¡Es la política, estúpido!–¡Jubilados al poder!
FÉLIX DE LA FUENTE [colaboraciones].-
Manifestaciones
y más manifestaciones, firmas, peticiones, escritos, denuncias, concentraciones
de todo tipo y de todas las orientaciones políticas… Esto se ha convertido en
el deporte nacional. Somos muchos los que llevamos participando en todos esos
tipos de actuaciones. No digo que no sirvan para nada, pues sí sirven para
algo: para descargar nuestra rabia y nuestra impotencia. No nos hagamos
ilusiones.
Lo que un
millón de manifestantes puedan lograr en un día, lo puede echar a perder un
político en dos minutos. Los que residimos en Barcelona, especialmente, lo
hemos vivido infinidad de veces. Y esto sirve tanto para las manifestaciones de
los constitucionalistas, como para las de los independentistas. Que nadie se
haga ilusiones.
Uno de los
colectivos que más se ha movilizado en los últimos tiempos ha sido el de los
jubilados. Pero ojo con lo que piden y ojo también con quién maneja los hijos
de las aspiraciones de los pensionistas. Claro que los jubilados tienen razón
para exigir pensiones más elevadas. Pero ¿y si el aumento de las pensiones
fuera a costa de reducción de los salarios?
Al
parecer, la pensión media está en España por encima del salario medio de los
jóvenes. Si queremos que nos toque un mayor trozo de pastel, éste tiene que
aumentar, es decir en España tiene que aumentar la producción. Y con unos
jóvenes, y sobre todos los jóvenes mejor formados, que se nos van a otros
países de la UE, difícilmente puede aumentar la producción, que es el pastel.
POLÍTICOS
IMPRODUCTIVOS
Pero ¿es
que el pastel solamente se reparte entre los pensionistas y los jóvenes? ¿No
son otros los que proporcionalmente se llevan la mayor parte del pastel? Si
éste no aumenta, o hay que repartirlo mejor o hay que reducir el número de
participantes, o ambas cosas.
Pero el
número de jubilados, con las expectativas de vida actuales, no va a disminuir,
y los puestos de trabajo no deben disminuir, porque entonces disminuiría el
producto interior bruto de España. No queda otra solución que privar de pastel
a todas las personas improductivas.
Quien no
trabaja, que no coma. Las clases pasivas no son los pensionistas, pues ellos sí
han trabajado y ahora están disfrutando de lo que han producido. Las clases
pasivas son toda esa muchedumbre de políticos improductivos que están cobrando
sin haber hecho nada en su vida.
No es un
partido de jubilados lo que puede poner remedio a tanto problema. No son sólo
sus propias pensiones las que deben preocupar a los jubilados, sino también,
entre otras muchas cosas, las pensiones de sus hijos, que éstos quizás no
lleguen a percibir, por no haber cotizado nunca o el tiempo suficiente. No
puede haber un partido de jubilados, lo mismo que no puede haber un partido de
estudiantes o de mineros o de amas de casa, pues es imposible que concuerden
ideológicamente.
AGENCIA DE
COLOCACIÓN DE AFILIADOS
Pero hay
una cosa que sí pueden hacer los jubilados y en la que están todos de acuerdo,
si quieren que realmente cambie la situación: ofrecerse a sus propios partidos
políticos para colaborar de forma gratuita y así cubrir, en horario completo o
parcial, todos esos puestos que dependen de los partidos políticos. Esto
supondría unos ahorros enormes, que se podrán destinar a fines sociales.
Tenéis que
obligar a vuestros partidos a que se definan: si quieren mirar por los
ciudadanos, reduciendo gastos innecesarios o quieren seguir siendo una agencia
de colocación de sus afiliados. Estoy seguro de que los partidos políticos se
van a reír de vuestra oferta. Puede haber un voluntariado social en todos los
campos y en todas las profesiones, pero en la política no cabe, según ellos, el
idealismo.
Los que no
tengáis partido político, tratad de uniros en plataformas en las que quepan
todas las ideologías políticas, para demostrar que hay otra forma de hacer
política. Si no somos capaces de reducir gastos, pronto no habrá dinero ni para
pensiones ni para nada. No se trata de cambiar el partido del gobierno, se
trata de cambiar la forma de hacer política.
Ya existen
plataformas de este tipo que os pueden servir de modelo. No bastan las
manifestaciones, ni las protestas. No son los partidos políticos los que nos
pueden salvar. LO QUE NOS PUEDE SALVAR ES LA FORMA DE HACER POLÍTICA, ESTÚPIDO.
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