Pedir peras al olmo del Parlamento Europeo
FÉLIX DE
LA FUENTE [colaboraciones].-
Dice el
refrán que no se pueden pedir “peras al olmo”.
El Parlamento Europeo tendrá que decidir dentro de unos dĂas si da el visto
bueno a los altos cargos propuestos por el Consejo Europeo, es decir propuestos
por los jefes de Gobierno de los Estados miembros. ¿Dirá no? Estamos ante la
prueba del fuego. Vamos a ver si las elecciones al Parlamento Europeo sirven
para algo o son pura pantomima. (FOTOS: Ăšrsula Von Der Leyen y Christine Lagarde).
Si las
grandes decisiones se toman en el Consejo Europeo, prescindiendo de la opiniĂłn
del Parlamento Europeo o forzando a los parlamentarios a votar en el sentido
que les indiquen sus jefes de partido, ¿QuĂ© sentido tiene tener un parlamento
que no decide?
TodavĂa
suenan en nuestros oĂdos las amenazas que colgaban sobre nuestras cabezas, si
no participábamos en las elecciones al Parlamento Europeo. “Los euroescĂ©pticos y los populistas se adueñarĂan del
proyecto europeo”, y “votar una lista
transnacional serĂa un voto perdido”. Los que votamos por una lista
transnacional, lamentablemente, tenĂamos razĂłn. Pura farsa.
Votos
perdidos en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo han sido todos, pues
la UE sigue el mismo camino de siempre, y ahora sin poder echar la culpa a los
polĂticos británicos. La imagen decepcionante que nos han dado los lĂderes
europeos estos dĂas tratando de repartirse los puestos de poder de las
instituciones europeas, son la prueba más evidente de un nacionalismo puro y
duro.
Para los
jefes de Gobiernos de los 27 paĂses se trataba de elegir personalidades
competentes, y no dudo de que las personas elegidas lo sean, pero ante todo se
trataba de elegir personas del propio paĂs, personas nacionales, de repartirse
los puestos entre los grandes paĂses de la UE y entre los tres grandes partidos
(Partido Popular Europeo. Partido de los Socialistas Europeos y Partido Liberal
Europeo), como si Borrell tuviera que
representar a España o la presidenta de la Comisión tuviera que defender los
intereses de Alemania.
EL
PARLAMENTO EUROPEO NO HACE CASO A LOS CIUDADANOS
“España adquiere peso en Europa”, “ahora
estamos mejor representados”, esto es lo que oĂmos en todos los
telediarios. Mientras en la UE priven exclusivamente las ideas nacionales
(=nacionalistas), no podremos decir lo más mĂnimo contra los nacionalismos
regionales.
Los
europarlamentarios estaban pidiendo un sistema más democrático para la elección
de todos estos cargos, pero han sido ninguneados y, con ellos, hemos sido
ninguneados todos los ciudadanos, pues conviene recordar que, aunque los
europarlamentarios sean más representantes de sus respectivos partidos
polĂticos que de los ciudadanos, es la Ăşnica instituciĂłn democráticamente
elegida a nivel europeo y, por tanto, la Ăşnica que nos puede representar. Los
jefes de gobierno han sido elegidos para gobernar su paĂs respectivo, pero no
para gobernar la UE, y si embargo pretenden asumir el papel decisivo en Europa.
SegĂşn el
art. 17 del Tratado de la UE, el presidente de la Comisión deberá someterse a
la aprobaciĂłn por mayorĂa de los miembros del Parlamento Europeo. La ocasiĂłn
está servida en bandeja para demostrar que las elecciones al Parlamento Europeo
sirven para algo y que en democracia es la voz de los ciudadanos la que debe
contar. ¿Se atreverán a protestar los europarlamentarios contra el sistema que
ha seguido el Consejo Europeo “yo me lo guiso,
yo me lo como”? Creo que esto será “pedir
peras al olmo”.
Pero hay
oro refrán español que dice “donde las dan las
toman”. Los diputados se olvidan de que ellos son meros representantes
de los ciudadanos. Y en este caso concreto, hace ya varios años que muchos
venimos pidiendo poder elegir directamente al menos al presidente de la
ComisiĂłn y al del Consejo Europeo.
Sin
embargo, el Parlamento Europeo no solo ha hecho caso omiso de estas
reclamaciones, sino que ni siquiera se atreve a defenderlas. Y aunque los
ciudadanos no lo hubiéramos pedido, la obligación de los europarlamentarios es
ofrecer esta oportunidad. Si el Consejo se pasa por alto las propuestas del
citado Parlamento, lo Ăşnico que le podemos decir es que “donde las dan las toman”.
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