Una vecina del edificio Alce, en Doctor Pedro Vélez, denuncia los graves problemas que tiene en su comunidad
Humedad
en el techo por goteras del piso de arriba, bajante en mal estado, negativa a
darle la llave de la azotea y documentos, así como amenazas, son algunos de
ellos.-
La casa de los líos o Aquí no hay quien viva son series que sirven para dar una idea de lo que ocurre en el edificio Alce, en la calle Doctor Pedro Vélez. El mismo que tiene debajo locales comerciales, afectados por la misma movida rocambolesca que una vecina de este edificio lleva soportando desde hace más de tres años. Presidenta de comunidad que no la atiende, administrador que no le entrega la documentación que le pide y a la que tiene derecho como propietaria, amenazas y una vecina que no quiere arreglarle las goteras que le ha causado en el techo.
En enero de 2020 hará seis que llegó a este lugar para vivir. Al poco tiempo de su entrada en el piso, en propiedad, no alquilado, comprobó que el techo del salón tenía unas humedades que no eran normales. Como llevaba vacío un par de años, le echó la culpa a eso mismo, a la falta de ocupación, de cuidados por no estar habitado. Cuando le dio la primera capa de pintura al llegar el buen tiempo, “me di cuenta que me traía la escayola en el rodillo. Daba otra capa y lo mismo”.
El
asunto de la humedad se fue agravando a mediados de 2017, cuando fue a hablar
con el administrador para que se pusiese en contacto con la vecina de arriba,
ya que al llamar a su compañía de seguros, le dijeron que el problema venía del
suelo de arriba. Dicha vecina, del 5º B, “tiene
una terraza que coge todo mi salón y cómo estará ese suelo para provocar
las humedades en mi techo”.
Tras
reiterados intentos de hablar con ella “para
que su seguro se pusiese en contacto con el mío y tomar las medidas
oportunas, me recomendaron que procediese a la denuncia, porque estuve meses
intentando verla, pero no fue posible”. Por la noche andaba con tacones
a horas que no eran normales, arrastraba muebles y daba golpes. Durante el día
se podía quedar pegado el dedo al timbre porque no abría la puerta.
Tras
tres intentos del perito de su compañía de seguros, que estuvo en la puerta de
su vecina llamando y ésta no abría, procedió a llevarla al juzgado. Acudió a la
secretaria del administrador para que tomasen medidas. Éste y la presidenta, al
parecer, ignoraban “que llevaba meses
intentando hablar con esta señora que, eso sí, se dignó a abrirme un día y
darme los datos del seguro, diciendo que ese problema lo iba a tener siempre”.
TRES AÑOS DE NINGUNEO
Habló
con su aseguradora y volvieron a llamar a esta vecina, pero nada. Tras tres
años de ninguneo, le dicen la presidenta y el administrador que “he sido muy drástica, que hablando se entiende la
gente”. En estos tres últimos años, con intentos de querer
arreglar el techo, “que cada vez está peor”,
y enterarse que el problema “no solo lo
ocasiona el suelo de la terraza del 5º B, sino que viene del bajante, por
tanto, es la comunidad quien debe asumir el arreglo, he tenido problemas con
otra vecina que me ha amenazado con echarme del bloque y me ha insultado en
varias ocasiones”.
También
le han negado la llave de la azotea para tender y para comprobar el estado del
suelo de la misma, “cuando descubrí que parte
del problema venia del citado bajante. Eso sí, yo soy según la presidenta, la
conflictiva”. A finales del 2018 hubo una reunión a la que no pudo
asistir al tener que ocuparse de su madre, pero según ellos “no asistí porque no me dio la gana, cuando dejé por
escrito en el buzón de la presidenta la razón de mi ausencia y que me informase
de lo que se había hablado”.
Dice
que hay que arreglarlo a medias entre la comunidad de vecinos y la propietaria
del 5º B. Sin embargo, la preocupación de la presidenta es que el edificio
lleva diez años sin pintarse y da muy mal aspecto. Según esta señora “vivimos en una zona privilegiada. Zona en la
que se te caen los techos porque los bajantes se encuentran en mal estado. En
la que te pueden tener un año sin antena hasta que alguien llega a alquilar el
piso de abajo y entonces toman medidas”.
Una
zona maravillosa “en la que la señora
presidenta considera que es mucho más urgente pulimentar un suelo, poner luces
en los descansillos con sensor de movimiento, como si no existiesen los
interruptores, que arreglar los problemas verdaderamente urgentes”.
Y
puestos a derrochar, gastaron más de 500 euros en arreglar un cuarto de
limpieza, “que desconozco qué pasaba allí. La
azotea que se caiga a pedazos y el suelo de la vecina. Y el techo de mi salón
que se convierta en descapotable para mirar las estrellas. Si se cae qué más da”.
Después de varios intentos de averiguar cuándo se toman medidas, escribirle al
administrador y darle éste largas a cada uno de los correos electrónicos que le
ha mandado desde mediados del pasado mes de junio, aún no sabe nada.
Señala
la afectada que “me dijeron a mediados de mes
pasado que tenían que reunirse con los propietarios de los dos áticos y pedir
presupuestos para la reparación y todavía estoy esperando”. En 2018 le
dijeron que un perito la había estado llamando durante días, “les dije que era imposible, que no había llamado
nadie y que iría a la compañía de seguros a pedir un listado de llamadas para
que me dijesen cuál era el número del perito”.
A
los diez minutos de salir del despacho “me llamó una señora diciendo que era perito y que
cuándo podía ver el techo. Aún estoy esperando que me llamen para mandarme el
informe del origen de las humedades”. A principio de este año fue
otro perito con el administrador, le comentó que le mandarían el informe de los
daños y de cuándo tomarían medidas. No han enviado nada. Reseña esta vecina que
“tuvo el cinismo de decir que no estaba tan mal
el techo. Claro, aún no se me ha caído en la cabeza”.
LIMPIAR EL EDIFICIO A CAMBIO DE LA DEUDA
Asevera
que “se van echando la culpa y encubriéndose
unos a otros. Me han llamado de dos inmobiliarias interesadas en alquilar el
piso, han estado dos personas interesadas en comprarlo, ya que arreglado es muy
coqueto, pero cómo voy a alquilarlo o venderlo si ven el techo en ese estado,
negro por la humedad por una esquina y escayola cayéndose por otros lados.
Menos mal que no ha llovido todo lo que tenía que llover porque estaría mucho
peor”.
Por
otra parte, cuando llegó a vivir al edificio de la discordia, asistió a
la primera reunión para comunicar que desde ese momento se quedaba en el
piso, “que yo asumía los gastos de la comunidad
y el extra que había del ascensor. Insistí que el extra lo iría pagando
poco a poco, porque en aquellos momentos mi situación económica era complicada,
pero que quería saber la cantidad que quedaba por pagar, que no me han dicho en
la fecha que estamos”.
Hace
más de un año, la comunidad se quedó sin limpiadora. Se lo contó la
secretaria del administrador. Se ofreció para limpiar y que le fuesen
descontando cierta cantidad hasta ponerse al día del pago extra del ascensor.
La secretaria le respondió que “era buena idea,
pero propuso que me quitasen todo el sueldo para finiquitar la deuda antes”.
Hubo
una reunión a la que no pudo asistir porque tenía que visitar a su madre,
nombrando como su representante al administrador, comentando su propuesta.
Sigue esperando que contesten su propuesta. Una vecina le informó que la habían
denegado.
Ni
la presidenta ni el administrador “tuvieron la
decencia de llamarme. Les daba apuro tener como limpiadora a una vecina. Pero
no les da apuro acusarme de deudora cuando yo jamás me he negado a pagar. De
hecho, sigo ingresando cada mes, poco a poco. Les he preguntado qué se paga de
comunidad y la cantidad extra, pasándose la pelota una al otro”.
PRESIONES DE LA COMUNIDAD
En
enero de este año recibió una carta en la que venían una serie de arreglos de
los que no había sido avisada. Le reclamaban casi 900 euros, pero de la humedad
no había nada. Dejó una nota a la presidenta para que la llamase.
Entre
otras lindezas, ésta le dijo a gritos: “Yo no
tengo la obligación de decirte los arreglos que se van a hacer en el edificio.
Tienes que asistir a todas las reuniones y enterarte de lo que se va a hacer y
lo que no. Si no has venido es porque no te ha dado la gana. Si quieres saber
qué se paga de comunidad ve al administrador, que para eso está. El techo no te
lo puede arreglar el seguro, porque no se puede estar recurriendo cada dos por
tres”.
El
27 de mayo envió un correo electrónico al administrador, pidiéndole las cuentas
generales de la comunidad de los últimos cinco años y que le comunicase “en nombre de mi madre, principal propietaria, qué se
pagaba de comunidad y qué había pendiente de los extras, que me explicase esa
cantidad que se me reclamaba y que no se me había comunicado. Estoy esperando
la respuesta”. Tampoco ha respondido a otros correos enviados
posteriormente.
Le
han dicho que nunca la han presionado para que pague. Manifiesta la vecina
afectada que cómo se le puede llamar a “no
permitir tener llave de la azotea para tender, porque no estoy al día de esos
extras; llevar casi tres años con problemas de humedades en un techo que no
parecen tener mucho interés en arreglar; que me tengan más de un año sin antena
y que una vecina me amenace con echarme del edificio porque no pago la
comunidad”.
A
pesar de todo, va a seguir insistiendo hasta que le den información de todo lo
que ha pedido, continuando con su lucha para que le arreglen el techo de su
casa y así poder venderla o alquilarla.
Periodismo del bueno sin contrastar con la otra parte. Si lo hubieran hecho se hubieran informado que el caso se llevó al Juzgado y le quitó la razón a la denunciante.
ResponderEliminar¿Aún no han quitado esta noticia o ni siquiera han rectificado? ¿No han contrastado la información con los propietarios de la vivienda o con el administrador del edificio? ¿No saben que los peritos tanto del edificio como de la vivienda del 5º han ido más de una vez? ¿No saben qué decía el informe del perito? ¿No saben que la denunciante fue a juicio y lo perdió? Dejaos de jugar a ser periodistas de panfleto y soltar esas calumnias que sólo proceden de una de las partes y al menos escribir la verdad y contrastar la noticia. Seguro que si preguntaran a los dueños o al administrador os llevaríais una sorpresa.
ResponderEliminarSeguramente el día que perdió el juicio, se le olvido avisar a la revista ¡Qué casualidad!. Aunque NO creo que fuese porque estuviera abriendo ventanas para ventilar la vivienda.
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