando con la ayuda de su mujer y una enfermera especializada, que a diario le hacían la rehabilitación, después de más de 4 años tumbado en la cama, volvió a levantarse y a caminar por sí solo y hoy, veinte años después de lo ocurrido, se le ve cada día paseando solo y sin ayuda de nadie, demostrando lo que es la fuerza de la voluntad.
/aclaracion/ Andrés era su hermano su cuñado se llamaba Pedro una gran persona amigo de los amigos
ResponderEliminarUna persona fantástica y un excelente amigo
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