Sacad vuestras sucias manos de las instituciones de la UE
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Pensaba escribir hoy sobre el mal llamado Brexit, porque me
preocupan los ciudadanos británicos que votaron a favor de la permanencia en la
UE y que, en contra de su voluntad, han sido despojados de la ciudadanĂa
europea, y me preocupan todos los ciudadanos europeos que en su dĂa se
desplazaron al Reino Unido o del Reino Unido a otros paĂses de la UE en un
momento en el que no existĂa la posibilitad de que un paĂs saliera de la UE,
obligándolos ahora a cambiar en contra de su
voluntad las reglas del juego en medio de la partida. Pero creo que en
esta semana hay otro asunto más urgente.
Prescindiendo de los detalles de la sentencia y de la repercusiĂłn
que ésta pueda tener, me hubiera gustado que el tribunal de Luxemburgo se
hubiera pronunciado sobre el anacronismo
que supone la existencia en el siglo XXI de unos privilegios que chocan frontalmente con la igualdad de todos ante la
ley, que es lo que realmente interesa a los ciudadanos. La oportunidad
era Ăşnica.
Probablemente, esta sentencia no va a dejar satisfecho a nadie.
Las sentencias se deben acatar y yo la acato, pero previamente quiero formular
ciertas preguntas para comprender mejor cĂłmo
funciona la justicia del Tribunal de Luxemburgo: ¿están los jueces del
Tribunal de Justicia de la UE obligados a seguir las propuestas del abogado
general? ¿En caso de que expresen una opiniĂłn diferente, ¿lo hacen siempre
motivos jurĂdicos?
JUECES
¿Son totalmente libres dichos jueces cuando se trata de sentencias
de repercusiĂłn polĂtica? ¿QuiĂ©n nombra a los jueces del Tribunal de Luxemburgo?
EmpezarĂ© respondiendo a la Ăşltima pregunta. SegĂşn el artĂculo 253 del Tratado
de funcionamiento de la UE, los
jueces y abogados generales, elegidos entre personalidades que ofrezcan
absoluta garantĂa de independencia…, serán designados de comĂşn acuerdo por los
gobiernos de los Estados miembros”.
La competencia profesional de los candidatos sĂ se suele dar, pero
la personalidad y la independencia ya ofrecen ciertas dudas en muchos casos,
sobre todo si se tiene en cuenta la facilidad con que muchas personas pasan de
la polĂtica a la judicatura y viceversa. He conocido a varios que sĂ eran
personas, pero no personalidades.
¿Quiere decir esto que los jueces del dicho tribunal de la UE, por
el mero hecho de ser designados por los gobiernos no sean libres para tomar
decisiones, especialmente cuando la sentencia puede tener una repercusiĂłn
polĂtica? No, pero quien los pone los puede quitar, y en caso de duda o de
argumentos de igual peso, la balanza siempre se inclina a favor del benefactor.
Y puede suceder, como ha ocurrido en algĂşn caso, que, al cambiar el gobierno,
el benefactor esté en la oposición.
DESCONFIANZA CIUDADANA
¿Están los jueces obligados a seguir las indicaciones del abogado
general? No, aunque normalmente coinciden los criterios de ambos. Pero ¿quĂ©
sucede cuando el abogado general dice sĂ
y despuĂ©s el tribunal por unanimidad dice no? ¿Han
sido motivos puramente jurĂdicos? ¿Es que es tan incompetente el abogado
general que le tengan que corregir y dar un cero?
¿No puede haber habido motivos polĂticos en este caso? Pues sĂ,
los puede haber habido y en algunos es evidente que los ha habido. Luego si ha
habido motivos polĂticos en algunas sentencias del Tribunal de Luxemburgo, ¿por
quĂ© nos las puede haber en otras? ¿Por quĂ© no los puede haber habido en este
caso?
¿No está fundada acaso la desconfianza que los ciudadanos tienen
frente a las instituciones europeas? He visto muchas veces cĂłmo el Gobierno
español, ya estuviera dirigido por el PSOE o por el PP, han hecho de las
instituciones de la UE una finca o unas canonjĂas donde colocar a sus
simpatizantes. PodrĂa citar varios nombres. He visto cĂłmo los gobiernos de
España ponen o mantienen a los jueces del Tribunal de Justicia.
SENTENCIA CON DUDAS
He visto el desprecio que todos los gobiernos europeos tienen
hacia un funcionariado pĂşblico europeo independiente y competente, que el fondo
es el mismo desprecio que nuestros gobiernos tienen al funcionariado español,
como para quedarme indiferente ante la sentencia de hoy.
Acato la sentencia, pero tengo mis dudas, sobre todo porque la
sentencia tiene implicaciones polĂticas. Acato, pero tambiĂ©n estoy obligado a
emitir mi opinión. Hemos visto cómo un español miembro de la Comisión Europea
tomĂł una vez una decisiĂłn contraria a los intereses de España, porque favorecĂa
a los intereses de su partido.
Hemos visto como un juez español del Tribunal de Justicia
propuesto por el PSOE se pasó después al bando del PP para segur unos cuantos
años más como juez del mismo tribunal. La intromisiĂłn de la polĂtica en la
administraciĂłn y en la Justicia tiene unos efectos devastadores. No digo que
esta sentencia no sea justa y bien fundada, pero, si en algĂşn caso el tribunal
se ha dejado llevar por motivos polĂticos, ¿por quĂ© no puede haberse dejado
llevar ahora?
ASĂŤ NO SE HACE EUROPA
No pretendo sacar trapos sucios, simplemente quiero decir ASĂŤ NO. ASĂŤ NO SE HACE EUROPA. ASĂŤ NO LLEGAREMOS A NINGUNA
PARTE. No podemos sorprendernos que crezcan los nacionalismos y los
euroescepticismos. No echemos la culpa sólo a los británicos o a Le Pen. El enemigo lo tenemos en casa.
Mientras los gobiernos y partidos polĂticos no dejen de repartirse
los altos cargos de las instituciones europeas, mientras no saquen sus sucias
manos de la justicia europea y de la funciĂłn pĂşblica europea, este proyecto
integrador, a pesar de sus grandes logros, seguirá siendo visto por ciudadano
como el gran negocio de las grandes empresas y de los partidos polĂticos. (El
caso de los ERES es solo una muestra).
De acuerdo que hay que acatar las sentencias de los tribunales,
pero ¿ha actuado correctamente el Tribunal de Justicia en este caso? Yo no lo
sé, pero tengo mis dudas razonables, porque tengo la experiencia de un caso en
que el Abogado General se prenunció en un sentido y luego después todo el
tribunal se pronunciĂł por unanimidad en otro.
CRITERIOS
¿QuĂ© criterio sigue el Tribunal de Justicia para estar o no de
acuerdo con el abogado general? ¿Es un criterio polĂtico? En un caso concreto
que yo conozco, sĂ. Los ciudadanos no nos fiamos ya de los organismos europeos,
aunque acatemos sus decisiones. El problema no es, por tanto, si en este caso
da o quita la razĂłn a unos o a otros. El problema es la desconfianza absoluta
que hay entre los ciudadanos frente a todas las instituciones europeas.
YA VA SIENDO HORA, por
tanto, de que los gobiernos nacionales SAQUEN
SUS SUCIAS MANOS DE LA JUSTICIA Y DE LAS INSTITUCIONES EUROPEAS Y DE QUE LOS
PARTIDOS POLĂŤTICOS DEJEN DE REPARTIRSE LOS ALTOS CARGOS DE LA UE.
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