Dos varas de medir
Francisco
M. Navas [colaboraciones].-
Llevo
muchĂsimo tiempo preguntándome quĂ© tiene el fĂştbol que no tiene la
participaciĂłn polĂtica ciudadana. Si usted es futbolero, de entrada, se tiene
que rascar el bolsillo para asistir a los partidos de su equipo, aprenderse
consignas para gritar de viva voz, alegrarse o sufrir con sus victorias y
derrotas respectivamente y, si ya le llega para asumir la categorĂa de forofo,
comprarse toda la equipaciĂłn completa de su equipo y ahorrar para desplazarse y
pernoctar, si fuese necesario, cuando juegue fuera. Incluso ajustar sus
vacaciones para hacerlas coincidir con esos desplazamientos.
Para
participar polĂticamente sĂłlo hace falta un poco de sentido comĂşn y un poco de
conciencia ciudadana, porque cosas que reivindicar, precisamente, no faltan.
Defender la sanidad pĂşblica, universal y gratuita, la educaciĂłn pĂşblica de
calidad, los servicios sociales dignos y solidarios, el agua potable para todos
o la distribuciĂłn equitativa de los impuestos que pagamos en nuestras ciudades
parecen, en principio, objetivos más loables y dignos que morir por un grupo de señores que trotan por
una pradera pateando un balĂłn de cuero.
Cobrando
unos salarios que tan sĂłlo se igualan a los de los banqueros de alto standing y que, encima, a la menor de cambio,
nos dan un disgusto de muerte, perdiendo un partido con el Ăşltimo de la tabla
clasificatoria. Sin embargo, los campos de fútbol están siempre abarrotados, y
las manifestaciones en defensa de los derechos de la ciudadanĂa, vacĂas.
Y ustedes
dirán: ¿A quĂ© viene todo este rollo que se está marcando este individuo, que no
hace otra cosa que protestar? Pues muy sencillo. Porque acabo de ver en
televisiĂłn a Ronaldo, sĂ, a ese Ădolo de
multitudes que jugaba en el Real Madrid y ahora patea el cuero en Italia,
vestido como el hortera que es, saludando como un ministro, firmando autĂłgrafos
y siendo aplaudido a su llegada a los mismos juzgados en los que en su dĂa se le
condenó por defraudador, chorizo, y un montón de cosas más.

VER COMO
UN ĂŤDOLO A UN DEFRAUDADOR
Porque,
tras asumir una condena de más de diecinueve millones de euros y dos años de
cárcel, ha aceptado pagar otros cientos de miles de euros más para limpiar su nombre y no pisar la cárcel.
¿Entienden
ahora lo de las dos varas de medir? Si usted deja de pagar durante un año la
letra de su hipoteca, aunque sea una mensualidad de mierda, porque se ha
quedado parado y no tiene ingresos, el banco buscará las triquiñuelas legales
para arrebatarle su piso y dejarlo en la puñetera calle. Y cualquier juez o
jueza de turno avalará el procedimiento, porque “se
ajusta a la legalidad”.
Si
Ronaldo, el hortera multimillonario, defrauda más de cuatro millones de euros
no ya a un banco que, al fin y al cabo, es una sociedad privada, sino a
Hacienda, que somos todos, se le pone una multa hipermillonaria que para él
supone poco más que un pequeño gasto extra, se le exime de pisar la cárcel y se
le permite, por otra pequeña cantidad adicional, “limpiar
su nombre”.
Da
vergĂĽenza ver cosas como estas en televisiĂłn, pero más vergĂĽenza deberĂa darnos
convertir en Ădolos nuestros y de nuestros hijos a semejantes mamarrachos como
Ă©ste. Y deberĂa darnos vergĂĽenza asistir cada sábado o domingo al campo de
fútbol para aplaudir a semejante colección de cromañones y no ser capaces de
asistir puntualmente a cuantas manifestaciones se organicen para defender
nuestras legĂtimas reivindicaciones.
PAN Y
CIRCO
Indudablemente
el fĂştbol embrutece, y no porque sea un deporte despreciable, sino porque
acapara, con la pasiĂłn que despierta, esa fuerza, esa ira, esa rabia que
deberĂamos usar para defendernos de los que continuamente pisotean nuestros
derechos, mientras se cuidan de que no se suspenda ni un solo partido, porque a
la masa hay que tenerla entretenida y contenta. Pan y circo, que dirĂan los
romanos.
Aunque en
la actualidad, el pan nos lo roban a diario casi sin que nos demos cuenta,
mientras nuestros gobernantes se gastan ingentes cantidades de dinero en pagar
el salario extra a miles de policĂas, para cada fin de semana hacer posible que
se celebre nuestro circo particular.
DecĂa una
gitana, a modo de maldiciĂłn, con toda la sabidurĂa del mundo: “Pleitos tengas, y los ganes”. Porque, de
entrada, meterte en un pleito ya resulta desastroso. Y si encima lo pierdes…ni
te cuento. Aunque yo, humildemente añadirĂa al aforismo: “Pero si eres rico o famoso, sin problemas. Ese refrán
sĂłlo reza para los desgraciados, para los humildes, para la gente de a pie”.
Por cierto, no olviden sacar su entrada para el partido. Los pobrecitos
futbolistas también tienen que comer.
Totalmente de acuerdo con usted. Si no fuĂ©semos una sociedad tan pasiva no nos irĂa tan mal.
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