¡Y si los jubilados tuvieran gran parte de la solución!
Félix de
la Fuente [colaboraciones].-
Suena un
poco a sarcasmo que se aplique el nombre de jubilados (de júbilo) a un sector
de la población (cada vez mayor) que físicamente sufre mucho más que los demás,
que socialmente sólo cuenta en el momento de las votaciones, que no aparece
apenas en los medios de televisión, porque, claro, nadie quiere ver un rostro
con arrugas o una cabellera con canas, un sector de la población al que solemos
recluir a lugares bien apartados, que muchas veces por la desidia, por el
abandono o la excesiva codicia de unos desalmados, se convierten en guetos o en
antesalas de cementerio, donde nuestros mayores languidecen aparcados y
hacinados.
Sí, hay
mucha violencia de género, pero hay también mucha violencia de edad, y de ésta
apenas se habla. Sí, lo que debería ser una etapa de júbilo, se convierte en
muchos casos, en una etapa de abandono social. Chapeau,
por otro lado, a tantos hijos que saben devolver a sus progenitores el cariño y
el esfuerzo que estos les dedicaron en su día.
Pero, como
estamos en vísperas de elecciones y, al mismo tiempo, en período electoral para
las elecciones municipales y al Parlamento Europeo, quiero recordar que del
Parlamento Europeo no se habla, en muchos casos porque los candidatos no tienen
idea de los problemas europeos.
Pero de
los problemas de la tercera edad no se atreven a hablar, porque a los políticos
se les caería la cara de vergüenza al ver que ellos, con un currículum laboral
en blanco, disfrutan de todo tipo de comodidades y disponen de dinero para
gastos y cargos inútiles, mientras que muchos mayores, después de 40 años de
trabajo, apenas pueden subsistir.
¿Han
visitado alguna vez nuestros políticos una residencia de ancianos, no de
primera categoría, sino de segunda, tercera o cuarta? Convendría que antes de
poder dedicarse a la política, se les exigiera a todos unas prácticas de
trabajos sociales.
COLOCAR A
LOS AMIGOS EN VEZ DE SOLUCIONAR PROBLEMAS
Si en
muchos casos han sido los abuelos los que han ayudado a superar la crisis de
los últimos años, deberíamos preguntarnos si los jubilados de 65 años no
podrían colaborar gratuitamente para reducir un poco las grandes deudas del
Estado, cuando hay muchos que estarían dispuestos a hacerlo en plan altruista.
Pero los
partidos políticos, en lugar de ver esta colaboración como un voluntariado
político, lo consideran una amenaza: personas con más experiencia y más
espíritu de sacrificio que ellos, que les pueden robar sus puestos de trabajo.
No se trata de esto. Se trata de reducir los puestos de colocación (no de trabajo) política.
Los partidos políticos no quieren oír hablar de esto, pues para ellos, al parecer, es más importante colocar a los amigos que resolver los problemas. ¿No es una triste gracia que estemos dirigidos por unas personas que en muchos casos en su vida no han dado un palo al agua y que estas mismas personas se permitan el lujo de despreciar los consejos y la colaboración gratuita de personas con cuarenta años de conocimientos y de experiencia?
Lo que hoy
parece una utopía, mañana quizás sea una necesidad. No es lógico que
despreciemos un capital humano que nos podría ahorrar muchos millones para
dedicarlos a otros problemas vitales. Y esto sirve para España y también para
la UE. Ninguno de los cinco partidos habla de recortar gastos. Espero que algún
día no nos obliguen a reducir, no los gastos, sino los ingresos y las
pensiones.
Pon tu comentario